⇢Capítulo 22.

286 54 38
                                    

Luke dormía a su lado, estaba envuelto en una gran y suave manta de felpa, alcanzaba para ambos. Sus mejillas seguían rojas y sus labios rojos por tanto morderlos, además de un pequeño rastro de lágrimas recorriendo su bello rostro.

Estaba en la cama del rubio, Luke le pidió si se podía quedar mientras se dormía, pero Michael no tenía la intención de dejarlo solo en toda la noche. No después de todo lo que le contó, no después de verlo tratando de dormir mientras lloraba en silencio, estaba tan roto y expuesto. Quiso abrazarlo, pero este se negó. Solo le pidió su compañía mientras trataba de conciliar el sueño.

Lo conocí mientras caminaba en el parque, estaba solo y no sabía que hacer con la cafetería, mamá había fallecido hace poco tiempo, yo estaba solo sin saber cómo seguir con mi vida. —Le contó Luke horas antes. —Se acercó a mi, conversamos horas en el parque, me invitó a un helado y luego me llevó a casa. Le conté todo lo que me pasaba sin importarme que era un completo extraño. Luego seguimos saliendo, él me llamaba y yo a él, también me visitaba hasta que un día no se fue más. Llegó con sus maletas y yo estaba tan feliz de haber encontrado a alguien para compartir este lugar tan solitario.

Sus ojos se iban llenando de lágrimas mientras hablaba. Era difícil volver a recordarlo.

Todo iba bien, me escuchaba y hablábamos mucho, me sentía comprendido. Hasta que pasaron unos meses y se aburrió de mi drama. —una sonrisa amarga cruzó sus labios. —Se fue diciéndome que ya no podía seguir conmigo de ese modo, que era débil y llorar por los rincones no me devolvería a mamá. Yo lo sabía, sabía que nada me la iba a devolver, pensé que él entendía mi dolor hasta que me dejó por eso. Dijo que cuando estuviese mejor iba a regresar por mi.

Michael apretó sus puños disimuladamente bajo la manta de felpa.

Cuando se fue me sentí vacío, dependía de su presencia en este lugar para funcionar ¿sabes? Si él no estaba me sentía inútil, David parecía el dueño del lugar y no yo sabía qué hacer. Consideré tramitar los papeles para hacerlo mi socio de manera oficial. Tomaba decisiones importantes mientras yo estaba ahí mirando todo lo que hacía porque no quería tenerlo lejos. Me volví dependiente de su compañía, cuando se fue no sabía si seguir o tirar todo por la borda. Gracias a Ashton estoy bien, pude seguir adelante pero él llega y quiere destrozarme de nuevo. —ahoga un sollozo con su mano temblorosa mientras mira a Michael sintiendo vergüenza de si mismo. —Y no quiero porque estoy sintiendo cosas por ti, no quiero que arruine lo que tenemos porque es lo más bonito que he tenido jamás.

Michael no supo que decir, solo se congeló en su lugar antes de reaccionar y acariciar su mejilla, Luke cerró sus ojos tratando de calmar su respiración bajo el suave toque. Solo eso necesitó para detener los sollozos que amenazaban con salir.

Eres lo mejor que me ha pasado desde que llegué a este lugar. —admitió casi en un susurro pero lo suficientemente algo para llegar a los oídos del rubio. —Y no quiero verte roto por un idiota que no te supo valorar, Luke.

El ojiazul dejó a sus lágrimas salir libremente y recorrer su rostro hinchado, mordía sus labios con fuerza para detener el llanto. Pero no podía. Porque la felicidad estaba llegando a su vida después de mucho tiempo, porque hay alguien que se preocupa por él y cuando lo ve triste hace todo para que el mundo se vuelva a color otra vez.

Y no quiere perder el color del mundo nuevo que está descubriendo de la mano de aquel muchacho de ojos verdes, quien llegó perdido y triste a su cafetería aquella tarde de lluvia. En todo ese tiempo que llevaba viviendo en las calles nadie notó esos hermosos ojos soñadores y que suerte porque Luke lo hizo.

La lluvia caía con fuerza sobre la ciudad. Michael seguía recostado boca arriba con la manta cubriéndolo hasta la barbilla, contemplaba el agua caer por el tragaluz sobre la cama, daba un poco de miedo la oscuridad de la noche pero pensó en todo ese tiempo que pasó allí en la oscuridad mientras la lluvia caía sobre él.Y parecen días lejanos, días grises que no quiere volver a vivir porque ha encontrado días de primavera en invierno.

⇢Café Pendiente ☓Muke Clemmings☓Where stories live. Discover now