¿Cómo estar sin ti?

Prólogo

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)

Adam.

Miro el lugar, no es la gran cosa, tampoco es un gran vecindario. Lo supe desde que el agente de ventas me mencionó el nombre. Sé bien quiénes se morirían de un infarto al conocerlo.

He decidido mudarme una vez más. ¡Qué valiente! Katherine me encontró, para variar. No entiende que no deseo estar cerca de nadie, que no deseo lastimar a nadie, avergonzar más a nadie. Desde que perdí a quien más quería en este mundo, entendí que también me estaba perdiendo a mí mismo y desde entonces sigo tratando de encontrarme.

—Entonces, ¿qué dices?

—No lo sé —admito, la cuadra se mira tranquila. Y necesito tranquilidad, no vecinos que me pongan a prueba. Hace mucho que no cometo una estupidez, desde aquel tipo que golpeaba a su esposa y que pensó que tenía una aventura conmigo no he vuelto a golpear a nadie, digo, a nadie por puro instinto.

—El lugar es tranquilo, fue tu más grande solicitud. Tienes a una vecina anciana y a una madre con sus hijos pero hasta donde sé se portan muy bien.

—¿De cuántos niños hablamos? —pregunto, no porque los niños me molesten. Es solo que me recuerdan a A... me detengo. La veo en los niños, los adolescentes. En todos lados siendo honesto. La herida me escuece, continúo sin sanar.

—Pocos —contesta y no sé la razón, pero creo que miente. Mejor seguiré buscando.

Me acerco a una de las ventanas que me permite ver la casa de al lado, apenas y aparto un poco la cortina sucia y polvosa que aún cuelga.

Voy a decir que me muestre más casas cuando unos rizos voladores llaman mi atención. Hay una chica en el porche, se balancea de un lado a otro con un limpiador en la mano mientras escucha música con sus audífonos, supongo. Es bajita, bueno en realidad es que yo soy muy alto, pero esas piernas definitivamente son cortas y... torneadas y... joder.

Desde hace tres años que no me detenía siquiera a ver a una mujer con tanto detenimiento, no quiero acercarme demasiado a nadie. Miro su perfil; fino, delicado. Es tan bonita. Sacudo mi cabeza y abro mi boca para decir una estupidez.

—Voy a quedarme con la casa.

—Perfecto, volvamos a la oficina para firmar y acercarte a tu auto. Mañana podrás mudarte. —Hemos venido caminando ya que la oficina está a solo cuatro cuadras de aquí y yo quería observar el área con calma.

El tipo camina a la salida y le pido que espere. Mi idiotez me obliga a quedarme unos segundos más mirando a la chica. ¿Cómo te llamarás?

Yo te llamaré hobbit.

 

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