⇢Capítulo 34.

252 39 39
                                    

Pasaron unos días tranquilos, poniéndose al día con el trabajo y sus series favoritas, como Michael trabajaba para él y para Joy, lo único que hacía era recostarse en el sillón a un lado de Luke y verlo reír mientras veía Friends. Era su momento favorito del día.

Y Luke no podía estar más feliz, tiene que lo que había soñado por mucho tiempo. Hay alguien ahí para él que lo quiere, que lo abraza al dormir y está atento a él, cualquier cosa que le pasa, Michael está ahí. Es por eso que está averiguando sobre sus padres, quiere contactarse con ellos y hacerlos viajar o ellos podían viajar, pero lo lograría. Porque merece verlos, sabe que lo extraña y quiere darle una sorpresa.

Acababa de llegar de las oficinas de la revista, había llevado el recetario oficial y hecho especialmente para ellos, en unas semanas fotografías de su cafetería junto a sus recetas estarían en todos los kioscos del país, los niños cocinarán en sus casas así como él cocinaba con Liz.

Era tarde, la reunión se alargó afinando los detalles y acordando los días para las fotografías del lugar, además de que iría a la fiesta del lanzamiento de la revista, lo que significaba preparar sus especialidades para la gran noche. Y podía llegar invitados.

Estaba muy feliz mientras le contaba todo eso a Michael antes de entrar a bañarse. El agua caliente se llevó todo rastro de estrés y preocupaciones de su cuerpo, dejándolo descansar del día pesado. Su cabello ya formaba ondas, se sorprendió porque no lo había dejado crecer hace mucho tiempo, quizás Michael tuvo algo que ver al mencionar lo mucho le gustaban los rizos.

Se puso una camiseta algo maltratada antes de salir de la habitación, su pantalón favorito para dormir y decidió estar descalzo usando calcetines blancos. Michael hablaba con Calum por teléfono así que pasó directo a la cocina.

Sonrió al ver el plato con un sándwich enorme y un botella de jugo de fresas, feliz de finalmente llenar su estómago, se sentó en el sillón y encendió la televisión. Michael le sonrió del otro extremo.

Era increíble como en tan poco tiempo se volvieron tan cercanos, como el ambiente luego de un día largo de trabajo cambiaba de caótico a hogareño y cálido. Le gustaba mucho sentirse así.

Finalmente la conversación con Calum terminó y tuvo a Michael acurrucado a su lado mientras comía y miraba la televisión.

—¿Te casarías en Las Vegas?

Michael dejó de mirar la televisión.

—Si estoy muy ebrio probablemente lo haga. —admitió. —Como ellos.

Ambos miraron nuevamente la pantalla y rieron con el final del episodio.

—Siempre me pongo a pensar en qué haría yo cuando veo este tipo de cosas. La verdad es que es un tipo de locura que yo no haría. —dice Luke pensativo mientras aprieta el botón de pausa.

—¿No haces locuras?

Luke negó, probablemente avergonzado, mientras dejaba el plato vacío en la mesa junto a la botella.

—Nop.

—¿Quieres que te recuerde una?

Lo miró frunciendo el ceño en confusión. Él no había hecho locuras frente a Michael ni frente a ninguna otra persona. Solo cuando era niño pero esas no cuentan en esa conversación.

—Hace unos días estuvimos en tu oficina y la puerta estaba sin llave.

Sus mejillas se encendieron al recordar el momento. Su boca se abre pero nada sale, no puede negarlo.

Una risa suave escapa de los labios rojos de Michael antes de tomar su mentón y juntar sus labios, lo había extrañado, no lo besaba desde la mañana.

⇢Café Pendiente ☓Muke Clemmings☓Where stories live. Discover now