Una nueva Oportunidad

163 26 29
                                    

-¿Matarlos?

Radamanthys podía sentir el peso de la daga en su mano, observando la expresión de sorpresa y después burla de su abuelo, que solo comenzó a reírse, pensando que no era capaz de asesinarlo.

-¿Matarme? ¿Ese omega?

Preguntó bebiendo un poco más de té, con esa sonrisa burlona en su rostro, Pandora se veía un poco más asustada, pero al ver la respuesta de su abuelo a su lado, también sonrió, pensando que era ridículo que Valentine creyera que era capaz de asesinarlos.

-Sólo es un omega, el no puede hacerme daño.

Poco después encendió un cigarrillo, mirándolos de reojo, primero a él y después a Valentine, que solo esperaba el momento en el cual Radamanthys actuara, que se vengará de sus actos.

-Ni siquiera pudo levantar una sola mano en mi contra, ni siquiera para defenderse, cuando quise matarlo durante su primer celo, antes de que pudiera deshonrarse por completo, arrastrándome a mí con él, pero, tu suplicaste por su vida, me pediste que te lo diera y eso hice, te lo regale, no porque me agrades, no porque deseara perdonar su vida, sino, porque no era nada, ni siquiera debía molestarme en matarlo, en hacerlo sufrir, para eso estabas tu Valentine, para eso estas tu.

Radamanthys con la daga en sus manos escuchaba esas palabras en silencio, sin moverse, pensando, meditando, debía matarlos como se lo ordenaba su esposo, únicamente por que el asi lo deseaba o debía dejarlos vivir, porque de todas formas, todo lo que le había dicho, todo lo que le había sucedido ya era historia antigua, ya estaba encerrado con Valentine, quien esperaba impaciente porque obedeciera sus órdenes.

-No mereces que yo te preste atención Earhart, de la misma forma en que yo no soy nada para ti, tu no eres nada para mi, ni mucho menos Pandora, ustedes son los invitados de mi amado esposo, el es el alfa, que sea él quien los mate, si es lo que desea.

Susurro, regresandole la daga a Valentine, quien le veía en silencio, sin comprender sus palabras, tal vez pensando que al desobedecer sus órdenes, estaba dándole la espalda, escuchando de nuevo la risa de su abuelo, que estaba seguro no lo atacaria, no tenía el valor para eso.

-Pero si me ama, si realmente me quiere, nos quiere, defenderá a su familia como el alfa que es.

Radamanthys poco después llevó una mano a su vientre, un gesto que vio Valentine, apretando los dientes, para después sostener la daga con su mano, la que estaba clavada en la mesa de madera, pensando que aquello que le pedía su esposo era que él matara a quienes le habían hecho daño.

-Y les demostrara que no está aquí para hacerme daño, para hacerme sufrir, sino para cuidarme a mí y a nuestro primer hijo.

Valentine inmediatamente caminó hasta donde estaba Earhart, sin importarle nada más, atacando a su benefactor, cortando su cuello con la daga dorada, viendo como su sangre roja caía de pronto, quien le veía sorprendido, antes de sentir como el débil alfa que estaba obsesionado de su nieto seguía encajando su daga contra su cuerpo, una y otra vez, pensando en proteger a su omega, a su primer hijo, todo frente a la mirada horrorizada de Pandora que aun seguía sentada a su lado.

-Yo te amo… yo lo amo, yo lo amo.

Pronunció casi enloquecido, esperando que Earhart dejará de existir, para poco después atacar a Pandora, a quien había engañado, dejandole usar el libro del gusano, pero sin darle toda la información, convirtiéndola en una chiquilla observando un libro de ilustraciones, nada más, pero quitándole el poder, la magia al tomo que siempre tenía en sus brazos, un libro que cayó al suelo, cuando Valentine la atacó sin piedad, encajando su daga en su cuerpo sin piedad alguna.

Lágrimas de LunaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt