Animales de ternura

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Aquí os muestro una adaptación del ABC de la opinión española. Amando DE MIGUEL y Marta ESCUIN son quienes lo firman.

Lo que en inglés se llama pets, nosotros lo hemos traducido por «animales de compañía». No es una equivalencia literal. El verbo pet da idea de «acariciar», una acción que va desde el amo al animal. El perro es el animal de compañía o de ternura más característico, seguido del gato. Las otras especies (pájaros, roedores, peces, etc.) son menos frecuentes.

Una consideración muy ramplona arguye que el cariño que se da a los animales domésticos es un derroche sentimental cuando tanto escasea el amor entre las personas. El argumento es falaz. Más bien la relación contraria es la que se mantiene. Las personas que son capaces de sentir ternura con los animales domésticos son las que están más preparadas para amar a otras personas. Y a la inversa, claro. El afecto por los animales (o en general por la naturaleza) no excluye, sino que completa, el amor por los seres humanos.

La función más positiva de tener en casa algún animal es la de ayudar a la formación de los niños. Los animales más inteligentes, como los perros, se relacionan de distinta manera con los niños que con los adultos. A través del cuidado de los animales, más aún se media la ternura, se aprende a amar y conservar la naturaleza. Los niños aprenden así los procesos biológicos, desde el nacimiento hasta la muerte pasando por la nutrición. Esto es tanto más conveniente en el mundo urbano, donde ya no hay animales de labor, de tracción o de carne.
Un animal doméstico no puede ser cualquiera. No debe ser demasiado agresivo o peligroso, por ejemplo, por la transmisión de enfermedades. No es razonable que pertenezca a alguna especie rara y menos en trance de extinción. Los perros y gatos cumplen bien las condiciones de las especies que se ajustan al tipo de animales domésticos. El único problema es que son dos especies bastante  incompatibles entre sí.

Alguien puede pensar que el afecto intenso por los animales de compañía esconde un profundo desprecio por el resto de los humanos. Queda dicho que no es así, más bien sucede lo contrario. La expresión de cariño por los animales quizá esconda soledad, pero potencialmente significa capacidad de amar a los otros humanos. El asunto es polémico, desde luego.

Una cosa es evidente. En un país como España, la población de animales domésticos va a más, paradójicamente, en un momento caracterizado por el escaso crecimiento de la población humana. Cada uno puede juzgar ese contraste como quiera.

¿Qué valores crees tú que sugiere la expresión animal de compañía?¿También crees que, como los autores, los gatos y los perros son incompatibles?

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora