A priori parece una tarea sencilla, pero no lo es.
Estos son los errores más comunes que cometemos al poner la lavadora, según fuentes de internet.
Si los corregimos ahorraremos tiempo y dinero.
1. Usar la cantidad incorrecta de suavizante y/o detergente.
Confieso que he pecado de ambas formas, de tacaña y de sobrona.
Cuando se vierte mucho jabón, se genera una capa espumosa demasiado gruesa que hace que restos de suciedad se queden flotando impidiendo el aclarado.
Hay que fijarse muy bien en el envase y asegurarse de comprar el adecuado para nuestra lavadora.
2. No llenar adecuadamente la lavadora. No sé cómo ponerle remedio a esto, siempre me quedo con tres o cuatro prendas colgando porque ¡no me entran más!
3. "Atrapados" en el agua fría.
A menudo usamos el programa de lavado con agua fría porque es el que conlleva menos riesgo para nuestras preciadas prendas de ropa. Sin embargo, el agua fría no siempre es la mejor opción. Deberíamos leer con detenimiento las etiquetas de cada prenda porque igual permiten el lavado con agua templada. Usar el agua más caliente que la prenda pueda soportar es lo mejor porque el agua caliente limpia más y mejor.
¿Alguién creía que esto era coser y cantar?
4. No separar bien la ropa. No sólo por colores también por tejidos.
Mucha gente simplemente separa la ropa por colores, sobre todo cuando van a lavar con agua fría.
Error.
La ropa debería clasificarse por la temperatura del agua a la que se puede lavar, según indique en la etiqueta de cada prenda.
Aún así y, después de veinte montoncitos de ropa de cada vez, nunca serás un maestro del arte de separar la ropa.
5. El efecto lejía.
¿Usas lejía para lavar prendas blancas? Las desgastarás antes de tiempo. La lejía se lo come todo, ¡hazme caso! Cambia a un detergente con la lejía o el blanqueante ya incorporados.
6. No tratar las manchas como emergencias.
Esperar hasta el último momento para pelearte con las manchas tiene sus consecuencias. Una vez el lamparón pase por agua caliente, probablemente nunca llegue a irse. Hay que lavar la prenda lo antes posible y con agua caliente, solo existe una excepción que son las manchas de sangre, se van mejor con agua fría.
Aquí ya entra esa frase que dice: "cada maestro con su librillo". Mi abuela se saca del bolsillo mil y una maneras de limpiar manchas y cada una más original.
7. Si usas tus pantalones vaqueros, no tienes por qué lavar tus pantalones vaqueros. Este último error tenía que incorporarlo sí o sí porque me pareció muy curioso. El CEO y presidente de Levi Strauss & Co., Chip Bergh, dijo un día que rara vez se lavaba los pantalones vaqueros. No hay que lavarlos después de cada uso porque no es necesario.
Así que, ya sabéis, a dejar que nuestros denim cojan polvillo.
Y no podía terminar así este capítulo sin hacer la gran pregunta, esa que seguramente nunca será resuelta pero que cuenta con varias teorías: ¿a dónde se van los calcetines perdidos de la lavadora?