36° Capítulo:

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Al despertarme no supe si era más temprano que el día de ayer, como para levantarme de la cama antes de que Bergljot llegara, o si la misma había tenido un contratiempo antes de ir a buscarnos. Que también podría tratarse de algo tan simple como que ella no vendría todas las mañanas en nuestra búsqueda.

Sea como fuera, contrario al día anterior, ésta mañana atravesaba las puertas de mi dormitorio sola, ni Hans ni Bergljot. No es hasta que veo el cielo, aun escasamente iluminado, a través de las ventanas del pasillo que encuentro mi respuesta. Era bastante más temprano a la hora en que desayunamos el día anterior.

Una vez puesta en pie y con la mente funcionando, difícilmente podía volver a dormir, así que esa fue la primera idea en descartar. Tampoco podía ser tan egoísta de despertar a alguien más para hacerme compañía, pero esto no era como Arendelle donde tenía libros para entretenerme. Mientras divagaba por el castillo, divagaba también dentro de mi mente con esos pensamientos, tratando de encontrar una distracción. Hasta que finalmente terminé por toparme con Hulda, ella se sorprendió al verme pero no por eso su saludo fue menos amable.


-¡Su majestad! –exclamó la misma, para enseguida acallarse a sí misma, buscando no despertar a nadie innecesariamente- Buen día, no esperaba encontrarte despierta a estas horas.

-Por favor, Hulda, llámame por mi nombre nada más. Puedo ser reina en Arendelle, pero considero que éste es tu reino ahora, haz protegido de este lugar en mi ausencia así que es lo mínimo a considerar. Así que hablemos de igual a igual –ella asintió, con una genuina sonrisa agradecida- Y sí, no me he dado cuenta de la hora hasta que vi el cielo tan oscurecido, estaba buscando con qué distraer mi mente la verdad...

-¡Oh! Entonces, si así lo deseas, podrías acompañarme –invitó ella, mientras retomaba su caminata hacia las puertas principales- No sé si Begljot ha tenido la oportunidad de comentaros, pero cada mañana me paseo por los alrededores del castillo para vigilar que no aparezca la criatura.

-Sí, algo nos ha dicho. Pero con respecto a tu invitación, me encantaría.


Y sin añadir mucho más, me sume a su lado. Ella caminaba rápida y elegantemente, mantenía su porte altivo pero gentil, dejaba ver su etereidad con cada movimiento, era fascinante.

Un largo trecho del camino lo hicimos en silencio, simplemente disfrutando del sol recién asomando sus primeros rayos y del fresco matutino. Tenía muchas preguntas agolpándose en mi garganta, pero no quería ser quien pusiera fin a la relajante calma del horario.


-Se me han ocurrido varias ideas para la celebración, –dijo ella, poniendo fin al silencio- ésta tiene que ser digna de la ocasión, tiene que estar a la altura de tu regreso –y entonces retiró la mirada del camino para dedicármela con un gesto gentil y feliz- Luego me gustaría discutir los detalles contigo, aunque me gustaría que en su mayoría fuera una sorpresa. La verdad es que no tenemos mucho que ofrecer –continuó, llevando nuevamente la mirada hacia delante- pero así y todo estoy segura de que podemos conseguir un buen resultado...

-Sería feliz de ayudar en lo que consideres, agradezco que quieras que parte sea sorpresa y no quiero entrometerme en eso, pero no temas pedirme ayuda en lo que precises. Estoy segura de que puedo hacer buen uso de mis poderes mientras esté aquí.

-Gracias, lo tendré en cuenta –parecía estar poniendo fin a ese tema, y pude notar que me miraba de reojo. Una minúscula risita escapó de sus labios y me dedicó un leve asentimiento, como invitándome a expresar mis pensamientos.

Frozen & BurnedOnde as histórias ganham vida. Descobre agora