Preludio

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Kanon estaba furioso, desesperado pero sobretodo decepcionado de sí mismo, porque no había logrado evitar que se llevaran a ese chico de las cejas bonitas, quien  le había ayudado cuando era un simple lobo malherido y apenas confiaba en los demás.

Quien tenía pesadillas con el mismo alfa que lo secuestró, casi llevándose su vida en el proceso, para hacerle daño, de eso estaba seguro, porque al ver sus ojos, al ver su expresion, esa mueca casi demente, se dio cuenta que lo que sentia por Radamanthys no era amor, era una obsesion malsana, una forma de demostrar su poder, su valia, al obtener aquello que deseaba del omega que decia amar.

Aspros le habia dicho que le ayudaria a recuperarlo y le explico las razones para mandar a sus dos aliados a otros lugares, uno de ellos era Bluegard, donde había nacido su omega, que ayudó a su padre a ser un licántropo especialmente poderoso, así como rico, de alguna forma riquezas del fondo del mar llegaban a sus manos, era su dote, había dicho en más de una ocasión, pero nunca lo había entendido bien.

Y aunque suponía que debería estar preocupado por esos dos omegas que acompañaban a Radamanthys, la verdad era que no temía por ellos, de alguna forma, creía en las palabras de su hermano, estaban seguros, pero su omega no lo estaba.

-Deberías marcharte.

Susurro escuchando los pasos de Hasgard, que aún estaba a su lado, con su cachorro muy cerca, se veía que estaba asustado, pero no le temía a su padre, algo extraño, porque ni siquiera lo conocía.

-Por el momento este lugar es seguro y Aspros no se atrevería a lastimar a su cachorro, de eso estoy seguro, aunque, aun no entiendo que es lo que está pasando.

Kanon comprendía un poco más que Hasgard, pero no deseaba decirle lo que sabía con su cachorro atento a cada una de sus palabras, no deseaba mancharlo con esa información, así que solo se encogió de hombros, sin saber que decirle.

-¿Crees en el amor a primera vista?

Hasgard medito esa pregunta algunos minutos, para después negar eso, no creía en el amor a primera vista, al menos, no que se hiciera realidad, porque el amor a primera vista a Ilias, pero él nunca lo quiso y parecía que Aspros lo amo de esa forma, pero no era correspondido, como desearía serlo, aunque era un lobo hermoso, poderoso, él sintió algo muy profundo por el hermano mayor de Sisyphus.

-Yo si creo en el amor a primera vista, porque eso es lo que sentí al ver a Radamanthys, lo ame apenas pude verlo, sentirlo, aunque era joven, algo delgaducho, pensé que se trataba del indicado para mi.

La forma en que luchó por él para tratar de protegerlo, como curo sus heridas aunque no sabía nada de él, pensándolo tan solo un lobo malherido, como lucho por protegerlo y cómo sonrío al verlo en el bosque, actuando como si fueran amigos de toda una vida.

-Y después, cuando estaba tan solo, tan perdido, pero aun así trataba de luchar, de seguir adelante, supe que mi amor era verdadero, que él era especial.

Hasgard cruzó sus brazos delante de su pecho, escuchando los pasos de su cachorro, que se había puesto a observar los libros en uno de los viejos libreros, pensando que la primera vez que estuvo con Aspros, cuando vio a Ilias con su compañera, sintió algo especial, se sintió especial de una forma que no pudo comprenderlo.

-La primera vez que estuve con Aspros, fue especial, pero después me fui, no deseaba que decidieran el destino de Teneo por el, porque se trataba de un omega y el primer hijo del alfa de la jauría.

Teneo escucho esas palabras con detenimiento, preguntandose porque alguien tendría que elegir su destino solo porque se trataba de un omega, aunque sabía que en el mundo exterior a las jaurías o a la capilla que cuidaba su omega, sus hermanos, los otros omegas, no tenían los mismos derechos que los alfas, así que ese debía ser el problema, la razón por la cual su madre, quiso apartarlo de su padre.

Lágrimas de LunaWhere stories live. Discover now