Give Me Love

By dirtychoc

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*SEGUNDA TEMPORADA DE 50 SOMBRAS DE UN GAY* Dos amores que se vieron presionados por la sociedad y la familia... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Cap 11 (2 parte)
Capítulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Cap 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capitulo 19
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
49
50

Capítulo 2

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By dirtychoc

Chris llegó a casa, su padre le estaba esperando con los platos de comida en la mesa.

Como no, el primer plato era una crema de champiñones de sobre. El segundo, filetes empanados.

-Hola...papá.- Saludó decaído dejando la mochila a un lado del suelo y sentándose en la mesa.

-Hijo, se que estás cansado de los champiñones, pero tampoco te deprimas tanto.- Bromeó intentando alegrar al chico.

Este tan solo esbozó una falsa sonrisa.

Si estaba aguantando, si intentaba rehacer su vida y ser un adolescente normal, era por Antonio.

Recordaba cada día de su vida aquella vez que intentó suicidarse, la última vez, cuando Antonio le dijo que antes de volver a cometer una cosa así, pensara en él.

Y por eso mismo seguía allí, por su padre, por nadie más.

Le había ocultado su relación con Allen, sabía que su padre no la aprobaría pues ni siquiera sabía de la ruptura de ambos, Chris le había comentado sobre la mudanza de Dylan por un tiempo, pero poco más.

-¿Le hechas de menos verdad?- Saltó con aquella pregunta que tanto odiaba.

-Papá, prefiero no hablar de eso ahora. 

-¿Por qué? ¿Estáis enfadados hijo? No quiero que me ocultes las cosas.

Chris siguió comiendo, más al ver que su padre no se bajaría del burro hasta saber algo, decidió hablar un poco del tema.

- La distancia...- Negó con la cabeza.

-Vaya, bueno, seguro que cuando vuelva todo irá como antes, extraño ver ese flequillo rubio por toda la casa, ya nadie se come los plátanos, no sé ni para qué los compro.

-Pues deja de comprarlos entonces.- Falfulló levantándose de la mesa de mala gana.- Buenas noches papá.

-Hijo, si necesitas hablar...

-No, no quiero hablar más.- Cerró la puerta de su habitación un tanto violento mientras se tiraba en la cama revolviendo sus cabellos castaños.

Se estaba volviendo loco.

Y eso que todavía, no había vuelto de New York.

Su corazón latía con intensidad solo con pensar en volver  a ver su sonrisa, su piel tan suave y sus cabellos dorados.

Lo peor de todo, es que entraría de nuevo al equipo, entrenarían juntos, se ducharían juntos, pasarían demasiado tiempo cerca el uno del otro.

-¿Cómo voy a soportar eso?- Se preguntó en voz alta escuchando la puerta de  la calle cerrarse.

Antonio se acababa de ir al trabajo.

Se levantó de la cama sentándose en la silla del ordenador.

-No puedo hacerlo.- Trató de pelear contra sus pensamientos que le decían ''hazlo'' a cada momento.- No quiero verle.. no me importa su vida...

Pero donde manda el corazón, no hay razón ni lógica que pueda hacer nada.

Chris terminó entrando al facebook del chico.

Él llevaba desde que el rubio se fue sin volver a entrar, sin subir ni una sola fotografía.

En cuanto vio su nombre, esas simples letras formando ''Dylan Mckiben'', su corazón se desbocó. 

Pero peor fue al comenzar al ver cientos de imágenes con su perfecta cara de ángel y sus lindos ojos azulados como un hermoso día de primavera.

Rompió a llorar, no pudo evitarlo ni un solo segundo más.

Acarició con la yema de los dedos los rosados labios del chico, sus mejillas, su nariz, su orejita, aquella que amaba morder y besar cuando se reía inocente y le llamaba ''ratoncito''.

-¿Qué voy a hacer yo sin ti Dylan? Dímelo por favor.- Suplicaba llorándole a la fotografía del chico de su vida.

Entonces, al pasar entre foto y foto, encontró una que detuvo su llanto de inmediato, haciéndole sentir una ira casi imposible de dominar.

Dylan sonreía mostrando sus preciosos dientes blancos mientras otro chico, de apariencia universitaria, le colocaba una flor en el pelo.

No había más contacto entre ellos, podrían ser simples amigos, pero aquello, estaba matando a Chris.

Ciego de la furia, le pegó un puñetazo a la pantalla del ordenador rompiéndo esta en varios pedazos.

-Genial, ahora te quedaste sin ordenador, pedazo de gilipollas.- Masculló enrabietado mientras respiraba agitado y las venas de sus brazos se hinchaban.- ¡ODIO EL PUTO AMOR!- Gritó tirando el mismo ordenador al suelo y pisoteándolo una y otra vez.

El timbre sonó, ya sabía de quien se trataba, pero no quería que le viera así.

Al no abrir, su móvil comenzó a sonar.

-Allen, estoy mal, no es buena idea...en serio.- Comentó aun con la respiración agitada y al voz ronca del enfado.

-Chris, no quiero que estés solo, no me importa limpiar las lágrimas que derramas por él, ya te lo dije, estoy contigo para ayudarte.- Le oyó decir al otro lado del teléfono.

-Pero es que...- Chasqueó la lengua.- Esto no es justo para ti, Allen, deberías estar con un chico que...

-Sh, quiero estar contigo y ya está, además, te estoy sirviendo de apoyo y lo sabes, estás mucho mejor desde que estamos juntos.

-Sí...bueno...- Chris no estaba muy seguro de eso.

Ya que aparentaba estar bien tan solo por no herir a Allen.

-¿Me abres o tengo que recurrir a otros métodos?

-Te abro.- Sonrió.

El castaño fue hacia la puerta, girando el pomo para dar paso al guapo chico de cabellos largos y rubios que entró con toda su elegancia al pequeño piso.

-¿Tu padre está?- Cuestionó.

Chris negó con la cabeza y este alzó los tobillos para darle un beso.

-Okay, entonces no tengo que fingir ser tu amigo.- Sonrió.- Chris, ¿vas a ir al gimnasio esta tarde? No te veo con ganas.

-Pues la verdad es que muchas no tengo... y Patrick tampoco va, vuelve a estar malo de la barriga, el muy bruto se comió tres gofres de chocolate para desayunar.

Ambos chicos caminaron hacia la habitación.

-Chris...- Allen quedó patidifuso al ver el desastre que había hecho con su ordenador.- Se acabó, esto está acabando contigo.- Se llevó las manos a la cintura.- ¿Se puede saber que ha pasado?

El castaño se sentó en su cama mientras metía los trozos en una bolsa de basura.

-Tan solo era un viejo portatil, estaba pensando comprar uno nuevo.

-No evadas mis preguntas, ¿que te hizo estar así?- Insistió el chico agachándose para ayudarle a recoger.

-Celos, Allen.- Confesó.- Celos.

Allen hizo una mueca de tristeza mientras acariciaba la mejilla de Chris.

-Ojalá algún día sintieras esos celos por mi, aunque yo nunca te daría motivos para tenerlos.

-Ya.- Apartó la mano de Allen.- Eso dicen todos, hasta que me terminan apuñalando.

-Yo no soy como él.- Bufó.

-Já.- Espetó.- ¿Cuantas veces habré oído eso? 

Allen agachó la cabeza sin decir nada ocultando su expresión disgustada, más Chris se sintió culpable y le llamó tomándole de la mano para darle un abrazo.

-Perdóname Allen, de verdad, si no me soportas...es mejor que..

-Que no joder.- Le quiso empujar pero el castaño no le soltó.- No me hagas sentir que sales conmigo por pena.

-No te equivoques.- Musitó con los labios fruncidos.- Eres un chico guapo, encantador que podría tener a cualquiera, el único que da pena aquí, soy yo.

Le dio una suave palmadita en el culo para que se echara a un lado y asi tumbarse en la cama, estaba agotado, su cabeza iba a explotar.

-¿Sabes qué? Necesitas ver una pelicula de humor mientras tu novio te abraza y te dice que te ama.- Se levantó a encender la televisión mirándole con una expresión tierna.

-Las palabras se las lleva el viento Allen, para mi los te quiero y los te amo, solo suenan a mentira.- Se acostó de lado tapándose con la manta.

Allen puso Fuga de cerebros 2 y se marchó a calentar un bol de palomitas al microondas.

Volvió tres minutos después brincando sobre Chris mientras le colocaba las piernas por encima y este le abrazaba para no sentirse tan solo.

-Gracias.- Susurró en su oído.

-¿Ah? ¿Por qué?- Se metió varias palomitas en la boca.

-Por soportarme, ni yo mismo me aguanto, no sé de donde sacas la paciencia.

-Se llama amor.- Contestó haciendo que el corazón de Chris se encogiera de dolor y tuviera que aguantar la respiración varios segundos para volver a calmarse y actuar con normalidad.

''- ¿Que tienen tus labios que saben tan dulces?''

''-Se llama amor.'' 

(...)

Dylan se estaba vistiendo frente al espejo de la que sería su habitación tan solo por un mes más.

Había quedado con Bratt, el mejor amigo que tenía en New York, pues lógicamente, nadie igualaría a Patrick ni de lejos.

Pero con él todo iba bien, salían juntos, se reían, hablaban, se escuchaban mutuamente y, en las  noches o días que peor lo pasaba por Chris, Bratt solía ir a buscarle y llevarle a tomar un simple helado hasta que su ansiedad se calmara. 

-Cariño, ¿vas a salir?- Preguntó Charlote contenta de que su hijo estuviera más alegre. 

-Sí, hoy vamos a ir a la playa, eso me relaja mucho.- Comentó colocándose bien el pelo.- ¿Por qué lo preguntas?

-Nada, nada, ¿cómo vas con el baloncesto? ¿te gusta mucho no?

-Bien, y si me gusta, pero no es como el basket, estoy deseando volver al equipo.- Sonrió nostálgico.- Mamá... ¿puedo hacerte una pregunta?

-Sí mi vida, claro. -Ella se sentó sobre la cama de su hijo.

-Si papá te hubiera mentido y aun así decidieras perdonarle, y resultara que un día te dijera que ya no sentía nada por ti sin dar más explicaciones y, además, te contara que estaba acostándose con un chico, bueno en este caso chica.- Se autocorrigió al ver el terror en la cara de su madre.- ¿Intentarías arreglar vuestra relación?

Charlote arqueó una ceja.

-Hijo, hay una cosa que se llama orgullo.- Comentó.

-Ya, gracias por el consejo.- Se encogió de hombros.

-No esperaba eso de Chris.- Masculló enfadada.

-¡¿Qué?! No, no, no es por él, osea...es por un amigo que le pasó algo así y solo quería saber lo que una mujer tan inteligente y experimentada como tú opinaba.- Se puso tan nervioso que hasta las piernas le temblaban.

No quería que sus padres supieran la verdad, no permitía que estos le viesen llorar por Chris pues, si por alguna razón volvían a ser novios, sabía que sus padres eran muy, muy rencorosos.

''A quién voy a engañar... él está con otro, da igual lo que Patrick diga y yo, debería de hacer lo mismo pero... no puedo.'' 

-Bueno, bueno, que me voy ¿vale? vuelvo después, te quiero.- Le plantó un beso en la mejilla saliendo a toda prisa de la casa para encontrarse con Bratt.

Se encontró con este cerca de una de las heladerias a las que siempre solían ir, en cuanto le vio, le colocó una flor en el pelo.

-Oye para ya con eso.- Se la quitó de un manotazo.- Que no soy una chica.- Le miró de reojo con superioridad.

Bratt se echó a reir.

Era más alto que Dylan, efectivamente, iba a la universidad y, estudiaba magisterio.

Llevaba unas bonitas gafas de pasta azules con el pelo negro y los ojos café, su piel era morenita.

Tenía un rollo desenfadado y bohemio que le recordaba mucho a Chris.

-Va enserio.- Miró a la chica de la heladería.- Uno de turrón y nata por favor.- Pagó pero Bratt le quitó el dinero pagando él.- ¡Oye! ¡Hoy me tocaba a mi!- Saltó enfadado.- Bratt....oye...- Comenzó a hacer pucheros viendo que no le hacía caso absoluto y se iba con los helados.- ¡Pero dame el mío al menos!

-¿Un selfie?- Ofreció el moreno mientras el rubio aceptaba a regañadientes, puso cara de cachorro apaleado.- Pero bueno, que decaído estás hoy, ¿puedo saber a qué se debe? ¿eh?

-Nada especial, lo mismo de cada día... -Comenzó a dar vueltas con la cuchara en el helado.- Solo estaba pensando en como será mi vida cuando vuelva a Londres, a veces creo que debería hablar con Chris, sinceramente me da por pensar que solo me dijo aquellas cosas porque estaba enfadado.

-Por favor.- Bufó mostrando su molestia.- ¿Por enfado? Te dice que eres el amor de su vida y todo el rollo, luego te miente, te vas y, en ved de mandarte un mensaje o llamarte para explicarte las cosas y recuperarte, lo único que hace, es tras varios meses sin saber de ti, mandarte un chat al facebook diciéndote que se folla a otro, que hagas tu vida y que ya no siente nada, ¿what? ¿en qué mundo vives Dylan?

-En el mundo de los idiotas.- Confesó intentando no llorar.- Tienes razón Bratt,  no merece ni que le dirija la palabra, pero es que... me pareció tan frío, no parecía él, su frialdad, su prepotencia... aquel no era mi rato..

-Ya basta Dylan.- Le cortó.- Ni recuerdes esa forma de llamarle, te haces daño.

-¿Pero como quieres que le olvide Bratt?- Alzó la voz, pero no importó porque estaban en un lugar solitario.- Si fue quien me hizo el amor por primera vez, quien me enseñó a querer de verdad, quien me hizo sentir que valía más por mi forma de ser que por mi puto dinero.- Tiró el helado entero a la papelera llorando como un niño pequeño.- No lo entiendo...yo creía...cr-reía q-ue... que lo nuestro s-sería para siempre... si hasta teníamos planes para cuando terminaramos la universidad.

Bratt se levantó de su asiento dándole su helado a Dylan.

-Come anda, te vendrá muy bien algo dulce para esa amargura que llevas a rastras, vamos a casa, allí estaremos más tranquilos.- Agarró al chiquillo por los hombros llevándole hacia donde vivía.

-¿Qué? ¿A tu casa? ¿Ahora? Yo no quiero estar encerrado Bratt, necesito aire libre.- Replicaba tratando de librarse del brazo de este, le molestaba.

-Pero allí estaremos mejor, hazme caso.

-¿Mejor por qué?- Le empujó deshaciéndose de él.

Bratt le miró con enfado por unos segundos y, en un abrir y cerrar de ojos, abrazó a Dylan plantándole un beso en los labios.

Más cuando ese beso terminó, el rubio le cruzó la cara de un bofetón.

-¿Qué mierda haces?- Reclamó.

-¿Que mierda hago?- Le agarró con fuerza por la muñeca.- Que mierda haces tú, dirás, llevo nueve meses conociéndote, a tu lado, apoyándote en todo y desesperado por poder tenerte de una puñetera vez, no voy a seguir esperando Dylan.

El rubio le miró con confusión y un delicado atisbo de decepción.

-Así que era eso... sexo...

-Dylan, no es solo eso, joder..

-No, si que lo es, no me vengas con el rollo del amo porque te juro que vomitaré encima tuya.- Hizo una mueca de desagrado.- Pensaba que de verdad eras un amigo, de nuevo me vuelvo a equivocar, supongo que todos tienen razón cuando dicen que soy demasiado ingenuo.

El rubio se dio la vuelta marchándose de nuevo a casa.

Una parte de él no quería volver a Londres, pero otra, ansiaba hacerlo.

''¿Cómo voy a vivir sin ti Chris? Dímelo porque yo no lo sé'' 

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