JUNTOS SEGUIREMOS EL COMPÁS(A...

By rachel_life

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Dos compañeras de piso, Raquel y Yolanda o como su amiga la llama Yoli, ambas tienen 19 años, comparten piso... More

Presentación de los personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Cap 5
Cap 6
Cap 7
Cap 8
Cap 9
Cap 10
Cap 11
Cap 12
Cap 13
Cap 14
Cap 15
Cap 16
Cap 17
Cap 18
Cap 19
Cap 20
Cap 21
Cap 22
Cap 23
Cap 25
Cap 26
Cap 27(último capitulo)
RESUMEN 2TEMPORADA
Cap 2.1
Cap 2.2
Cap 2.3
Cap 2.4
Cap 2.5
Cap 2.6
Cap 2.7
Cap 2.8
Cap 2.9
Cap 2.10
Cap 2.11
Cap 2.12
Cap 2.13
Cap 2.14
Cap 2.15
Cap 2.16
Cap 2.17
Cap 2.18
Cap 2.19
Cap 2.20
Cap 2.21
Cap 2.22
Cap 2.23
Cap 2.24
Cap 2.25
Cap 2.26

Cap 24

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By rachel_life

MARÍA

Después de que Carla nos fuera a avisar de lo ocurrido nos fuimos a un sitio que los chicos tenían por si acaso esto ocurría. Cuando nosotros salíamos del edificio y estábamos a un par de calles, vimos las sirenas de las policía llegando a nuestra casa.

Pasado un rato, llegamos a aquel lugar y nos acomodamos mientras Álvaro y Carlos llegaban con Raquel y Yoli. Dani se sentó en una silla que había allí y yo me senté en sus piernas. Nos besamos y le dije un todo saldrá bien, tranquilo. Puso una pequeña sonrisa y después miró a David.

Se hicieron una especie de señas que no entendí y miré a la puerta como si así los demás pudieran llegar antes. Media hora después llegaron Carlos y Yoli con la respiración agitada.

-¿Qué ha pasado?-preguntó David colocando su mano en el hombro de Carlos según entraba por la puerta.

-La policía. Nos esperaba a la salida de su universidad. Hemos tenido que correr un montón de calles esquivando a los que iban en coche y los que corrían detrás de nosotros.

Todos nos miramos y enseguida supimos que estábamos pensando lo mismo.

-¿Creeis qué...

-No les ha pasado nada. Parece mentira que no conozcais a mi hermano. Vendrán.

-Están tardando mucho.

-Sabeis perfectamente que Álvaro protege a sus seres queridos, y todos sabemos que Raquel le importa mucho. La protegerá con su propia vida si hace falta.

-Eso es cierto-dijo Dani-. Solo tenemos que esperar a que entren por esa puerta.

Dani me acarició el pelo para intentar calmarme un poco, pero con mi hermano fuera intentando huir de la policía era difícil estar tanquila. Mi móvil empezó a sonar dentro de mi chaqueta, lo cogí y descolgué.

-¿Sí?

-Hola cariño. Adivina.

-¿Qué?

-Estamos en la ciudad, ¿dónde vivís?

-¿Los dos?

-Sí, los dos. Iremos a vuestra casa después de pasar por la comisaría para hablar con el hijo de tu tío- pensé-. Nos ha pedido ayuda y estamos aquí para ayudarles. Luego hablamos.

-Adios.

Colgamos y miré a los demás que me miraban intrigados por la llamada. Había notado como se había ido un poco el color de mi cara. No sabía como se lo iba a explicar. Cuando me preguntaron que me habían dicho en la llamada, les respondí que hablaríamos cuando llegara Álvaro.

Me acomodé en el sofá al lado de Yoli y apoyé mi cabeza en su hombro. Ella hizo lo mismo y nos quedamos dormidas en el sofá. No sé cuanto tiempo hubo pasado hasta que me desperté y Raquel y Álvaro ya habían llegado. Suspiré aliviada al comprobar que ambos estaban bien, o casi bien.

Álvaro tenía una herida de bala en el brazo, por suerte solo le había rozado y no era nada grave. Todos me miraron esperando que dijera algo aunque yo no sabía a que se referían. Hasta que me acordé: la llamada.

-Álvaro-le llamé-, está aquí.

Sus ojos se abrieron a más no poder y su boca se tensó.

-¿Quién?-preguntaron algunos al unísono.

-Nuestros padres.-respondimos también al unísono.

Algunos suspiraron o bufaron, otros no sabían a que nos referíamos.

-¿Podeis explicarnos qué tiene de malo que vuestros padres estén aquí?-preguntó Raquel.

-Nuestros padres son los jefes de policía de la ciudad de al lado. No saben nada-recalqué la palabra nada- de lo que Álvaro y yo hacemos. Si vienen aquí es algo malo. Se han ido a la comisaría para hablar con Andrew. Es el hijo de nuestro tío por parte de madre.

-Si están aquí es porque Andrew les ha avisado y quiere que sepan lo que ocurre-continuó Álvaro-. Si nuestros padres se enteran de lo que hacemos, María y yo no podremos volver a pisar la calle jamás.

-Saldremos de la ciudad-dijo Carla-. No se darán cuenta. Podemos hacerlo.

-¡No! En cuanto nuestros padres hablen con Andrew estaremos condenados. Seremos sus hijos y aunque les cueste nos entregarían a la policía.-Álvaro y yo nos miramos y empezamos a contarles todo sobre nuestros padres.

-Pondrán policías en todas las fronteras, en las calles, carreteras... todo-comencé-. Salir de aquí será casi imposible sin que nadie salga herido. Buscando a gente no les supera nadie...

-Hay que irnos de aquí, entonces-habló Yoli y todos la miramos con el ceño fruncido-. Si son tan buenos como decís buscando gente, aquí no estamos seguros. Si alguna vez vinieron a este sitio, es posible que vengan a buscarnos.

A todos se nos abrió la boca ante lo que había dicho. Nuestros cuerpos se tensaron cuando escuchamos que alguien había entrado en la cocina. Cuando entraron por la puerta todos nos aliviamos cuandp vimos que eran Sandra y Blas. Nos habían encontrado. Si ellos lo hacían, mis padres sabrían directamente donde estábamos.

RAQUEL

AQUELLA MAÑANA

Me levanté como siempre para ir a la universidad. Desayuné, me vestí, cogí mi mochila y salí de casa. Cogí el coche y conduje hasta llegar a la universidad. Tuve que aparcar un par de calles lejos de la universidad ya que no había ningún sitio. Caminando a la universidad ví varios coches de policías pasar a toda velocidad.

A primera hora empecé a tomar apuntes puesto que en unos días tendría un examen y no había empezado a estudiar. Levanté la cabeza asustada cuando escuché la voz de Álvaro entrando en clase. Al parecer tenía que hablar conmigo y pidió permiso a la profesora para que saliera de clase.

La profesora me miró y yo asentí para que me dejara salir de clase. Si Álvaro estaba aquí era porque algo importante había pasado. Una vez fuera empezó a hablar.

-Tenemos que irnos. Algo malo ha pasado y las cosas no van bien.

-¿Qué ha pasado? Cálmate y respira un poco.-cogió aire y empezó a contarme todo lo que había pasado.

-Esta mañana la policía entró en tu casa y por poco se llevan a Carla y a David con ellos.

-¿Están bien?-le interrumpí.

-Lograron escapar, pero vinieron a nuestra casa para ver si nos encontraban. Por suerte, David y Carla nos avisaron minutos antes de que llegaran y logramos escapar. Estamos todos bien, pero en vuestra casa había fotos y tienen que estar a punto de llegar a por ti, igual que en la universidad de Yoli.

-¿Qué? Tenías que haber ido a por Yoli en vez de venir a por mí.-me alteré un poco y levanté el tono de voz.

-Cálmate, Carlos está en la universidad recogiendo a Yoli. Tenemos que irnos asi que entra ahí, coge tus cosas y salgamos pitando de aquí.-asentí.

Noté como el color de mi piel se había ido un poco y estaba pálida.

-¿Srta. Raquel está bien?-asentí despacio y me senté en mi sitio.

-¿Qué ha pasado?-negué con la cabeza-Has entrado con la cara pálida, todo el mundo sabe que algo te pasa, cuentámelo.

-Voy a fingir un desmayo, tienes que coger mi mochila y llevarme a la enfermería, ¿vale?

-Sí, claro, pero que...-no pudo terminar la frase debido a que fingí mi desmayo.

Todos se acercaron para ver lo ocurrido y la profesora dejó que Sandra me acompañara a la enfermería. Hizo lo que le pedí, cogió mi mochila y salimos de clase. Una vez fuera, me incorporé como si nada me hubiera pasado y mi piel fue volviendo a su tono normal. Salimos del edificio y Sandra me sujetó del brazo para que le explicara algo.

-Es una larga historia, ahora no puedo hablar. Te lo contaré cuando pueda, lo prometo.

-Al menos dime a donde vas.-me soltó del brazo.

-Conmigo a un sitio seguro.-habló Álvaro que vino detrás de nosotras en todo momento desde que salimos de clase.

-¿Qué...-no podía decir nada. No le salían las palabras.

-Tranquila-coloqué mis manos en sus brazos para tranquilizarla-. Te prometo que en cuanto pueda te lo cuento todo, ¿vale?-asintió. No le salía otra cosa- Vuelve a clase e invéntate una excusa creíble.

Álvaro y yo salimos del edificio y al salir en la puerta, un coche de la policía se paró de golpe y dos agentes salieron del coche. Álvaro y yo no esperamos a que nos dijeran nada para empezar a correr y huir de ellos. empezaron a correr detrás de nosotros por las calles. Al llegar al final de la calle nos dimos cuenta de que también venían por delante y por la izquierda.

Álvaro tiró de mí hacia la derecha y corrimos calle arriba. Una de mis manos estaba sujeta de la de Álvaro y no se podía soltar mientras que la otra mano sujetaba la mochila y evitaba que se cayera. No podía dejar que la mochila se cayera, llevaba cosas mías privadas que les podrían dar pistas a la policía.

Seguimos corriendo un par de calles más hasta que otro coche de policía nos cortó el paso. Álvaro volvió a tirar de mí sin parar y corrimos hacia el coche aunque este no se movía.

-¡SALTA!-me pidió Álvaro.

Ambos saltamos y nos deslizamos por el capo del coche hasta llegar al otro lado. Una vez en el suelo de nuevo volvimos a empezar a correr. Llegamos a su coche y nos subimos. A los pocos segundos estábamos por las calles con más de tres coches de policía detrás de nosotros.

-¿Qué hacemos?-pregunté gritando un poco.

-Abre la guantera y coge la pistola que hay.-Abrí la guantera y cogí la pistola, pero no disparé.

-¿Y ahora qué?

-¡Dispara!

-¿Qué? Ni de broma, prefiero conducir y que dispares tú.

-Ahi un sitio al que vamos y no sabes donde es, asi que dispara a las ruedas.

Decidia hice lo que me pidió, bajé la ventana y empecé a disparar a las ruedas. Había cinco coches, a dos de ellos les pinché la rueda delantera y los otros tres nos seguían persiguiendo. Al ver que ellos también empezaban a disparar guardé la pistola dentro del coche y esperé a que dejaran de disparar.

Una de las balas dió en el espejo restrovisor de la derecha y otra de las balas atravesó el espejo de atrás y llegó al de alante. La tercera bala que dio en el coche, rozó el brazo de Álvaro y este no pudo evitar quejarse y que se desviara un poco el coche.

Cogí el volante y lo moví hasta dejar el coche de nuevo en la carretera. Miré la herida de Álvaro y era un roze, nada grave. Después de que Álvaro volviera a coger el volante, seguí disparando a las ruedas hasta que me quité a dos de los tres coches y el tercero nos seguía persiguiendo.

-Solo queda uno, despístalo como sea.

A los pocos minutos, no había rastro del tercer coche del policía y no sabíamos en que calle estábamos. No había cobertura y teníamos las ruedas traseras pinchadas. Empezamos a andar con cuidado de que no nos viera ningún policía y caminamos hasta llegar a la universidad.

-¿Qué hacemos aquí?-pregunté.

-¿Habrás venido en coche, no?

-Sí, pero...

-Pues ya está. Tu coche es más discreto que el tuyo, no llamaremos la atención asi que podremos llegar a nuestro destino sin problemas.

-Y tu brazo, ¿qué?

-Puede aguantar. Vamos.

Andamos las dos calles hasta llegar a mi coche y cuando iba a entrar en el asiento del piloto, Álvaro me quitó las llaves y me señaló el asiento del copiloto. Bufé y me senté en el asiento del copiloto. Al llegar a aquel sitio todo fue bien, todos habían llegado sanos y salvos y estábamos todos bien. Yoli se estaba despertando y María seguía durmiendo como un bebé.

YOLI

AQUELLA MAÑANA

Me levanté como siempre y me fui a la universidad. De camino a la universidad me dí cuenta de que me había olvidado de unos libros que necesitaba y tuve que dar la vuelta para cogerlos. Antes de llegar a la calle en la que residía un montón de coches de policía iban a gran velocidad hacia mi casa.

No me lo pensé dos veces y llamé al móvil de Carla. No me contestó y dejar un mensaje en su buzón de voz. Dí la vuelta y fui hacia la universidad mientras seguía intentando contactar con Carla o con David.

Cuando llegué seguían sin cogerme el teléfono asi que dejé de intentarlo. Me quedé unos minutos en el coche hasta que quedaban apenas diez minutos para entrar en clase y después salí. Entré en la universidad y me sorprendió ver a Carlos caminando por el campus buscando algo. Cuando me vió, sonrió aliviado, creo, y corrió hacia mí. Me abrazó tan fuerte que apenas podía respirar.

-Yo también te he echado de menos.-dije mientras me dejaba respirar.

-Tenemos que irnos-fruncí el ceño-. La policía ha ido a tu casa. David y Carla están bien y Álvaro ha ido a la universidad de Raquel para recogerla. Tenemos que irnos.

No lo dudé dos segundos y cogí su mano para irnos fuera del campus. Cuando íbamos a salir de la universidad, un montón de policías y el director nos cerraron el paso. Nos miramos y empezamos a correr hacia adentro de la universidad. Corrimos por los pasillo intentando buscar una salida sin resultado alguno. Una de las ventanas estaba abierta y nos dimos cuenta de que la puerta principal que daba a la calle no estaba siendo vigilada.

-Sé en lo que estás pensando y no. ¡Tengo vértigo!

-¿Prefieres pasar unos segundos de vértigo o la cárcel?

Salimos por la ventana y nos apoyamos en los marcos de las ventanas. La pared era totalmente lisa a excepción de las ventanas que sobresalían un poco y nos podíamos sujetar de la parte de arriba del marco y apoyar los pies en la parte baja de la ventana.

Fuimos bajando a duras penas intentando no resbalar y caer al suelo. A pocos metros estábamos de tocar el suelo cuando los policías salieron del edificio y empezaron a hacer un círculo en el suelo para que no nos pudiéramos escapar.

Me dí cuenta de que la ventana en la que estaba apoyada, estaba abierta y podíamos entrar sin ningún problema. Le lanzé una mirada cómplice a Carlos y le señalé con la mirada la ventana. Él lo entendió y después de que yo estuviera dentro, él se metió todo lo rápido que pudo.

Me agarró de la mano otra vez y empezamos a correr por los pasillos sin rumbo fijo. Sabíamos que por las escaleras habría algunos policías asi que aunque era arriesgado, decidimos bajar en ascensor hasta la primera planta. Al salir del ascensor había dos policías vigilando y no se dieron cuenta de que estábamos dentro.

Carlos junto sus cabezas en un golpe y cayeron desmayados al suelo. Volvió a agarrarme de la mano y corrimos hacia la puerta principal. Sin problema alguno logramos salir de la universidad y evitar algunos coches de policía escondiéndonos en algún callejón. Nos metimos en una cafetería que había por allí para disimular un poco.

Tapamos nuestras caras con los menús y esperamos a que la zona se tranquilizara un poco. Unos minutos después, cuando intentamos salir, entraron unos policías preguntando por nosotros. Por suerte, teníamos la puerta de los baños y cuando vimos que el camarero nos había reconocido, nos metimos en uno de los baños y salimos por una de las ventanas.

Una vez fuera, empezamos a correr de la mano. En ningún momento me soltaba y si lo hacía, volvía a agarrarme de la mano en cuanto pudiera. Conseguimos llegar a su coche que lo había aparcado bastante lejos para que no lo reconocieran o no lo relacionaran conmigo.

Una vez dentro arrancó y fuimos a un sitio que tenían como escondite en el que nos encontramos con algunos.

***

Nos cambiamos de escondite una vez Álvaro se encontraba mejor y le hubimos vendado la zona del brazo. Dejó de sangrarle en poco tiempo, pero le dejamos la venda un rato más.

-Al menos este sitio es más grande.-dijo Sandra.

-No nos pelearemos tanto por el espacio, eso es cierto.

Habíamos elegido una casa antigua que había a las afueras de la ciudad y que tenía muchos siglos. Estaba llena de polvo y de telarañas y el suelo crujía al pasar. Había solo 4 habitaciones y las asignamos por parejas.

Obviamente las parejas fueron: Carla con David en la habitación más cercana a las escaleras. Sandra y Blas en la habitación de al lado, Carlos y yo en la más cercana al baño y Dani y María en la que tenía más ventanas con vistas a la entrada por si alguien les encontraba, mientras que Raquel y Álvaro se vieron obligados a tener que dormir en el salón ya que el resto, corrimos todos a las habitaciones que más nos gustaban.

Aunque nos venía bien que las dos personas que más alerta solían estar, estuvieran en la planta baja. El resto de la semana nos la pasamos reformando la casa por dentro con los pocos materiales que teníamos. Aunque más bien la limpiamos y encontramos algunas mantas para por las noches.

CARLA

El cambio de lugar fue bastante bueno. Nos llevamos toda la comida que nos dejó el dueño de la cafetería y la guardamos en la zona más fresca de la casa. Primero empezamos por limpiar las zonas que compartiríamos todos y después las habitaciones. La que más nos costó limpiar y acomodar fueron los baños. Había uno por habitación y el de abajo, Raquel y Álvaro nos lo prohibieron usar ya que se lo atribuyeron a ellos.

Todo aquello nos llevó una semana, además de que cada vez que tenemos que comprar tenemos que irnos dos ciudades lejos de la nuestra para que ni los policías de nuestra ciudad ni los de los padres de Álvaro y María nos encuentren.

Nos tocaba a David y a mí darnos la paliza de ir en coche más de dos horas para ir a hacer la compra. Una vez en la ciudad, David me despertó y fuimos al supermercado. Mientras David buscaba algo para nuestra habitación, yo ojeaba la zona de revistas. Desde que entramos la gente no nos había quitado el ojo de encima.

En la portada de una de las revistas me dí cuenta de que aprecíamos nosotros. No eramos los diez, faltaban Raquel, Sandra y Blas aunque los dos últimos era lógico ya que nadie sabía que nos conocían. El resto, éramos portada en muchas de las revistas más vistas.

Recorrí el supermercado buscando a David hasta que lo encontré en la zona de bebidas. La zarandeé del brazo para que me prestara atención. Al ver que seguía a lo suyo, le cogí del brazo e hice que me mirara.

-¿Qué pasa?-le puse la revista delante de la cara para que la viera. La cogió y la miró bien.

-Que somos portada en esta revista, y en cuatro más. ¿Por qué te crees que nos está mirando todo el mundo?-miró a la gente que había a nuestro alrededor.

-Hay que salir de aquí. ¡Ya!

Cogió mi mano y dejamos los tres carros de la compra que cogíamos siempre para ir a la entrada del supermercado. Por la entrada estaban entrando seis policías armados.

-¿Cómo se puede tener tanta mala suerte?-dije antes de que diéramos la vuelta y empezáramos a correr hasta el final de los pasillos.

Una vez allí esperamos hasta que llegaran los policías y al ver que todos venían por un mismo pasillo, nos metimos por uno lejano que no estuviera muy lejos de la salida. Corrimos por el pasillo evitando a algunas personas que había por allí, aunque algunas intentaban bloquearnos el paso para que no huyéramos.

Una de las personas que había por allí, hizo que David cayera al suelo y tirara algunas cosas que había en los estantes de allí, haciendo el ruido suficiente para que los policías lo escucharan y empezaran a correr hasta el mismo pasillo. David se levantó lo más rápido posible, cogió mi mano y tiró de mí para correr de nuevo por lo que quedaba de pasillo.

Al llegar al final, miramos a la derecha y había un montón de policías buscándonos por los pasillos. Salimos corriendo por la salida y conseguimos llegar a nuestro escondite sin problemas. Al llevar el coche de Raquel, nos permitía camuflarnos entre los demás coches.

***

-¡Bajar todos!-gritamos David y yo al unísono con un tono de preocupados.

-¿Qué ocurre?-preguntó Raquel una vez bajó las escaleras.

Le entregué la única revista que pude coger y dejé que ella y todos los demás la miraran. La miraron atónitos y después empezaron a pasarla entre ellos para verla mejor.

-Hay unas pocas más.-dijo David.

-¿Os han pillado?-negamos.

-Tenemos que hacer algo. No podemos quedarnos aquí sentados a vivir una vida que jamás tendremos en este país.

-Un momento...-dijo Raquel mientras miraba la revista atenta.

-¿Qué pasa?

-Yo no salgo en esta portada. Bueno, ni Sandra ni Blas, pero a ellos no les conocen.

-¿Qué quieres decir?

-Que puedo borrar vuestros datos de la comisaría.

SANDRA

-Ni en un millón de años.-dijo Álvaro nada más terminar Raquel su frase.

-Es la única forma...

-Me da igual. Suficiente tenemos para que ahora tengamos más.

-Andrew me ha estado llamando varias veces a lo largo de esta semana-Álvaro frunció el ceño-. Se lo he cogido. He quedado con él en unos días fuera de la ciudad.

-No vas a ir.

-Inténtalo.

-Vale, calmaros. Lo solucionaremos.-dije poniéndome en medio.

Ambos se separaron y se fueron por su lado. Álvaro se quedó abajo con todos mientras que yo iba detrás de Raquel diciéndole que se parara, pero no me hizo caso. Al llegar a mi habitación cerró la puerta delante de mis narices y llamé a la puerta para que me abriera.

-Ábreme, por favor, Raquel.

Durante unos segundos en los que el silencio gobernó, pensé que le había pasado algo o que no querría abrir. Volví a pedirle que me abriera y esta vez si lo hizo, dejándome entrar. Mientras entraba y cerraba la puerta, ella se tumbaba en la cama y cogía un cogín para usarlo de almohada.

-¿Qué pasa entre vosotros?

-Nada. ¿Por qué tendría que pasar algo?

-Por que os quereis, aunque ninguno de los dos lo admita.

-Pues perdona si no somos tan felices como tú con Blas.-eso me dolió. No me lo esperaba. Al fin y al cabo Blas y yo teníamos nuestras discusiones.

-Será mejor que te deje sola.

Me fui de allí y la dejé sola. Bajé con los demás que estaban sentados en el sofá y se levantaron cuando me escucharon llegar. Asentí sabiendo que me preguntarían si Raquel etaba bien. Me senté en el sofá al lado de Blas. Siguieron hablando de algo que a mí me inquietó un poco. Álvaro, como era de esperar, propuso la idea. Como él dormía con Raquel en el salón, se quedaría vigilando que no se escapara de la casa.

-Eso es ridículo. ¿Por qué iría a escaparse?

-Para ir a su cita con el poli.-dijo Álvaro notablemente molesto. Seguramente pensaba que estaban juntos.

-No es una cita. ¡Lo hace por vosotros, Álvaro! ¡Estar en compañía de ese chico no le gusta para nada! ¡Lo hace por vosotros, para intentar colarse en la comisaría y borrar vuestros datos!¡Es capaz de arriesgar su culo por vosotros!¡Y entérate de que te quiere al igual que tú a ella!

Me fuí de allí y subí a mi habitación donde estaba Raquel. Sin pensármelo dos veces entré y al ver que allí no estaba, la busqué por la habitación y por todas las demás. Fue en la de María y Dani donde encontré una cuerda que colgaba de la ventana. Al asomarme por la ventana, Raquel se iba a lo lejos en su coche.

Rápidamente bajé y busqué a todos los demás.

-Se ha ido.

Todos se levantaron y David y Álvaro fueron los primeros en salir por la puerta para salir a buscarla. David se fue en su moto mientras que Álvaro cogió uno de los coches. El resto nos quedamos en la casa por si acaso recibíamos visita.

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Este capítulo se lo dedico a Aurynerpastelita por estar ahí y seguirme. Gracias pastelita!!!

Os doy las gracias a todos los que leeis mi libro y espero vuestros comentarios y votos.

Siento que la parte de Carla y la de Sandra hayan sido tan cortas, pero tenia prisa ppr subirlo y no queria enrollarme mucho. Prometo que en el siguiente, ambas narraran mas.

Gracias por leer.

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