Las muletas

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Había una vez un país donde todos se habían acostumbrado a usar muletas para andar.

Desde su más tierna infancia, todos los niños eran enseñados a usar sus muletas para no caerse, a cuidarlas, a barnizarlas para que el barro y la lluvia no las estropeasen, pero un buen día un sujeto inconformista empezó a pensar si sería posible prescindir de tal elemento.

En cuanto expuso la idea, los ancianos del lugar, sus padres y maestros, todos lo llamaron loco y le decían: “¿no ves que sin muletas te caerás irremediablemente?, ¿cómo se te puede ocurrir semejante estupidez?”.

Pero el chico seguía planteándose la cuestión. Se le acercó un anciano y le dijo:

—Durante años y años todos hemos andado perfectamente con esta ayuda. Te sientes más seguro y tienes que hacer menos esfuerzo con las piernas. Además, ¿cómo vas a despreciar nuestras bibliotecas, donde se concreta todo el saber de nuestros mayores sobre la construcción, uso y mantenimiento de las muletas?.

Se le acercó después su padre y le dijo:

—Mira niño, me están cansando tus excentricidades. Si tu bisabuelo, tu abuelo y tu padre han usado muletas, tú tienes que usarlas, porque eso es lo correcto.

Pero el muchacho seguía dándole vueltas a la idea, hasta que un día se decidió a ponerla en práctica. Al principio se cayó repetidamente. Pero, poco a poco, fue adquiriendo seguridad y, a los pocos días, corría por los caminos, saltaba las cercas de los sembrados y montaba a caballo por las praderas.

El protagonista del cuento había llegado a ser él mismo.

¿Por qué creéis que el chico quería dejar las muletas?

Obstáculos de la autonomía.
Son varios los factores que pueden obstaculizar el logro de la autonomía personal:

• Una errónea concepción de la idea de libertad, entendida como espontaneidad total o hacer lo que a uno le dé la gana.

• Las adicciones (el móvil, las drogas, los videojuegos, etc.), que aumentan notablemente la dependencia, limitando y, en ocasiones, anulando totalmente la autonomía.

• Por último, el miedo, que es, posiblemente, uno de los mayores obstáculos a superar. Las actitudes sumisas y dependientes son, generalmente, consecuencia del miedo, ya sea miedo al peligro o miedo al esfuerzo.

Al contrario que los animales, los humanos, al nacer, no sabemos qué debemos hacer. Necesitamos aprender cómo hacer las cosas y cómo relacionarnos con los demás, y tenemos que aprenderlo de aquellas personas con las que vivimos en sociedad y, en algunos casos, tendremos que inventarlo nosotros mismos.

¿Una vuelta de tuerca? {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora