¿No sé si conocéis un juego en el que dos o más personas tienen que ir contando en números romanos diciendo: "palito, palito palito, palito palito palito...." el que se equivoca pierde y queda eliminado? Pues este juego me ha hecho investigar.
Estos números que empleaban los romanos, y que todavía se utilizan hoy para numerar tomos de enciclopedia, los siglos, los capítulos de un libro, las horas de los relojes... Surgen de una forma muy fácil. Si muestras el número 1 con tu mano, ¿qué sale? Una I. Si muestras el 2 sale II, para el 3: III. Ahora haz el cinco con tu mano, entre el índice y el pulgar se forma una V. Y para hacer un diez abres tus dos palmas, las cruzas y el resultado es una X.
El sistema romano es un sistema aditivo, es decir, dispone de símbolos diferentes para representar las unidades, decenas, centenas, etc. y estos se van añadiendo según unas reglas hasta conseguir la cantidad deseada. Tal y como las conocemos actualmente, las cifras del sistema romano están tomadas del alfabeto latino:
I: 1
V: 5
X: 10
L: 50
C: 100
D: 500
M: 1.000
El sistema de numeración romano es un sistema decimal. Las reglas para este sistema son las siguientes:
• Una cifra repetida varias veces seguidas, sube los valores de la misma.
• Las cifras I, X, C, M pueden repetirse hasta tres veces. V, L y D no pueden repetirse.
• Una cifra, colocada a la derecha de otra mayor, suma su valor.
• Una cifra, colocada a la izquierda de otra mayor, resta su valor. Las cifras V, L y D no pueden restar.
• El valor de una cifra queda multiplicado por 1000 cuando lleva encima una raya horizontal. Y por 1.000.000 cuando lleva encima dos rayas.
El truco para pasar cualquier número a romano es descomponerlo en unidades, expresar cada una por separado y después volverlas a juntar.