La compra de las puntas

88 13 4
                                    

Siguiendo la estela del anterior capítulo y dando respuesta así a una petición que me hicieron, quisiera detenerme en la compra de las puntas.

Conseguir las puntas adecuadas es algo muy personal, de ningún modo puede ir otra persona que no seas tú mism@ a elegir las zapatillas.

El criterio a seguir para efectuar una buena compra es que ambas zapatillas deben quedarnos  completamente ajustadas al pie, pero sin que logren encoger nuestros dedos; los dedos deben estar perfectamente estirados, del mismo modo que tampoco puede sobrar  espacio en los talones al ponerse de puntas.

En el mercado existen diversas marcas de fabricación y zapatillas de distintos países de origen, pero es necesario reiterar que la elección es personal y debemos llevar las que mejor se adapten a nuestras necesidades. De este modo es aconsejable no ir con prisas y probarse todas aquellas que se consideren necesarias hasta que por fin te hagas con el par apropiado.

A la hora de hacer una buena compra hay que tener en cuenta las características de cada zapatilla.

Hay que tener en cuenta el alto de la caña. Un pie con poca fuerza o con escaso empeine debe optar por una caña corta a fin de que su empeine no quede obstruido y el trabajo de puntas le ayude a desarroyarlo; en cambio, un pie con fuerza y con mucho arco y empeine debe optar por una caña alta para sujetarlo mejor y que no desborde la zapatilla, eso hará que el alumno trabaje mejor sobre la zapatilla.

Otra cosa que también hay que observar es el ancho de la zapatilla. Ya que un pie delgado necesita un ancho diferente de otro más gordo.

En cuanto al color, eso ya depende de gustos y del que requiera cada personaje.

Otra característica a tener en cuenta es la rigidez apropiada de la suela. Un pie con poca fuerza debe elegir una rigidez media y un pie fuerte una rigidez reforzada o súper reforzada.
La rigidez es fundamental, de ella depende como nos vayamos a parar sobre la punta.

Recuerda que una buena compra es fundamental ya que el uso de zapatillas inapropiadas puede desarrollar diferentes problemas que pueden ir desde un juanete hasta problemas serios en la columna.

Se considera que una zapatilla de punta está quebrada cuando ya no podemos pararnos sobre su punta satisfactoriamente, o bien están muy blandas o bien nos cuesta mucho esfuerzo pararnos como cuando estaban nuevas, o si sentimos que la punta de la zapatilla no nos protege y nos da la sensación de que estamos tocando el suelo con la punta de los dedos causándonos un dolor evidente.

La vida útil de unas zapatillas de punta es variable de acuerdo a cada persona, lo importante es cambiarlas cada vez que pierdan eficacia, estén muy estropeadas o quebradas. Hay quién puede llegar a gastar dos o más zapatillas por actuación, hay alumnos que pueden quebrar una zapatilla en una sola clase, alumnos que tienen que cambiar sus zapatillas semanalmente o mensualmente, etc.

La sujeción y los protectores.

El medio básico de sujeción son las cintas cosidas a los laterales a la altura que marca el talón cuando lo doblamos hacia adentro. Las cintas deben de ser del mismo color que las zapatillas, pueden ser de raso o de otra calidad de género que resista mejor el atado y no se desaten fácilmente los nudos.

En cuanto a la protección, si el alumno la necesita porque siente dolor o tiene los pies sensibles, es recomendable el vendaje de los dedos, mejor cada uno por separado, cubriendo bien con esparadrapo la zona que pueda dañarse o sea más sensible a las rozaduras. También se pueden encontrar en establecimientos especializados punteras de protección de distintos materiales: de esponja, de piel de conejo, de goma, de silicona, etc.

Cuidado y guardado.

Las puntas deben guardarse cuidadosamente cada vez que se dejan de usar. Para ello es necesario plegar hacia adentro los talones, luego doblar los laterales hacia adentro y acto seguido enroscar las cintas a su alrededor. Cada zapatilla debe plegarse por separado y nunca jamás se debe introducir una dentro de la otra como si de chanclas de playa se tratara.
Una vez hecho el plegado se guardarán enfrentadas hacia adentro, cada talón tocando con la punta del otro y las colocaremos en una bolsita especial para ellas, en realidad será una bolsita que las mantenga aisladas del resto de prendas, mejor que sea de tela y con el ancho necesario para que se mantengan juntas y no se dispersen por ahí.

Jamás se debe lavar una zapatilla de punta con agua y jabón, ni con cualquier otro tipo de producto de limpieza, y menos aún echarlas a la lavadora. Cuando estén sucias debemos dejarlas así, podemos airearlas de vez en cuando y en caso de realizar una actuación se pueden "maquillar" utilizando un fon de teint o base de maquillaje facial de un color similar a la zapatilla para cubrir las posibles imperfecciones provocadas por el uso.

Y esto es todo amig@s, espero que os haya servido de algo el capítulo, si no, nunca te acostarás sin saber una cosa más. 😉

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora