Dylan estaba sentado en el asiento del avión observando la carta de menús, le apetecía algo dulce pero al mismo tiempo salado, por lo que se encontraba bastante indeciso.
—Papu.— Apoyó su cabeza en el hombro del castaño que iba con los auriculares enchufados.— ¿Qué te apetece a tí?
Chris le miró con una sonrisa ladeada.
¿Qué clase de pregunta tonta era esa? ¿Qué iba a querer?
No había respuesta más obvia.
—Quiero llevarte al baño.— Susurró en su oído.— Y quiero, provocar turbulencias en todo tu cuerpo, bebé.
Dylan comenzó a reírse nervioso, siempre conseguía sonrojarle por mucho que intentara ser más avispado que él.
—Pues allí te espero. — Se levantó con una sonrisa traviesa mientras Chris no podía evitar que sus ojos se posaran en aquella parte insinuante al final de su espalda que tanto le gustaba.
—Ahr.— Gruñó a lo que el rubio salía corriendo por el pasillo y el señor que estaba sentado justo al lado de ellos les miraba con el ceño fruncido desaprovando su comportamiento.
— Es mi hermano.— Comentó Chris desabrochándose el cinturón de seguridad.
Como, llevaban todo el vuelo comiéndose la boca, obviamente, el señor se espantó abriendo demasiado los ojos, tensando sus labios y escondiendo su rostro tras un periódico que anunciaba un accidente ferroviario.
''Estos homofóbicos, prefieren ver gente morir antes que a dos tíos besándose'' Pensó levantándose de su asiento para ir al baño.
No habían ido juntos para no ser tan descarados, tampoco querían que las azafatas les llamasen la atención.
Habían dos niños en los asientos de detrás de ellos peleándose por unas magdalenas, al final, quedaron desperdigadas por todo el suelo mientras sus padres les regañaban pues habían costado tres euros cada una.
Después, se encontraban dos chicas que debían tener bastante resaca pues iban con gafas de sol y mal aspecto, por no hablar de sus cabellos despeinados y que una de ellas, llevaba el suéter al revés.
Tocó con tres leves golpecitos la puerta, acercando su rostro a esta y preguntándo en voz baja.
—¿Está ocupado?
Dylan abrió la pequeña compuerta, tomó a Christian del cuello de la sudadera y lo arrastró hasta el interior del estrecho baño.
—Uh, esto está más apretado que tu culo. — Bromeó metiéndole mano al chico por todas partes.
—¿Y qué tiene de malo mi culo? — Le agarró todo el paquete mientras el castaño le iba besando el cuello intentando no caerse cuando venían turbulencias.
—Que es tan placentero que me hace correrme demasiado rápido. — Hizo un puchero adorable a lo que Dylan se bajaba los pantalones junto con la ropa interior y se subía al lavabo abriendo las piernas.— ¿Todo esto es para mí?
El rubio asintió.
Chris sacó su miembro ya bien erecto por lo cachondo que le ponía su bellísimo novio y comenzó a acariciarlo con la mano mientras se agachaba para pasar la lengua por la entrada del otro.
—Mmm, amo que hagas eso.—Se relamió los labios.—Chris penétrame con la lengua, por favor.
Chris abrió las piernas de Dylan lo máximo que pudo, ya que el lugar era poco espacioso y de lo más incómodo, sacó su lengua de la boca y comenzó a entrar con ella en el interior de Dylan, dándole un placer absoluto.
—Ah, ah joder, me vuelves loco cada vez que me lames el culo, Chris...ahh...
El castaño sacó la lengua del interior del rubio subiendo con ella por sus testículos, haciendo formas circulares con la punta sobre ellos mientras Dylan sufría espasmos de placer.
Siguió ascendiendo lentamente, por todo el falo hasta el glande del cual salieron varias gotas de líquido preseminal, lo atrapó con la yema del dedo y metió este en la boca del otro el cual ya estaba desesperado porque se lo follase.
Comenzó a chuparle los abdominales, besándole pasionalmente, subiendo tan despacio que ya Dylan comenzaba a desesperarse, no aguantaba más las ganas, por lo que le agarró de los hombros y le empujó contra el retrete del baño.
Chris cayó sentado sobre él y el rubio no tardó ni un segundo en subirse sobre él, se metió la erección de su chico en su interior de golpe y comenzó a cabalgarla frenéticamente, gimiendo enloquecido, apoyándose en los hombros de Chris para moverse más rápido a la vez que este le iba cacheteando las nalgas y gruñiéndole en la oreja lo bueno que estaba.
—Esto si es sexo gay del bueno joder.— Suspiró Dylan dejando su cabeza caer hacia atrás, Chris le mantenía agarrado de la espalda con una mano y de la cintura con la otra.
—El sexo gay es el mejor sexo del mundo.—Susurró sobre sus pezones para seguir chupándoselos.—¿Por qué tienes estas tetas tan buenas?
—No son tetas imbé...ahh...imbécil.
—Sí, son mis tetitas, las tetitas de mi rubito.— Le pellizcó un pezón y succionó el otro mientras el rubio comenzaba a correrse sobre el abdomen de Chris.
—Joder, ah... te voy a llenar el culo de semen.
—Hazlo..hazlo por favor...ngh..oh joder, esto es...ah...es el paraíso..
Dylan terminó de correrse mientras el semen caliente llenaba todo su esfínter.
Comenzaron a besarse como locos, aun tenían ganas de más, de mucho más, pero alguien comenzó a tocar la puerta.
—Mierda.—Gruñó Christian.—Cariño, vístete.
—No quiero, que les den, fóllame otra vez, vamos.— Se negaba a soltarse de él.
—Cielo podemos meternos en líos.
—¿Y qué harán? ¿Obligarnos a bajarnos del avión en pleno vuelo?—Sonrió pícaro.—Venga Chris... ¿Vas a negarte a follar conmigo?
—Mierda, no, no puedo negarme, eres irresistible cariño.— Lo colocó de espaldas contra el lavabo y comenzó a restregar su polla por todo el culo del chico.
—Por favor necesito entrar, es una emergencia ¿le queda mucho?— Se escuchó la voz de un hombre tras la puerta.—Mi hijo se está haciendo pis.
Dylan y Chris se miraron apenados.
—Es un niño... no puedo.— El rubio hizo un puchero.
—Lo sé, yo tampoco, pero tranquilo, ya te cogeré en el baño del aeropuerto....grrr...
Dylan comenzó a reírse mientras se subía sus jeans.
Ambos salieron del baño abrazados, con el pelo revuelto y unas sonrisas de oreja a oreja.
—Papá, ¿los chicos también pueden ser novios?
—Por dios hijo, ¿qué dices? ellos no son novios, son...— Chris le estaba comiendo la boca a Dylan por todo el pasillo sin parar, se tropezaban con algunos asientos riéndose sin separar sus labios.— ¡No mires! ¡No los mires!
(...)
Marcy entró en el gran salón de Andrew, era un chico alto, rubio de cabellos ondulados hasta la barbilla y un rostro angelical.
Aunque de ángel no tenía nada
Solía vestir siempre ropa de cuero, a ser posible negra, tenía la manía de llevar sus labios pintados de carmín rojo y era tan letal como una viuda negra.
—Mis queridos asesinos.—Apoyó una mano en el hombro de Andrew y otra en el de Tom.—Siento lo de la policía, no tenía ni idea, pero como siempre, todo fue bien, ¿cierto?—Dejó un beso en la mejilla de Tom.—Creí que ibas a venir con tu hijo.
—No es mi hijo, era mi pareja.—Aclaró.
—¿Tu pareja?—Se echó a reír sentándose sobre sus piernas.—Cielo, sabes muy bien lo que siempre he pensado sobre tu relación, parecías más su padre que otra cosa, las parejas están para darse mucho placer.—Se relamió los labios acariciándole la corbata.
—Marcy.— Andrew carraspeó la garganta.— Si quieres follar en mi local tengo un sinfín de hombres, así que por favor, si no vienes para nada útil, largo de aquí.
—Oh Andrew, tú siempre tan amable.— Jugaba con los cabellos rubios de Tom, este no solía dejarse tocar por nadie, pero estaba tan deprimido que le importaba todo una mierda, tan solo observaba la lustrosa lámpara que colgaba del techo.—¿Estás molesto porque al final no lograste nada?—Sonrió ladino.
—Parece que eso te alegra, supuestamete estás de nuestro lado, debería joderte ¿no?
Andrew no se fiaba de Marcy, pensaba que era una moneda de doble cara y por eso prefirió no contarle lo que habían encontrado.
—Solo un par de documentos y algunas porquerías más.—Murmuró Tom a lo que Andrew comenzó a toser.
—¿Unos documentos?¿Qué tipo de documentos rey?—Comenzó a llenarle la copa.
—Documentos de propiedades y cosas que no nos interesan en absoluto.—Intervino el moreno de ojos azulados quitandole la copa a Marcy y bebiéndosela él mismo.—El rey ya ha bebido demasiado y necesita dormir, ¿te puedes ir?
—Oh venga Andrew.—Se puso de pie jugando con su corbata.— ¿Por qué tanta prisa en echarme?
—H-Hola...— Hugo había entrado en el salón tras llamar a la puerta.—Andrew tengo hambre, pero nadie me coge el teléfono en recepción...¿te importa si salgo a comer?
—Tu cara me suena.— Le señaló Tom con los ojos entornados, estaba algo borracho.—¿Fuimos juntos al instituto?
—Mi amor, ¿quien es?—Preguntó Marcy sin dejar de acariciar su corbata y las solapas de su camisa.— No me dijiste nada de que tuvieramos niños en casa.
Hugo tragó saliva molesto, ¿quién coño era ese? ¿por qué se permitía tocarle así? o mejor dicho...¿Por qué Andrew permitía aquello?
—Hugo acompaña a Tom a su cuarto, después pásate por aquí y comemos algo.
—No es necesario, ya veo que estás muy bien acompañado.— Espero a que Tom saliera y le pegó un portazo con todas sus ganas.
—Uh... que carácter tiene el bebé.
Hugo agarró a Tom del brazo que iba tambaleándose un poco para que saliera rodando por las escaleras, mientras le acompañaba a su cuarto intentaba no llorar.
¿Por qué coño tenía que sentir tantos celos por Andrew? Le detestaba, quería no haberle conocido jamás.
—Es guapo Marcy.—Dijo Hugo intentando sonsacarle información al rubio.
—Sí joder, tiene un polvazo.—Decía el otro riéndose.
—¿Crees que a Andrew le gusta?
—Tss ¿a quién no? es una delicia, yo me lo follaba de mil formas, joder, tiene una cara, y unos labios... su voz es dulce, estar ente sus piernas es como estar en el cielo, sí... es una locura de chico...
El corazón de Hugo comenzó a latir con dolor y fuerza, dejó a Tom solo en su habitación marchándose sin saber muy bien que hacer.
—Sí....—Seguía hablando el rubio tirado en la cama con la vista perdida en la nada.— Patrick es una locura de chico...lo es...oh mierda, ¿por qué no está aquí? quiero abrazarle, peque ¡¡PEQUE VEN!! ¿Peque?—Se asomó debajo de la cama cayéndose de esta sobre la alfombra.—Peque...—Comenzó a roncar quedándose profundamente dormido.
Marcy y Andrew seguían conversando, este le estudiaba como si fuese un experimento, aun le costaba averiguar si realmente les estaba ayudando o era tan solo un puto entrometido de mierda.
—Te juro que solo quiero lo mejor para tí, sabes que Richard es muy importante en mi vida, Andrew le harás daño si sigues ayudando a Tom, por favor...debéis separaros.
—No voy a abandonar a mi mejor amigo, ya sabía yo que esto había sido todo una jugarreta tuya, ¿se lo contaste a Richard cierto?
—No, te juro que no...¡Ah!—Andrew le cruzó la cara de una bofetada.— Confía en mí, por favor...
—Voy a ir a ver a Richard, y si sospecho que sabe lo de Tom te juro que te faltarán sitios donde esconderte maldita zorra sin escrúpulos.
Marcy comenzó a llorar.
—Yo te quiero, todo lo que hago es por tí.
—¿Ah sí? ¿Lavarle el cerebro a Tom para que dejase a Patrick también era por mí?
Marcy se quedó sin voz en su garganta, tan solo le observaba con su hermoso rostro y una mano puesta en su mejilla.
—Quieres destruirle... lo sé, pero antes tendrás que destruirme a mí para llegar a tocarle.
—Yo tan solo cumplo las órdenes de tu padre, mi amor, por favor...—Volvió a pegarle.—Dios mío...—Estaba sentado sobre la mesa de billar con su mano apoyada en la zona de juego y sus lágrimas cayendo sobre esta.— ¿Por qué me odias tanto?
—Richard no es mi padre, yo no soy tu amor, ni el de nadie—Le agarró fuertemente por el cuello.— Y deja de involucrarte en nuestros asuntos, yo confiaba en tí, creía que ibas a ayudarme de verdad.
—Y lo hago, al final encontraste lo que querías... ¿o no?.—Andrew le miró amenazante.— Mi vida...— Acarició su pecho mientras este aflojaba sus manos sobre su garganta.—Yo te amo, ¿cómo crees que podría traicionarte? jamás lo haría, sabes que mataría por ti a quien fuese.
—Ya no sé que creer, vete de aquí, por favor.
—¿Por qué? Déjame pasar la noche contigo, te lo he pedido tantas veces y siempre, siempre me rechazas...
—Por eso deberías dejar de insistir, no voy a acostarme contigo Marcy, tu y yo no somos nada, te vi como a un hermano cuando Richard nos presentó, pero siempre quieres más y lo siento, no voy a dártelo.
—¿Es por ese niño?—Su expresión mostraba un terrible odio y una profunda decepción.— ¿Ese escuálido que tartamudea tu nombre con voz ridícula?
—No, él solo es un paciente al que trato de ayudar, tiene problemas psicológicos, Marcy esto no tiene nada que ver, te llevo rechazando desde hace años y a él le conozco de hace poco.
—Pero a él si te lo has follado ¿verdad?
Acarició la entrepierna de Andrew con uno de sus tacones mientras le miraba perverso.
Hugo decidió no ser rencoroso e ir a comer con Andrew, no era cuestión de amor ni de arrastrarse por él, ya era una cuestión de orgullo, la forma en que ese rubio afeminado y egocéntrico le había mirado no le gustó nada, no le iba a regalar a Andrew, al contrario, se lo iba a quitar le costase lo que le costase.
Entró en el salón con buena cara viendo como el pie de Marcy acariciaba la entrepierna de Andrew.
El chico no pudo evitar volver a sentir dolor, como tampoco pudo evitar sollozar.
—Ya obtuve la respuesta.— Marcy se levantó agarrando su chaqueta de cuero y colocándosela sobre sus menudos hombros, se acercó ''demasiado'' para el gusto de Hugo a Andrew y le susurró al oído.— Me quedó claro que es mi rival, no te preocupes, ganará el mejor.
—Marcy.—Andrew le agarró por el codo con brutalidad.—Te estoy diciendo que no es lo que piensas.
Marcy comenzó a reírse
—Cielo no me des explicaciones, no soy celoso, y menos de este chico tan vulgar.
Andrew le soltó involuntariamente, quería asegurarse de que no le haría daño a Hugo, más el rubio salió caminando con elegancia y desparpajo regalando su olor a channel, cuando pasó junto al castaño la tensión pudo palparse, tanto que Hugo no pudo evitar mirar hacia atrás, viendo como Marcy, sacaba su pistola y lamía la punta mientras le guiñaba un ojo.
Acababa de avisarle de que iba a matarle.