Chiquis siento mucho abandonaros por tanto tiempo, pero ya saben que no tengo ordenador y le móvil este es una jodida mierda para escribir =(
Dylan llegó a casa con Chris de la mano, habían ido al cine, a cenar, a pasear mientras tomaban un helado, se habían estado liando por los callejones hasta llegar a la casa de este y no habían parado de meterse mano todo el rato.
La tensión sexual entre ellos siempre resultaba de lo más intensa.
Tanto que no podían resistirse, ni uno, ni el otro.
Subieron las escaleras rápido pero de forma silenciosa, Charlote estaba en el sofá con Bruce viendo la televisión y Lidia, en su habitación.
Una vez llegaron al cuarto del rubio, Chris cerró la puerta con el seguro mientras Dylan se iba quitando toda la ropa y se tiraba en su cama con una sonrisilla traviesa.
-Te tengo unas ganas cosita.- Murmuró el castaño desabrochándose los vaqueros.
-Y yo ratoncito.- Dylan se acomodó sabiendo por donde empezarían los besos de Chris.
Le había contado mientras se enrollaban y paseaban por ahí, uno de sus mayores secretos, era algo que ni con Hugo había probado.
Y le entusiasmaba ser el primero.
-No tenía ni idea de que te gustara el fetichismo.-Comentó el rubito mientras Chris se sentaba de rodillas al borde de la cama y tomaba el pie de este acariciando su tobillo.
-Gustarme es poco, podría correrme solo lamiéndote los pies.
-¿En serio?- Se echó a reir pensando que eso era demasiado exagerado.
-Sí, y puedo hacer que te corras tú también.- Pasó toda la lengua por el puente del pie mientras con sus dedos le iba acariciando el gemelo y el tobillo, creando una sensación extraña y placentera.- Tienes unos pies preciosos, me encantan.
-¿Son más bonitos que los de Hugo?- Quiso saber pensando que ya era hora de superar a la zorra malfollada, como Patrick le solía llamar.
-Los de Hugo no me gustaban mucho, la verdad, pero los tuyos me deleitan.- Comenzó a lamerle los dedos de los pies, produciendo cosquillas y excitación en el cuerpo del chiquillo que no paraba de removerse en la cama.
Aun le parecía extraño, pero le estaba gustando.
-Oye, Dylan.- Susurró tras dar un tierno bocado en el tobillo de este.- ¿Te pondrías algún día unos tacones para mí?
El rubio se sonrojó con solo pensarlo.
-¿T-Tacones? ¿Para qué?
-Me gustaría mucho, y si son negros, mejor, o rojos.- Comenzó con el otro pie mientras el chico se debatía en su interior si de verdad eso no sería llegar demasiado lejos.
-Pero ¿de qué vas? que no soy una mujer, tonto.
-¿Y? ¿No se ponen las mujeres cosas de hombres también? que más da...solo te lo pido, porque es una de mis mayores fantasías sexuales, ¿me la vas a cumplir o tendré que buscar a otro?
Chris sabía muy bien cuales eran los puntos débiles de Dylan, sabía a la perfección como llevarle a su terreno y como arrastrarle exactamente a donde él quería.
-¿De verdad que es una de tus fantasías? B-Bueno...está bien, pero solo si tú cumples la mía, así estaremos iguales.- Su sonrisa, se volvió maliciosa.
Chris paró apoyando la barbilla sobre los marcados abdominales del rubio.
-¿Ah sí? ¿Y cual es? Me interesa mucho saber eso.
-Quiero follarte Chris.- Confesó.
Pero a Chris aquello no le sentó nada bien, su rostro se descompuso de terror y enseguida, todo su cuerpo se tensó.
-Olvídalo, pide otra cosa.
-No joder, yo quiero eso.- Rechistó.- Si yo tengo que dejar mi orgullo y ponerme unos jodidos tacones por ti, tú harás lo mismo, dejarás tu orgullo y te abrirás de piernas para mí.
-Sí Dylan, claro que sí.- Asentía mientras le daba la razón como a los locos.
-Chris no me toques lo que no debes.- Chistó señalándole con el dedo.- Quiero hacertelo, no olvides que yo era activo cuando estaba con Clarise.
El castaño soltó una carcajada mientras le miraba con burla.
-Esque sinceramente, si hubieras sido pasivo con Clarise, la hubieras llevado clara.
-Oye, que hay hombres que dejan que sus novias le metan poyas de plástico.
Christian se cruzó de brazos alzando un ceja.
-¿Y dónde has visto tu eso? ¿No lo habrás probado no?
-¿EH?- Dylan estaba abochornado.- No coño, lo he visto con Patrick, él y yo investigamos mucho cuando estamos juntos ¿sabes?
-Espero que no sea de la forma que estoy imaginando.- Sentenció.
-¿Qué forma?- Quiso saber.
-¿En serio te lo tengo que explicar?- Se colocó el flequillo como lo solía llevar Dylan y adoptó una voz de niña.- Patrick, ¿me dejas tu consolador xxl?- Se colocó el pelo como Patrick y adoptó voz de niñato.- Si Dylan, no te preocupes, me compré dos iguales por si se gastaban las pilas, ¿los probamos juntos mientras vemos una peli de negros?- Volvió a imitar a Dylan.- ¿Negros? No por dios, que si me quedo embarazado Chris se enterará de que le fui infiel.
-¡YA BASTA!- Comenzó a pegarle para que se estuviera callado de una vez.- Yo no hablo así, y Patrick tampoco.
Chris se estaba muriendo de la risa.
-Osea, que lo que te molesta de todo esto, ¿es la voz que he puesto? ¿entonces lo otro es verdad?
-¡NOOOO!¡IMBÉCIL!
Chris le calló con un beso en los labios, le apretó las mejillas con los dedos para que abriera la boca y así meterle toda la lengua hasta el fondo.
-Mmm, que bruto eres siempre, joder..oye..- Chris se había perdido por el pecho de Dylan, este dejó la cabeza caer hacia atrás para que el castaño se hiciera dueño de su cuello.- Chris... besas muy rico.
-Te voy a comer las tetas.- Murmuró en su oreja mientras se restregaba con toda su erección sobre la de Dylan.
La fricción les daba mucho placer.
-¿Tetas? Yo no..ah...no tengo..t-tetas.
-Si que las tienes.- Le apretó con las manos los fuertes y masculinos pectorales que tenía mientras le frotaba los pezones con la yema de los dedos.- Me encantan.
-Chris...- Se estaba dejando llevar por todo el placer que su novio le daba
-Mckiben.- Susurró de nuevo en su orejita.- Tengamos hijos.
Dylan se echó a reir.
-Pues déjame follarte entonces, para dejarte embarazado.
-Reitero lo dicho, adoptemos un niño.- Corrigió haciendo al otro reír más.
-Eres una locura, pero me encantas.- Le miró a los ojos perdiéndose en el verdor de estos.- Eres muy guapo Chris.- Le quitó las gafas y las dejó sobre su mesita de noche.
Chris entró en el interior de Dylan con todo su miembro grueso y erecto, el chico se abrió de piernas lamiéndose los labios de lo mucho que le gustaba.
-Me vuelves loco cuando haces eso.
-¿Hacer qué?
-Lamerte tú solo.- Le pasó la lengua por toda la clavícula, acariciándole la garganta y llegando a su boca.- Sabes tan bien, tan dulce, mi cosita.
-Ratoncito...ngh...- Estaba intentando no gemir demasiado mientras se abrazaba fuertemente a los hombros de Chris.- Dime que me amas...p-por favor
-Te amo con locura.- Contestó sin dejar de hacerle el amor pero a un ritmo suave y muy placentero para ambos.- Me has devuelto las ganas de vivir Dylan.
-Pues no me dejes nunca, ni me engañes tampoco.- Ambos dejaron de moverse mientras se miraban directamente a los ojos, unos orbes esmeralda y otros azulados como el cielo, tanto unos como los otros derrochaban puro amor.- Me llevé un palo muy fuerte con Clarise, he hecho todo lo posible por volver a confiar y creer en las personas, pero no te rías de mi ingenuidad, por favor...- Se arropó entre el pecho de Chris.-Si algún dia ya no me quieres, o decides tener algo con otro, dimelo de frente, no quiero que se vuelvan a reir de mi, nunca más...
El castaño agarró la barbilla del rubio para que le mirase de frente.
-Eso nunca va a pasar, yo solo tengo ojos para ti amor.
-Te quiero.- Susurró notando de nuevo el movimiento de las caderas de Chris.- Te quiero Christian.
-Yo a ti también, mucho.
El móvil de Dylan comenzó a sonar interrumpiendo el momento, este trató de ignorarlo, pero cuanto más sonaba más lejos se sentía de Chris.
Notó como el calor del cuerpo de su novio se iba perdiendo, su cama ya no olía a él, y su voz ya no se escuchaba por ninguna parte.
Todo estaba oscuro a su alrededor.
Tan solo esa estúpida melodía.
-¿Chris? ¿Christian?- Preguntaba una y otra vez caminando en una absoluta oscuridad.
Vio entonces a lo lejos su instituto, quiso llegar, pero le era imposible, veía a Patrick con sus amigos, jugando al basket con Chris como lo hacía con él, vio que un chico rubio de pelo largo se le acercaba tras ganar un partido y le besaba en los labios delante de todos.
Vio como Patrick y ese mismo chico, llamado Allen, eran amigos inseparables.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué me ha quitado mi lugar? No... yo, yo estoy aquí, ¡Chris! ¡Patrick! ¡Estoy aquí!- Intentó moverse, correr desesperado hacia aquel lugar en el que deseaba estar, pero algo le impedía moverse.
Miró hacia atrás viendo a Bratt.
Su expresión, le dio miedo, mucho.
Le miraba de una forma desconfiada, como si planeara hacerle algo sucio, le tenía sujeto por las muñecas y se las apretaba con demasiada fuerza.
-Me duele, estúpido, ¡suéltame!- Comenzó a forcejear sin parar, pero era imposible.- ¡Que me sueltes he dicho!
Dylan abrió los ojos encontrándose en su cama, en su habitación, en New York.
Tenía los ojos inundados en lágrimas, el sudor bajaba por su frente y su corazón latía con rapidez.
El maldito móvil seguía sonando.
Había tenido otra vez ese sueño, aquel sueño con Chris en el que revivía una de las mejores citas juntos, aquella noche en la que le prometió lo que poco después rompió, la promesa de no serle infiel y de en caso de serlo, decirle la verdad.
Cogió su móvil mientras se apartaba el flequillo humedecido por el sudor de la frente, era el imbécil de Bratt.
-¿Qué quieres?-Preguntó de mala gana.
-He visto a tu madre en el supermercado, me ha contado que os volvéis a Londres ¿no?
-Sí.- Dijo a secas.
-Quiero verte para despedirnos.
Aquello no habría sido un problema, Bratt era un buen amigo y le caía genial, pero tras lo sucedido no le apetecía verle, tenía miedo de que volviese a intentar algo con él, además de que aquel sueño le había hecho sentir miedo.
-No tengo tiempo, debo preparar las maletas y...
-Dylan, he estado a tu lado en todos los momentos que me has pedido, en todos estos meses, no te he fallado ni una sola vez, ¿o miento?
Dylan agachó la mirada.
-No... no mientes.
-¿Entonces? Esto es lo único que te estoy pidiendo, quiero verte para decirte adiós, nada más.
-De acuerdo pero será rápido Bratt, ya te he dicho que tengo poco tiempo, no es que sea una excusa, es la verdad.
-Ya, bueno...¿esta noche?
-¿No puede ser por la tarde mejor?- Sugirió pensando en ir a un lugar a plena luz del día lleno de gente.
De repente, sentía mucho miedo hacia Bratt.
-Es que esta noche sale esa peli que tanto me gusta en el cine, tenía pensando invitarte a verla ¿que te parece? nos hartaremos de chuches.-Comentaba con voz animada mientras se reía.
Dylan sonrió, Bratt no era mal tipo, era su amigo, el que había conocido durante estos meses, no podía dejarse llevar por un simple sueño.
-Claro, iremos al cine, me parece genial.