6° capítulo:

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Los primeros días luego del encarcelamiento de Hans fueron agotadores, uno diría que luego de atrapar a la persona que ponía en riesgo nuestras vidas el clima en el reino se calmaría. Pero no, Gunnar mismo dijo que no podíamos tomarnos la libertad de relajarnos porque si bien Hans lo negaba no podíamos asegurar que no tuviera aliados, y en caso de que los tuviera seguramente tendrían que estar rondando el reino. Cualquier aliado de Hans debía ser tomado como una amenaza tan grande como el mismo.

Un grupo de guardias junto con alguno de mis consejeros eran los únicos que entraban a la celda de Hans para interrogarlo y para llevarle algo de comer y beber, si queríamos información se lo necesitaba con vida. Pero por lo que me habían comentado, él nunca decía nada, ni siquiera levantaba la vista del suelo y apenas si tocaba su comida. A este paso Hans moriría de hambre antes de que lograran sacarle por lo menos una palabra.

Mis consejeros y el jefe de la guardia habían decidido que lo mejor sería que ningún miembro de la realeza de Arendelle lidiara directamente con Hans, por nuestra seguridad, así que teníamos prohibido siquiera acercarnos. Pero yo había visto como él había tenido intenciones de contestarme algunas cosas, y sabiendo ser la única con posibilidades de conseguir respuestas, lo vi como mi responsabilidad el hacer lo que estuviera al alcance de mis manos. Conociendo mi reino, mi guardia y sus turnos, el lograr infiltrarme no me sería difícil. Lo único complicado sería salir de mi habitación durante la noche, ya que ahora unas guardias se rotaban y quedaban dentro de ésta. Ahora era cuando lamentaba el haberle dado el completo control de nuestra seguridad a Gunnar, sin poder como reina opinar al respecto.

Gracias a estos pensamientos me hallé en el cuarto de Kamilla y Anja pidiéndoles el favor de cubrirme. Al principio se mostraron reacias ante esa idea, pero luego comprendieron que no habría manera de detenerme, si ellas no me ayudaban terminaría encontrando la manera de lograr mi cometido. Ahora solo quedaba esperar a la noche.

Me encontraba sentada tomando una taza de té y mirando el cielo estrellado cuando escuché la voz de Anja al otro lado de la puerta, hablándoles a mis guardias.

–La Reina me mandó a llamar, iré a hacer unos pedidos específicos por ella y necesito saber qué es lo desea. Así que por favor abran las puertas.

Acto seguido, y tal como ella había pedido, los guardias abrieron las puertas para dejarla pasar a mi habitación. Anja llevaba una capa gris con la larga capucha puesta tapándole la mitad del rostro. Ni bien entró las puertas se cerraron tras ella, se sacó la capucha y saludó con un leve asentimiento de cabeza a las guardias que me acompañaban esta noche. Habiendo recibido el saludo en contestación ella caminó hacia donde me encontraba, aparentamos que me ayudaba a cambiarme para dormir mientras hablábamos de los supuestos pedidos que iría a hacer por mí.

Y así estábamos cuando escuchamos las campanadas que marcaban el nuevo horario, el mismo en el que mis guardias hacían su relevo. Ese era el momento, ambas salieron de mi habitación cerrándose las puertas nuevamente. Anja y yo nos apresuramos, ella se colocó mis prendas de dormir y yo su vestido y capa. Ella tenía un cuerpo muy similar al mío por lo cual esperaba que nadie sospechara de lo que habíamos hecho. Finalmente mi criada se recostó en mi cama y tapó con las frazadas para aparentar que ya se había dormido, yo ya me encontraba frente a las puertas disponiéndome a salir cuando la voz de Anja me detuvo, volteé a mirarla.

–Majestad, por favor, tenga mucho cuidado –me dedicó una sonrisa de ánimos– y suerte. Espero que logre su cometido.

–Muchas gracias Anja, por tus palabras y por haber accedido a ayudarme. Te lo compensaré, te lo prometo.

Dicho eso me coloqué la capucha y atravesé las puertas ahora abiertas a un paso tranquilo para no despertar sospechas, llegando al final del pasillo logrando que nadie me detuviera. En cuanto giré en la esquina comencé a correr, en cualquier momento harían el relevo los guardias de la prisión y tenía que aprovechar ese mínimo momento para entrar a la celda de Hans.

Elegí un camino específico por el que sabía circulaban muy pocos guardias y en cuanto quise darme cuenta ya había subido las últimas escaleras que llevaban a la prisión. Me oculté en las sombras tapando cualquier parte de piel con mi capa y cuando escuché los pasos de los guardias que se marchaban corrí hacía esa celda en específico. Saqué las llaves que había tomado "prestadas" y en el siguiente segundo me encontraba dentro y cerrando nuevamente la pesada puerta. Cuando volteé me encontré con la escrutante mirada de Hans, entonces me saqué la capucha y su gesto se volvió de sorpresa para luego mirar al suelo.


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Tardé como dos semanas... lo sé D: perdoooooooon, soy un desastre andante jajaja pero la buena noticia es que tengo varios capítulos ya terminados. Espero que les haya gustado, como siempre, cualquier crítica constructiva es bienvenida :D

CRÉDITOS DE LA IMÁGEN AL ARTISTA DE DEVIANTART: --> RoZaLINdrawer

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