Capítulo 32.

26.6K 2.3K 496
                                    

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


—No es lo que parecía —dice Tyler al notar la furia expresada en cada parte del cuerpo de Adam.

—Adam... —intento tranquilizarlo. ¿Qué hace aquí?

—¡Lárgate de aquí, Tyler! —gruñe y doy un paso hacia él. Tyler no sabe reconocer las crisis de Adam, yo sí—. No te me acerques —me dice y siento como si me dieran una bofetada.

—No le hables así —interviene Ty y niego con mi cabeza porque no es un buen momento para actuar como héroe.

—¡Qué te largues! Lárgate o voy a sacar cada diente que tienes de tu miserable boca.

—Adam por favor. Puedo explicarte. Tyler déjanos solos... por favor —insisto.

—Pero Maya...

—Por favor —insisto.

—No voy a irme, este tipo puede hacerte daño. ¿Es que no ves lo agresivo que es?

Adam se ríe irónicamente.

—No te imaginas lo agresivo que puedo llegar a ser idiota —escupe las palabras y haciéndome a un lado se acerca a Tyler y lo empuja.

—¡Adam no! —grito sofocada.

—Tú no eres para ella, en efecto eres una bestia y Maya es demasiado buena para ti, eres un enfermo, eso es lo que eres. Un maldito enfermo agresivo —espeta Ty y se me cae el alma al suelo. Ni siquiera soy consciente del momento en el que Adam le da un golpe en la cara.

—No, no, no, no —palidezco y sin pensármelo lo rodeo con mis brazos en la cintura y como si yo fuera un antídoto especial, Adam sube los brazos y da pasos hacia atrás hasta que lo suelto—. Ty, vete —le pido una vez más. Me hace caso y entra a la escuela sin creerse lo que acaba de pasar. En cuanto lo hace Adam camina hacia el estacionamiento y yo lo sigo intentando alcanzarlo—. Adam.

—Ahora mismo no soy la persona indicada para hablar.

—Escúchame, no es la gran cosa. Solo es un brazalete y lo has golpeado. Es menor de edad, Adam. Le has lanzado tremendo puñetazo.

Frunce el entrecejo y le da un puñetazo a una de las ventanas de su auto. La ventana se hace añicos y yo trago grueso.

El problema con Adam es que no son simples celos. No es el típico machista que no soporta que alguien más me hable o me toque. Su carácter y sus problemas de ira se mezclan y obtengo a este Adam que seguramente lo último que quiere es asustarme. No depende únicamente de él, no necesito ser una especialista en TEI para saberlo, es una conclusión que ya había encontrado con anterioridad y hoy tengo un claro ejemplo frente a mí. Ahogo un grito al ver cómo sale sangre de sus nudillos.

—Precisamente ese es el problema, Maya —me grita—. Es un puto brazalete. Un brazalete que traes puesto todo el jodido tiempo, un brazalete que trae sus iniciales. Te lo pregunté y dijiste que no tenías motivos para mentirme. ¡Por qué me mientes!

Está tan alterado y soy incapaz de calmarlo.

—Si te mentí fue precisamente porque sabía que ibas a reaccionar mal y lo estás haciendo, estás reaccionando más que mal. Adam, me estás asustando.

—¿Te estoy asustando? —Me toma de los brazos y los aprieta un poco. Me asusto aún más a pesar de saber muy bien que jamás me haría daño a propósito—. ¿Cómo crees que me siento yo desde que te conozco? Porque sí, Maya. Estoy asustado de la forma casi absurda en la que te me has metido aquí. —Se lleva una mano a la frente—, pero sobre todo aquí —apunta su pecho. Ahora me siento terrible.

¿Cómo estar sin ti? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora