⇢Capítulo 29.

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Seguía pensando en aquella noche, luego de contarle todo a Luke solo se quedó sosteniéndolo hasta que todas las lágrimas acumuladas abandonaron sus preciosos ojos, hasta que su pecho se sintió ligero y pudo descansar de aquel dolor que llevaba persiguiendolo hace tiempo. Luke fue tan amable y comprensivo, reparó su corazón con sus palabras y la forma en la que lo hizo sentir.

—Michael, me alegra de que le hayas dicho todo. Sé lo difícil que fue para ti.

Calum está sentando a su lado, están haciendo lo de siempre, armar canastas de flores, cortando papel y manchando sus dedos con marcadores de colores.

—Sentí que era el momento, pero arruiné algo lindo, no se supone que la noche de San Valentín sería así. —Le dice mientras está midiendo un trozo de cinta para cortarlo.

—Encuentro que estuvo bien, estaban por dar un paso importante en su relación y lo hiciste en el momento adecuado. —Responde encogiéndose de hombros. —Era algo que debías hacer antes de continuar, deja de darle tantas vueltas.

—Es que todo era tan perfecto. —Se lamentó recordando lo que estaba pasando esa noche, sus besos y caricias.

Suspiró frotando sus ojos. Calum le lanzó un trozo de papel envuelto en cinta adhesiva.

—Tendrás otras oportunidades. Te aseguro que va a ser tan romántico que vas a vomitar corazones y ositos de peluche.

Michael rodó los ojos. Desde que le contó cómo comenzó la noche, con la comida, la música y las flores, Calum no dejó de molestarlo porque es lo más cursi que ha hecho por alguien, pero aún así su amigo está feliz por él.

—¿Me vas a extrañar este fin de semana?

El moreno lo mira con el ceño fruncido.

—¿Extrañarte? —ladea su cabeza en confusión, Michael lo mira asustado mientras una sonrisa lenta aparece en los labios de su mejor amigo.

—Calum, no-

—Yo también voy a ir.

El ojiverde cierra sus ojos cuando lo escucha. Luke había planeado un viaje al pueblo donde nació, finalmente visitaría a la madre de Ashton después de años sin verla, obviamente Ashton iría con ellos porque es su casa, pero no sabía que había invitado a Calum. Está nervioso y aunque la presencia de su mejor amigo lo tendría que tranquilizar, lo ponía más nervioso.

—Es lindo que vayas con Luke.

—El me ayudará a buscar a mis padres en Australia, lo hablamos hace unas semanas. —Confiesa, no le había dicho a nadie sobre sus planes, pero el pánico estaba creciendo en él cada vez que lo recuerda. —No debería pero los he extrañado mucho y necesito verlos aunque me rechacen.

—Está bien. —Asintió el moreno. —Pero, ¿pensaste en lo que te dije hace unos días? Estoy seguro de que eran tus padres.

Michael rodó los ojos. Para él era algo casi imposible de que sus padres estuvieran buscándolo después de tantos años cuando pudieron hacerlo antes.

—No, Calum.

—Dame una razón.

El ojiverde iba a hablar, pero un "hola" algo tímido se escuchó desde la puerta, Calum rió cuando vio a su mejor amigo correr en esa dirección. El amor había atacado con fuerza a aquel muchacho que conoció desorientado una tarde fría a la orilla de la carretera.

Luke sonrió mostrando sus dientes cuando vio como Michael caminaba hacia él y luego dejó unos cuantos besos cortos en sus labios y mejillas, con estas algo ruborizadas se acercó a Calum, quien continuaba cortando papeles de colores.

⇢Café Pendiente ☓Muke Clemmings☓Where stories live. Discover now