Victoria

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Se iban acercando a la seguridad de la jauría cuando sintieron, el aullido y el poder de sus hermanos elevarse con furia, despertando a Saga, o más bien, Arles en ese instante, quien pensó inmediatamente que Aspros y Kanon peleaban entre sí.

-¡Kanon!

Defteros pensó lo mismo, pero creyendo que Kanon estaba dispuesto a lastimar a su hermano mayor sin escuchar ni una sola de las palabras que deseaba decirle y al mismo tiempo, los dos salieron del automóvil.

Arles tomando una forma de un lobo majestuoso, de color negro, ojos rojos, que aullo antes de iniciar su carrera y Defteros, corriendo detras de el usando su cosmos, una energia especial heredada de sus padres, de Ares y Hefesto, sin esperar a que Aioros o Shura detuvieran sus automoviles.

-Maldita sea…

Se quejó Shura, al verlos alejarse, usando los techos de los edificios para adelantar el camino, Aioros supuso que dos lobos estaban peleando, por eso podía sentir ese cosmos, pero al mismo tiempo, había algo extraño en todo eso, algo que no sabia como describir.

-Lo divertido es que se supone que este lugar era seguro…

Susurro de nuevo el español, siguiendo el automóvil que conducía Aioros, al mismo tiempo que Shaka guardaba silencio, sintiendo la oscuridad manando de cuatro seres que pronunciaban sonidos descarnados, desagradables, tan aterradores que le hacían estremecerse.

*****

Aspros al escuchar esas palabras casi perdió la razón al imaginarse a Hasgard en los brazos de Ilias, comprendiendo bien que su amado no lo quería más, no era de fiar, pondría en peligro a su cachorro y cuando lo deseara, mataría a su compañero, como hizo con su esposa.

Y aunque él también había cometido actos imperdonables tratando de atar a Hasgard a su lado, su amor era real, su cariño era sincero, el de Ilias no lo era, eso lo sabía muy bien, aunque nunca pudieran  perdonarlo, al menos, actuaría como un alfa debe hacerlo.

El era el alfa de esa Jauría, lo que significaba que cada uno de los lobos nacidos en esta estaban bajo su protección, especialmente sus hermanos y su pareja con su cachorro, por lo cual, inmediatamente se transformó con un aullido que hizo reverberar esa habitación.

-¡No te acerques a él!

No dejaría que se acercara a el, mucho menos que se acercara a su cachorro, que les veía aterrorizado, observando como ese hombre rubio trataba de lastimar a su cachorro, quien gruño al verle transformarse, tomando su forma lobuna, que era un poco más hirsuta, con su pelaje mucho más grueso, no era tan suave ni tan sedoso como el de Aspros y cuando este era de un azul oscuro que casi era negro, el suyo era más bien dorado, como la miel.

-Trata de evitarlo Aspros.

Le insto, con cierta burla, atacando de nuevo al que era un alfa menor, más joven, más pequeño y sobretodo mucho más débil, si ponía su poderío en riesgo únicamente para proteger a Hasgard, que inmediatamente sintió como su pequeño corría en su dirección para abrazarlo de su cintura.

-Pero no podrás.

Aspros no estaba dispuesto a escuchar eso, era su deber después de todo y respondió mordiendo el hombro de Ilias, encajando sus dientes afilados en su piel, con un gruñido bajo, sintiendo el miedo de su cachorro, odiando a Ilias por eso, por asustarlo, arruinando así el primer día en esa jauría que esperaba pronto llamara hogar.

Hasgard no pensó ni un solo instante en ingresar en la batalla, en enfrentarse con Ilias, su cachorro estaba primero y debía protegerlo, como siempre había hecho, su pequeño de nombre Teneo, que se aferraba a su cuerpo presa de terror, viendo a esas criaturas atacarse, morderse, al escuchar sus gruñidos.

Lágrimas de LunaWhere stories live. Discover now