⇢Capítulo 32.

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Se removió entre las sábanas, esperando encontrar la calidez que lo ha acompañado hace unas semanas, pero solo se encontró con la barrera de almohadas que Calum construyó la noche anterior porque necesitaba su espacio y escogió el lado que tenía más. Su mejor amigo seguía dormido, así que gruñó y se dio la vuelta quedando hacia el gran ventanal, encontrándose con el día soleado nuevamente.

Comenzó a preguntarse cómo estaba Luke, si durmió bien o si tuvo alguna pesadilla. Ellos no tuvieron que compartir cama, Anne improvisó una en el suelo de la habitación de Ashton con sacos de dormir y un colchón inflable. Se durmieron tarde, luego de pasar un tiempo a solas en el patio volvieron a entrar, pasaron las horas con juegos de mesa, comida e historias vergonzosas de Ash y Luke cuando eran niños. Sin dudas fue una noche buena, Luke reía hasta que su estómago dolía, Michael lo miraba enamorado y Calum se hizo muy amigo de Anne, Harry y Lauren.

Miró el reloj en la pared y ya pasaban las nueve de la mañana. Se sentó lentamente y al restregar sus ojos los notó pesados, pero no podía seguir durmiendo. Así que con cuidado de no hacer tanto ruido, caminó al baño.

Cuando salió, listo para vestirse, se encontró con Calum en el medio de la cama, sin importarle su estúpida barrera. Le lanzó una almohada en la cara y comenzó a cambiarse.

—Buenos días, bello durmiente. —le dice Luke cuando lo encuentra bajando las escaleras. Se ve tan bonito.

Baja los últimos escalones que los separan y toma entre sus brazos para dejar un largo beso en aquellos labios que lo vuelven loco, tienen sabor a fresa y menta, aprieta su cintura antes de separarse. Luke le sonríe, brillante y hermoso.

—¿Cómo estás?

—Bien, estaba esperándote. Te extrañé. —algo avergonzado restriega su nariz contra la mejilla del ojiverde, posteriormente deja un beso pequeño.

—Yo también te extrañé, Calum me golpeó toda la noche. —se quejó con el ceño fruncido, que desapareció al escuchar su suave risa.

—Y Ashton habló dormido. Me asusté.

Luke forma un puchero con sus labios, realmente ama cuando lo hace, así que deja un beso rápido que lo transforma en una sonrisa.

—Vamos a desayunar, Lauren preparó un jugo de frutillas y menta delicioso. —une sus manos mientras habla, Michael le permite arrastrarlo hasta la cocina.

Solo ve a Lauren y Anne en la cocina cuando entra. Están preparando panqueques, el olor hace gruñir su estómago, así que le ofrece ayuda a Anne porque mientras más ayuda, más rápido comen.

No recuerda como era cocinar junto a su madre, si lo hizo alguna vez su mente decidió borrar aquellos momentos en los que compartió con ella, sabe que lo hizo, su abuela le contó algunas historias, pero realmente no recuerda. Así que estar ahí en la cocina junto a la madre de unos de sus amigos haciéndolo sentir como uno más de sus hijos llenó su pecho de felicidad, tranquilidad y comodidad. Luego veía a Luke hablar con Lauren, riendo, compartiendo bromas sobre cocina que solo ellos entendían, hizo crecer su cariño aún más por aquel rubio de ojos preciosos.

—¡Huele muy bien!

Ashton entra a la cocina, aún en pijama y con el cabello revuelto. Lo sigue Calum, un poco más presentable pero sigue con su pijama de aviones.

—Buenos días. —saluda con una sonrisa. Anne aprieta una de sus mejillas y Ashton los mira con el ceño fruncido.

—Tu no me saludaste. —se queja su madre mirándolo. Entonces Ashton besa su mejilla y ella sonríe.

El desayuno pasó entre risas y anécdotas de Ashton en la escuela donde trabaja, Anne lo mira orgullosa mientras cuenta sobre su relación con los alumnos y demás profesores, recuerda sus primeros días de trabajo, Liz llegó unos años después a trabajar en la misma escuela y fue mucho mejor porque siempre había estado junto a ella así que trabajar juntas no se hacía conocido.

⇢Café Pendiente ☓Muke Clemmings☓Where stories live. Discover now