⇢Café Pendiente ☓Muke Clemmings☓

⇢Capítulo 37.

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Con una sonrisa cansada, le entregó la boleta a la mujer frente a él, ella le devolvió la sonrisa y se marchó, finalmente, la última de la noche.

Suspiró mirando alrededor y se dio cuenta de lo bonito que estaba todo, había puesto manteles con pequeñas flores de colores en las mesas, también dos floreros llenos de girasoles se encontraban en la entrada, la primavera estaba llegado y aprovechó de hacer algunos cambios durante esos meses.

Tiró su cabello hacia atrás y estiró sus brazos, quizás debió dejarse crecer el cabello durante el invierno, no acostumbraba al largo del que lo llevaba y creía que podría ser un problema, pensaba en cortarlo pero le gusta la forma en la que sus rizos dorados enmarcan su rostro, también ama la forma en la que Michael lo acaricia cuando están viendo televisión o a punto de dormir.

—¡La máquina de helados es genial!

Liam está al lado de Zack, quien está practicando como hacer conos perfectos, por supuesto que Annie también está ahí siendo jueza mientras los intentos fallidos los pone en su vaso.

—Michael va estar muy feliz cuando la vea.

Todos miran a Luke, ninguno evita sonreír ante la imagen del rubio sonrojado porque no ha parado de hablar de su novio en todo el día.

—Luke, sabemos que lo extrañas, pero solo se fue por dos días.

—Y solo faltan horas para su regreso. —agregó Zack con una sonrisa al ver como el cono de helado estaba hecho un espiral perfecto.

—Es que ustedes no entienden. —se quejó el rubio cerrando la caja del dinero.

Annie rodó los ojos.

—Hablaste con él hace poco.

—Sigan así y se van a quedar sin sueldo. —amenazó con una sonrisa burlona.

—Si quiere puedo ir por Michael ahora, jefe. —le dice Liam en un intento de tono formal.

Luke se dio cuenta de que lo que había creado ahí era más que una relación empleados/empleador, eran amigos y eso lo hacía mucho más especial, sin salirse de sus roles y aún respetandolo como su jefe lograron crear una amistad de respeto donde pueden hacer bromas y conocer sus vidas personales. Eso es otra cosa que Liz le dejó, ella no está con él pero le dejó el espacio para conocer a sus amigos y a la persona con la que tiene una relación muy bonita.

—Bueno, creo que es hora de irnos.

Todos miraron a Annie confundida hasta que vieron como Luke saltaba de su silla y corría a la puerta lanzándose a los brazos de aquel australiano de ojos verdes.

—Quería más helado. —se lamenta Liam mirando el vaso vacío en sus manos. Zack se encoge de hombros comenzando a dejar todo en su lugar.

—¡Muévete, Liam! —Annie lo toma del brazo—. No queremos arruinar su reencuentro.

Luke pasó ambos brazos por los hombros del ojiverde, quien soltó su bolso para apretar la cintura de Luke y finalmente tomar sus labios en un beso como forma de saludo.

—Te extrañé mucho, Mike. —susurró en medio del beso, Michael llevó una mano a su rostro tomando su barbilla.

—Y yo a ti, Lukey.