Capítulo 37:

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Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)

Me arrepiento de haberme marchado en cuanto pongo un pie en casa de Becca. Él me necesita y yo he salido corriendo, igual que Miranda. Trato de entender lo que hizo, trato de pensar en que su nivel de furia en ese momento era indescriptible y comprensible y que yo hubiera hecho lo mismo. Debí abrazarlo y decirle que todo estaría bien entre nosotros, sin embargo, me he marchado. De algún modo nos hará bien, tiene que ser así.

Becca entra a su habitación después de hablar con sus padres. Por supuesto hemos omitido a Adam en la historia. Mi amiga les ha explicado a sus papás que me he peleado con mi madre por culpa de Bob y lo han entendido enseguida. No han preguntado detalles, lo cual agradezco y me han asegurado que puedo quedarme el tiempo que sea necesario.

—¿Qué piensas hacer, Maya?

—No lo sé. Él es bueno, Becca —digo con suavidad como si necesitara repetirlo para que todo el mundo me crea.

—No tienes que decírmelo, claro que sé que es una buena persona. Ha hecho tanto por ti. Lo que te ha dicho Miranda es espantoso si te enfocas en el crimen que cometió Adam, pero ¿tú no matarías a Bob si le hace algo a Sarah?

La pregunta me cala hondo. Es de Sarah de quien hablamos; mi consentida, mi favorita, la adoro. No podría con tanto dolor.

—Yo entiendo que cualquiera en su lugar hubiera reaccionado así. Yo mataría a Bob, sin dudarlo. Lo que me desconcierta es que Miranda lo intentó detener y él la atacó. ¿Me atacará a mí también si intervengo en una de sus crisis?

—Quizás su amor por ella no era tan grande. Tú has provocado otras cosas en él. El momento lo cegó demasiado.

—Por favor, Becca. Tenían tres años juntos.

—El amor no tiene nada que ver con el tiempo. A veces llega de forma tan demoledora que te hace tocar fondo en cuestión de días. Él siempre hace lo que le pides. Siempre es muy tierno contigo. Solo digo que deberías darle una oportunidad. Si te dijo que se controlaría, ¿por qué no lo intentas?

—Suena tan fácil... no lo es.

—Ya sé que no lo es, nada en esta vida lo es. Tenemos que esforzarnos por lo que queremos Maya. Las cosas no caen del cielo. Si quieres a Adam y él te quiere a ti, tienen que trabajar juntos para que su relación avance y no se estanque.

Me quedo pensando en lo mismo hasta altas horas de la noche y al despertar por la mañana las ojeras son inevitables. Becca ya no está en la habitación. Me ha dejado sola para que pueda arreglar el desastre que soy hoy y vayamos a la escuela. Es extraño despertarme y no mirar el rostro de Adam, ni sentir su respiración sobre mi cuello. Prácticamente duerme encima de mí y no me molesta, me hace sentir especial, protegida. Lo extraño como si hubieran pasado días y no un par de horas. Me miro en el espejo unos minutos antes de salir del cuarto.

Al cruzar la sala me doy cuenta de que Becca está hablando con alguien en la entrada principal de la casa. Me toma un microsegundo descubrir de quién se trata. Me llevo una mano al pecho al escuchar esa voz en particular.

—Adam, deberías darle espacio. Necesita pensar —le dice mi amiga.

—Solo quiero verla, dile que salga un momento.

—Creo que...

—Si no le dices que salga voy a entrar de todas formas. No voy a irme hasta verla. Por favor. —Hay tanta desesperación en su voz que solamente hay dos opciones: Salgo y hablo con él o permito que tire la puerta y los padres de Becca se asusten.

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