64° Capítulo:

221 26 12
                                    

Elsa y yo habíamos separado nuestro camino hacia ya rato, ella en búsqueda de Birger y yo de Hulda. Desde entonces claramente no había sabido nada de ella, pero por lo menos para mí había resultado sencillo encontrarme con nuestra enemiga. Desde ese primer momento nuestro enfrentamiento había sido interrumpido varias veces, ella alejándose o viéndome refrenado por sus criaturas, pero constantemente volvíamos a ser uno contra otro. Así hasta que me atrajo hacia un terreno que la beneficiaria, era claro lo que intentaba, pero no me quedaba de otra que seguirla. De lo contrario me arriesgaba a que, si la perdía de vista, fuera en busca de Elsa.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Y esta última parte del enfrentamiento, a pesar de que Hulda se encontraba en situación de ventaja, estaba dejando ver mi renovado control sobre mi magia. Hulda podría poseer los inmensos poderes de Elsa, pero eso solo no la haría tan buena con la magia como a su dueña original. Yo mismo era una prueba viviente de que no basta con tan sólo poseer magia para que ésta responda de acuerdo a los deseos de quien la posea, y Hulda parecía no haber sido consciente de eso antes de quitársela a Elsa.

Lo que, en cierto modo, ahora me ponía en ventaja a mí, que tenía la gran fortuna de haber sido entrenado por la verdadera reina de la nieve. Además de que, debido a todo lo que ella nos había obligado a vivir, me había visto forzado a generar una nueva fortaleza y seguridad en mí mismo. Me había visto cayendo en la necesidad de tener que confiar plenamente en mí y mis capacidades, de lo contrario Elsa, su familia y tantos otros iban a sufrir las consecuencias. Yo tenía fuertes motivos por los cuales perseguir la victoria, Hulda solamente poseía le egoísmo.

Fue así que, viendo como poco a poco iba ganando ventaja en este alejado enfrentamiento, Hulda se vio forzada a nuevamente tratar de huir. Pero al encontrarnos rodeados de montañas se vio imposibilitada, yo bloqueaba la única salida. Fue ese mismo momento, en cuanto ella se volteó nuevamente hacia mí, que sentí una pesadez llenando mi mente. Reconocí la sensación inmediatamente, pero para esto no tenía manera de escapar.


-Tengo que admitirlo -comenzó a decir Hulda, mientras que mi vista empezaba a nublarse- eres un muy buen contrincante, Hans, no lo esperaba... Lo que me hace preguntarme, ¿Qué haces del lado de Elsa? ¿Crees que ganarás algo de ella cuando todo esto termine? -entonces una imagen distorsionada comenzó a surgir, algo que ella me estaba mostrando- Déjame decirte que no, tú no dejarás de ser un criminal buscado por tu antiguo reino, y ella no hará nada por cambiar eso... ¿Por qué lo haría? Tiene cosas más importantes de las que preocuparse cuando vuelva a Arendelle, te está usando, pero tú no recibirás nada a cambio de todo tu esfuerzo. En cambio, yo puedo darte todo lo que siempre has soñado...


Y recién entonces vi por completo lo que ella estaba queriendo decir, presencié aquel recurrente sueño que por tantos años me motivó a seguir. Aquel que creí me daría mi razón de ser, todo ese poder que había anhelado tanto, ser un rey al que ya nadie podría pisotear ni minimizar...  

Frozen & BurnedWhere stories live. Discover now