Capítulo 40.

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Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


Estoy nerviosa hasta la médula. Cada latido de mi corazón lo respalda. No ha importado cuántas veces Adam ha intentado tranquilizarme en toda la semana, no ha importado mi creciente relación con sus padres y tampoco importa que Becca esté en casa desde las tres de la tarde tratando de dejarme como toda una princesa. Hoy es la tan esperada fiesta de aniversario de Home-Office. Adam y José se han marchado a entrenar, aunque Adam no ha vuelto a tener otra pelea desde que me dijo que no volvería a golpear a nadie, y efectivamente se ha comprado un saco de boxeo que ha colgado en uno de los cuartos vacíos sigue yendo a entrenar para lidiar un poco mejor con la furia que a veces se acumula en él.

Sé que ha estado buscando al mejor especialista y grupos de apoyo y que está intentando no beber tanta medicina. Yo por otro lado, me he tomado el tiempo de investigar sobre el padicimiento que a simple vista parece un cuento chino creado para películas, series y demás. Resulta que eso de que cada caso es distinto es totalmente cierto, he entrado a un chat de personas que tienen problemas con la ira y cada vez que leo un testimonio o experiencias siento que mi amor por Adam crece y crece cada vez más, porque la manera en la que está tratando de controlarse de forma tradicional y sin tanto medicamento por mí, me llena de orgullo y de mucha felicidad. Sé que puede, no soy una doctora ni mucho menos pero sé que mi chico gruñón puede controlarse y que con el tiempo lo hará sin siquiera un solo fármaco en su sistema, que podremos tirar el saco de boxeo a la basura y que se liberará. No por mí, sino por él, solo por él.

Después de nuestra última discusión hemos tenido un periodo de casi diez días sin tener ningún problema. Excepto, claro, las veces que me ha encontrado llorando por los rincones de la casa. La situación con mi madre sigue peor que antes. No he podido ver a mis hermanos ni siquiera por minutos. Un día de la nada dos agentes de la policía llegaron al hospital en el que está internado Bob, le informaron de su arresto, también a mamá la pusieron al tanto de toda la situación legal de ese hombre. Por supuesto que, en un mundo normal, la denuncia no hubiera cobrado efecto tan rápidamente, ya que todo estaba basado en testimonios y pruebas circunstanciales, pero el mundo al que pertenece mi novio no es tan normal ante mis ojos y eso agilizó todo. No hubo juicio, tampoco fianza. Trasladarán a Bob a la cárcel en cuanto esté recuperado y pasará entre cinco y ocho años en prisión.

Mamá al enterarse regresó a casa de Adam a hacer otro escándalo y a hacerme sentir como la peor hija del mundo. Adam no tuvo mucha paciencia ese día, pues la sacó casi a rastras de la casa y en otras circunstancias me hubiera molestado con él por comportarse de forma tan agresiva con mi madre. No fue el caso, porque la reacción de mi novio la provocó la bofetada que recibí por parte de mamá. Ha regresado al trabajo y ahora paga una niñera para que yo no pueda acercarme a mis pequeños. No estoy molesta con ella, todo lo contrario, la extraño igual o más que a mis hermanos. Después de todo es mi madre y la amo con toda mi alma. Lo único que me hace feliz es que, sin importar esta distancia entre mis hermanos y yo, tengo la certeza de que están bien y que nadie les hará daño.

Trato de ser feliz con lo que está a mi alcance, pero solo tengo dieciocho. Necesito a mi madre conmigo. Cuento hasta diez repetidas veces como me lo ha pedido Becca y aun así no logro tranquilizarme.

—Maya, ¡cálmate de una vez! No puedo maquillarte si no dejas de llorar. ¿Por qué estás llorando?

—No quiero cometer ningún error hoy.

—No cometerás ninguno. Solo son viejos ricachones con conversaciones aburridas y con vidas monótonas.

—Miranda estará ahí y sus padres y los hermanos de Adam y todo el mundo.

¿Cómo estar sin ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora