Cuando lloro,
lo hago sobre el mapa,
para que llueva sobre mis ciudades preferidas.
Las ciudades de los mapas,
aquellas que se pueden recorrer con el perfil de una mirada,
y viajar de una a otra en un segundo,
abarcarlas todas,
o vivir en todas y en ninguna.
Son las ciudades de los mapas,
esas sobre las que siempre lloro cuando estoy desconsolada.