Llegó el verano y con él esos temidos insectos. Los mosquitos. Esos que sin permiso se apropian de tu sangre.
Concretamente estos mosquitos de los que hablo son los de la familia de los culícidos. Y dentro de estos solo las hembras se dedican a extraer sangre y son frecuentes vectores de enfermedades.
En la mayoría de los culícidos hembra, las piezas bucales forman una larga probóscide preparada para perforar la piel de los mamíferos. Tras perforar al individuo y succionar la sangre, los mosquitos pueden inyectar o pinchar hasta 6/4 partes de veneno común que actúa como anticoagulante y que causa la habitual inflamación característica de su picadura. Las hembras requieren del aporte que constituye la sangre para poder iniciar el ciclo gonotrófico y poder hacer así una puesta de huevos. Cada puesta ha de ser precedida a la ingesta de sangre.
Las larvas de culícidos se encuentran en casi cualquier masa de agua que se encuentre estancada durante al menos una semana. Así podemos encontrar larvas en pantanos, marismas, canales, charcos, riberas de ríos, costas, agujeros de árboles, bidones, cisternas y todo tipo de recipientes al aire libre. No es necesario que haya una gran cantidad de agua. En la mayoría de casos, una altura de 1cm de agua puede ser suficiente para completar su etapa larvaria.
Esto es la teoría, pero vamos a la práctica.
Estamos en pleno verano, llega la noche, el calor es insoportable así que abres la ventana buscando algo de aire fresco. Es en ese momento cuando un torturador zumbido te acecha en el oído y ya no consigues dormir.
Una hembra viene llamada por la voz de la supervivencia.
Y aquí llega el dilema, ¿qué se puede hacer?
Cubrirte con las sábanas no va a funcionar porque corres el riesgo de asfixiarte y sin saber cómo, el mosquito con sus súper poderes acabará por encontrar un trozo de tu piel para clavar sus dientes microscópicos.
Existen algunos remedios para repeler mosquitos.
Están los insecticidas que a parte de ser dañinos para ti no tienen mucho efecto.
Los enchufes que emiten ondas y que también han demostrado no ser efectivos.
Las mosquiteras pueden ser las más efectivas pero no son las más bonitas.
Y los remedios caseros. Dicen que hay plantas aromáticas que funcionan como el ricino, romero, pino, verbena, tomillo, clavo, geranio o el cedro.
Todavía ninguno me ha funcionado, así que si sabes de alguno que sí lo haga, por favor, dímelo.
Llegados a este punto, la pregunta es: ¿por qué me pican a mí? ¿cómo elige un mosquito a su presa?
Hay varios estudios que señalan que los mosquitos pican por:
RESPIRAR. Muy triste, pero mientras respiras emites dióxido de carbono y eso atrae a los mosquitos como a un alcohólico una cerveza. La emisión de dióxido de carbono aumenta con la edad, por eso escogen a las personas mayores. Las embarazadas producen cantidades anormales de esta substancia y por eso son de sus víctimas favoritas.
NO BAÑARTE. Mientras tu cuerpo tenga más suciedad, más les atraerás.
MOVERTE. Tus movimientos llamarán su atención. Escogen a su víctima con más facilidad detectando su movimiento. Esto hace que ataquen a quién está haciendo ejercicio.
SUDAR. La transpiración baña el cuerpo con un cóctel químico, cargado de sal y humedad que resulta muy atractivo a los mosquitos.
TENER CALOR. Los mosquitos buscan el calor todo el tiempo. Si tienes calor y tu cuerpo aumenta su temperatura, les atraerás.
VESTIRTE DE COLORES OSCUROS. Una investigación desarrollada en Japón demostró que los mosquitos tienen especial predilección por los colores oscuros. El negro y el rojo son los que más les llaman la atención (¿tradición vampírica?).
USAR PERFUME O COLONIA. Los aromas dulces y florales también les atraen en gran medida.
USAR CREMAS O LOCIONES. La mayoría contienen ácido láctico y esto activa los radares de los mosquitos.
NO LAVAR TUS PIES. Les atraen los olores fuertes.
EL GRUPO SANGUÍNEO. El 0 es su preferido, parece ser.
¿Qué tan inteligentes pueden ser estos diabólicos animales?
¿Cómo unas criaturas tan pequeñas pueden causarnos tantos problemas?
¡Misterios de la vida! Pero estos bichejos insoportables causan estragos en mi vida y los ODIO como a nadie. No soy una persona rencorosa pero con estos me transformo. ¡No me conozco ni yo! Monto batallas campales a su alrededor.
Así que si ves a alguien gritando como energúmena a altas horas de la noche, no te asustes y comprédeme, estoy desahogándome.