59° Capítulo:

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Llegado cierto momento, todos habíamos acordado que necesitábamos de un momento para pensar y descansar. El estrés y el miedo nos afectaba de diferentes maneras a cada uno, Anna bajo situación era quien más nos preocupaba. Me enfurecía que Hulda estuviera haciendo todo esto, pero aún más el hecho de que llegara a afectar de manera indirecta a mis seres queridos.

Mi hermana se merecía poder pasar por su embarazo como cualquier otra futura madre, disfrutando de cada nueva señal de vida que llevaba consigo. Pero en cambio tenía que lidiar con el gobernar, temporalmente, el reino, con lo que me había ocurrido a mí, con la tentativa de amenaza de Hulda... Sencillamente no era justo.


Luego de acordar que nos tomaríamos unas horas de descanso, después de haber pasado tendido rato hablando sobre la amenaza que era nuestra nueva rival, Anna y Kristoff se marcharon a su dormitorio. Mientras que Hans se quedó allí conmigo, volteando a verme luego de acompañar a ambos a la puerta y despedirlos hasta la hora de la cena. 


-Sé que ya te lo ha dicho Anna, pero también me gustaría insistir en que no debes moverte si te sientes tan debilitada –dijo mientras se acercaba a mí, sentándose al borde de la cama- Tuviste suerte de caer cuando lo hiciste, imagínate si hubieras perdido la fuerza justo al principio de la escalera, habrías caído por toda esta y podrías haber terminado aún más herida.

-Lo sé, entré en pánico. Solamente quería asegurarme que todos estuvieran bien, y que no había sido más que un sueño. Prometo que la próxima esperare a que lleguen alguna de las chicas –dije haciendo referencia a Kamilla y Anja.

-Por eso quédate tranquila, porque luego de hoy no creo que volvamos a dejarte sola un segundo -añadió socarronamente- Estoy seguro de que Anna insistirá en que dividamos nuestros horarios para que siempre estés acompañada de alguien más, y apoyaré esa idea al cien por ciento –también me había hecho reír, y justo cuando estaba por quejarme burlonamente, él continuó- Por cierto, ¿Podrías contarme más a detalle lo que soñaste? Pude notar que trataste de hablar de ellos lo más superficialmente posible, y fuiste directamente al grano, hablando de la amenaza de Hulda. Mas temprano, te noté muy afectada por eso...


 Fue casi instantáneo, notar como mis ojos se humedecían al recordar toda la muerte. Sin embargo, esta vez, me permití llorar desconsoladamente mientras que le contaba todo lo que había visto... incluida su muerte. En este momento necesitaba permitirme un momento de debilidad, de desintoxicarme, y con Hans dándome el apoyo podía hacerlo.


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Luego de bastante rato, el nudo desapareció de mi garganta. Entre sus brazos, y luego de haber dejado escapar todo el dolor, todo parecía tener un mejor color. Hasta entonces había reinado el silencio, él había acariciado mi cabello para tratar de relajarme, pero en cuanto me sentí preparada continué conversando.

Frozen & BurnedWhere stories live. Discover now