58° Capítulo:

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Abro los ojos, completamente exaltada. Instintivamente me apresuro a observar mi vientre, pero la herida que acababan de causarme, a manos de una espada, yacía inexistente.

Aún medio adormilada, observo a mi alrededor en busca de algo que me dé una pista de lo que acababa de ocurrir... ¿Realmente había sido nada más que un sueño? Uno terrible, realmente una pesadilla, pero aparentemente nada más que eso...

Bueno... sabía que no podía decir que se trataba nada más de un sueño. Ya había sufrido, múltiples veces antes, este tipo de pesadilla. Y ahora, luego de haber aprendido lo suficiente, podía reconocer las pesadillas creadas por la mano de Hulda.


Descubriéndome aún recostada, exactamente en el mismo banco de la noche anterior, me envolví de preguntas. ¿Por qué Hulda me mostraba aquello, se trataba de una amenaza o me adelantaba lo que terminaría por ocurrir? ¿Y, su poder actual le era lo suficientemente poderoso como para producirme pesadillas desde las montañas? ¿O se encontraría ahora en las cercanías de Arendelle, martirizándome mientras me mostraba lo que estaba a punto de llevar a cabo?

Lo único que me distrajo de las preguntas fue ver la nube de vapor que acababa de exhalar, recién entonces caí en la cuenta de que la temperatura había descendido aún más. O tal vez yo estaba perdiendo la tolerancia a ese nuevo martirio que me era el frío. Y, así mismo, hasta entonces noté que todas las ventanas se encontraban totalmente escarchadas. Definitivamente todo estaba empeorando progresivamente, y Hulda se divertía con el hecho de dejarme ver quién tenía el poder ahora... 


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Si mi cuerpo de por si temblaba de manera preocupante, cada vez que recordaba un fragmento de aquella pesadilla los escalofríos empeoraban. Había presenciado a cada uno de los habitantes de Arendelle sufriendo una muerte terrible, sangre por todos lados e incluso a mi propia hermana... Aquellas imágenes habían logrado, con gran razón, desatar una nueva tormenta de llanto en mí. Todo eso era terrible, y era peor bajo la conciencia de que podría volverse real de un momento para otro.

Aun sabiendo que Hulda me había mostrado todo aquello por algún plan de su macabra mente, me apresuré en salir de la habitación para advertir a los demás sobre lo que había visto. Quizás estaba cayendo exactamente en lo que ella esperaba, no tenía ni idea, desgraciadamente no tenía la capacidad de prever lo que ésta planeaba. Además de que ella corría con la ventaja de un planeamiento de, seguramente, años, mientras que yo apenas había sido consciente de lo que sucedía desde hacía unas semanas.

Fuera como fuera, necesitaba sacarlo de mí. Expresar en voz alta lo que acaba de soñar, estaba segura de que Hans coincidiría conmigo en que esto era obra de Hulda, nada más ni nada menos. Ambos habíamos experimentado ese lado "oculto" de su magia, no podía tratarse de algo tan inocuo como un simple sueño.


Por levantarme tan apresuradamente, tuve que luchar con unos repentinos tambaleos. La cabeza pareció comenzar a bombearme, genial, lo que necesitaba, otra vez encontrarme en un estado lamentable. Luchando contra esas dolencias, continué mi lenta marcha hacia el encuentro ya fuese con Anna, Kristoff o Hans.

Frozen & BurnedWhere stories live. Discover now