Reencuentro

200 33 9
                                    

-Tus dientes han crecido…

Radamanthys no llevó su mano a su boca, no desvió la mirada, ni observó a Valentine, que sentado al otro lado del auto, le veía fijamente con lo que llamaría su expresión de amigo fiel, algo que no era por supuesto.

-Pero te ves aun mas hermoso de esa forma…

Al ver que no se movía, que no le respondía, suspiro algo inquieto, relamiendo sus labios, observando un reloj de bolsillo, si nada sucedía, llegarian a la mansión a eso de las ocho de la mañana, sería un viaje muy largo, tenía tiempo suficiente para conversar con su esposo.

-Estas enojado, lo sé, no tienes que decirlo y tal vez me tienes miedo, por lo sucedido en esa ceremonia y por mandarte lejos a ese hospital, pero, lo hice para protegerte, solo estaba tratando de protegerte Radamanthys.

Eso era una mentira que no creería nunca y esperaba que Valentine lo supiera, lo comprendiera, porque después de aquella traición, nunca más podría confiar en él, jamás volvería a escuchar nada pronunciado por sus traicioneros labios.

-Y se que, aunque ese alfa era hermoso, yo puedo mantenerte seguro, podemos arreglar nuestras diferencias, porque éramos amigos, yo siempre he estado a tu lado, te conozco mejor que nadie porque yo te admiro, puedo hacerte feliz… si me das una oportunidad.

Radamanthys lo atacó al escuchar eso último, sin importarle nada más que hacerle daño, golpeando su rostro y después llevando sus manos a su cuello, tratando de ahorcarlo, necesitaba matarlo, comprendiendo que si no escapaba en ese viaje, una vez llegando a la mansión le sería por completo imposible.

-¡Eres un maldito traidor! ¡Te robaste mi futuro! ¡Mi herencia de nacimiento!

Valentine al escuchar esas palabras, aun portaba esa expresión benefactora, esa expresión que le decía que deseaba protegerlo, que él estaba en un error y solo estaba actuando como un chiquillo, después de todo lo que le había hecho.

-¡Y les mandaste a hacerme una lobotomía! ¡Tu querias matar mi espíritu y quedarte con mi cuerpo!

Inmediatamente Valentine, convocando la magia robada a su familia sostuvo sus muñecas, haciendo que los papeles se intercambiaran, acomodándose el sobre Radamanthys que estaba demasiado sorprendido, siempre habia sido mas fuerte que su esposo, quien colocó una rodilla entre sus piernas, manteniendolas abiertas con ese hábito de monja.

-No se que es una lobotomia Radamanthys, pero si eso significa apartarte de mi lado, creeme, yo no lo planee, tu me gustas tal y como eres.

Valentine entonces dejó de sostener una de sus muñecas para llevar su mano a su muslo, acariciándolo con lentitud, esperando que hubiera más ropa femenina cubriendo a su amado esposo, pero traía puesta su ropa interior masculina, un pantalón corto demasiado modesto para lo que se había imaginado.

-Pandora piensa que estás embarazado y espero que así sea, me emociona tener un hijo nuestro, pero…

Radamanthys seguía luchando contra él, tratando de quitárselo de encima, pero no podía moverlo, algo le daba una fuerza como la que nunca había tenido, una fuerza que él no poseía y aunque trataba de empujarlo con su mano libre, de apartarlo de su cuerpo, Valentine aún seguía acariciándolo.

-Aunque lo estés y se espere que te deje descansar durante tu embarazo, no creo que pueda apartarme de ti, ni siquiera en este momento, Radamanthys…

Valentine que acariciaba su muslo con cierto frenesí, apartó su mano de su otra muñeca, para sostenerlo del cuello y tirar de su hábito, desgarrando la tela negra con demasiada facilidad, descubriendo su cuello, el que lamió con demasiada lentitud.

Lágrimas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora