Capítulo 3.

41.8K 3K 1.1K
                                    

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


Por la mañana volvemos a empezar. Yo odio tener que ir a la escuela, mamá odia tener que despertarse y controlar a tres niños pequeños y los niños odian despertarse temprano. Al recordar que Virginia llegó totalmente ebria y que le he dicho a mi madre que se ha dormido temprano porque le dolía la cabeza, salgo pitada hacia su habitación. Adam hizo un excelente trabajo al despertarla, sin embargo, era imposible que mamá no notara que su pequeña hija había tomado más de la cuenta. Abro su habitación y la encuentro totalmente despierta limpiando el desastre de la noche anterior.

Quiero reírme porque nunca hace nada, no ayuda en absolutamente ninguna actividad en casa y verla de rodillas limpiando su propio vómito es razón suficiente para reírse hasta llorar. Guardo la compostura y pongo mi rostro más serio. Me acerco a ella evitando a toda costa no ensuciar los calcetines con los que siempre duermo.

—Espero que nunca en tu vida vuelvas a beber como ayer.

—Que tu vida sea aburrida no quiere decir que la mía también la sea.

—¿Crees que es divertido que tu hermano de once años te haya subido a tu habitación porque no eras capaz de dar un paso sola? Deberías agradecernos que ninguno le dijo a mamá tu bonita forma de divertirte, Virginia.

—No, no es divertido. Lo siento, de acuerdo. No volverá a ocurrir —dice entre dientes y me doy la vuelta para regresar a mi cuarto.

Me detengo a mitad del pasillo y pienso en que quizás la han embriagado a propósito y tal vez pudieron hacerle daño. He escuchado cientos de historias en la escuela; chicas que son abusadas y no recuerdan nada. Regreso de puntillas porque en unos minutos mamá saldrá de su habitación.

—Vir. —Suspira desesperada—. ¿Está todo bien? ¿Nadie hizo algo en contra de tu voluntad?

—No me mezclo con delincuentes, Maya. Por favor ocúpate de tus asuntos.

La sangre me hierve, ¡cómo puede ser tan grosera! En la garganta se me atoran todas esas palabras que siempre le he querido decir y finalmente obligo a mis pies a moverse, no tiene sentido que inicie una pelea a las cinco y media de la mañana. Me ducho lo más rápido que puedo y le envío un mensaje a Becca para que no pase por nosotras. Prefiero ir en autobús que premiar a Virginia con un transporte cómodo. Ni siquiera desayuno y me despido de mamá y los niños.

Salgo de casa simulando no estar enfadada con mi hermana y al recordar el par de cuadras que tengo que recorrer para llegar a la estación del bus escolar me decepciono, en realidad no son tantas, pero Becca me tiene muy consentida y me dejo caer sobre los escalones de la entrada.

—¿Por qué tan triste hobbit? —Esa voz... ya empiezo a reconocerla.

—Te dije que me llamo Maya, vuelves a decirme hobbit y te daré un guantazo.

Su carcajada me pone de peor humor. Acorta la distancia que nos separa y se sienta a mi lado, demasiado cerca, tanto, que nuestros brazos entran en contacto y me pongo de pie dando un brinco.

—Tranquila —dice sonriendo—. Ya te dije que no muerdo. ¿Qué haces despierta tan temprano?

—No creo que deba darte más información de la que ya sabes. Sigues siendo un extraño.

—Un extraño al que dejaste entrar a tu casa, conocer a tus hermanos y ver a tu hermana menor ebria. —Me pone al tanto de mis actos desprevenidos como si yo no supiera bien que meter extraños a casa podría ser un completo error. Él no parece peligroso, es decir, no un ladrón o un asesino.

¿Cómo estar sin ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora