Capítulo 25.

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Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)

A veces siento que mi vocabulario es muy escaso para describir lo que Adam me hace experimentar con sus palabras, con su mirada, sus caricias, sus besos, su presencia. Es como si desarmara todo mi ser, no porque me destruya, sino porque hace que las piezas encajen como debería de ser.

Le doy un beso tierno y casto que poco a poco sube de intensidad sin siquiera planearlo. Antes de bajar del auto coge mi mano y me detiene. Me mira un poco nervioso.

—¿Qué pasa, Adam?

—Tengo otro obsequio para ti —murmura expectante.

—No era necesario. Con tu presencia me hubiera bastado —respondo incómoda. Nunca he recibido muchos regalos en mi cumpleaños. Mamá no se puede permitir darme gran cosa y en realidad es algo sin importancia. El vestido es suficiente.

—Solo... solo acéptalo, por favor —me pide.

Saca de uno de sus bolsillos una pequeña cajita de terciopelo, la extiende hacia mí y en la parte del centro trae incrustadas unas letras que me alarman. Tiffany & Co. Abro los ojos como platos. Sé ha gastado una fortuna y sé que es el hijo de un millonario, pero se supone que no recibe dinero. Está gastando ridículas cantidades de dinero en mí. No aspiro a este tipo de cosas. Abro nerviosa la pequeña caja y me encuentro un delicado collar que no sé si es de plata u oro blanco, prefiero la primera opción creyendo que es un poco menos costoso. Me río de la estupidez que estoy pensando, absolutamente nada es de bajo precio en ese lugar. Algo llama mi atención; el collar trae una luna y un sol.

—¿Katherine te obligó a comprar esto? —Mi asombro apenas y me permite hablar.

—No, lo he comprado yo. La semana pasada.

—Esto es demasiado, Adam. Puede que no compre joyas o nunca haya entrado a una de estas tiendas, pero sé que necesitas mucho dinero para comprar algo allí y yo no puedo aceptar un regalo tan costoso.

—Por favor acéptalo, tiene un significado muy especial para mí y quiero que lo uses todo el tiempo y por favor no pienses en el dinero. Puedo permitírmelo, Maya. No es nada.

"No es nada", claro que es, y mucho. Me quita la caja de las manos y sale del auto, me obliga a salir también. Toma mi mata de rizos y los ubica a un lado de mi pecho. Coge el collar y lo pone en mi cuello. Sus dedos rozan mi piel y eso es suficiente para perder la poca concentración que tengo cuando estoy con él. Me da un beso justo donde ha abrochado el collar y mi piel se eriza. No me hace girar, se queda ahí y me abraza. Sus manos acarician mi vientre.

—La luna representa la noche, Maya. La noche es la oscuridad en la que vivía desde que Alicia falleció y el sol eres tú; radiante con tus rizos alocados y tu encantadora sonrisa e inocencia. La luz, mi luz —susurra y su nariz me hace cosquillas en el cuello.

Puede que no sea correcto que acepte un obsequio tan costoso, la cuestión es que después de esas hermosas palabras cómo me niego. ¡Cómo! Giro finalmente y le doy un beso lento. ¡Cuánta falta me ha hecho! Se ríe sobre mis labios al sentir mis manos traviesas intentando explorar su abdomen.

—Tienes que dejar algo para la noche, hobbit —se burla—. Si sigues tocándome así voy a secuestrarte ahora mismo.

—Gracias, por todo. Eres increíble Adam. ¿Vienes por mí?

—Por supuesto que vendré por ti, hoy y todos los días. No volverás a montarte al auto de ese imbécil —sentencia refiriéndose a Bob.

—De acuerdo —respondo feliz.

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