7° Capítulo:

829 77 18
                                    


            –Hans... –dije a modo de saludo, no había pensado en cómo entablar una conversación con él, así que simplemente lo llamé por su nombre. Pero él no respondió– Hans –insistí con mayor seguridad en mi voz, lo noté dudoso pero finalmente me miró.

Transcurrieron tan solo unos segundos pero él pasó de estar sentado en su cama a estar arrodillado frente a mí, esa acción me dejó atónita sin embargo no bajé la guardia en ningún momento. Entonces habló.

–Lo siento, Reina Elsa, por todo lo que hice en el pasado pero le aseguro que no vine aquí con intensiones de hacer daño a nadie –lo miré consternada, este era el último escenario que podría haber imaginado, finalmente suspiré y me acerqué unos pasos más hacia él.

–Levántate Hans y siéntate por favor, no es necesario que hagas esto, además así será más fácil hablar –él levantó la mirada hacia mí una vez más, mirándome expectante y por fin me hizo caso– Ahora sí, se me ha informado que no has querido hablar con nadie, sin embargo parece que conmigo no tienes problemas en hablar. Entonces, ¿estás dispuesto a hablar conmigo, a responder todo lo que considere necesario?

-----

Cuando abrí la puerta de la celda para salir los guardias voltearon a apuntarme con sus armas, cuando vieron quien era la persona que atravesaba la puerta se quedaron congelados. Acto seguido dejaron de apuntarme y pusieron derechos mostrando respeto, los saludé encubriendo la risa que quería escapar por lo divertido que me resultó ver esa escena. En seguida me marché de allí y me dirigí a mi habitación, los demás guardias quedaron igual de desconcertados al verme fuera de la habitación sin que nadie lo notara. Agotada hice que Anja regresara a su cuarto y me acosté a dormir.

A la mañana siguiente, me desperté con el fuerte ruido de las puertas de mi habitación abriéndose y golpeando contra las paredes. Miré hacia allí sin todavía despertar por completo, Anna me hablaba apresuradamente pero no logré entenderle una sola palabra, lo único que logré descifrar es que estaba enojada, bastante.

–Anna... –dije interrumpida por un bostezo– acabas de despertarme, ni siquiera pude lavar mi rostro, no soy capaz de entender nada de lo que dices si lo dices tan rápido –me destapé y senté sobre la cama– ahora, repite todo pero con más tranquilidad por favor.

–Oh, disculpe su majestad, no quiere que le sirva el té así puede despertarse adecuadamente –dijo, obviamente, con mucho sarcasmo. Eso era extraño.

–Bueno, Anna ¿qué te pasa?

–Pasa que estoy muy molesta contigo –recalcó el "muy" – Sucede que ni bien me levanto desayuno con la noticia de que anoche fuiste a escondidas a hablar con Hans, poniendo a tus criadas en medio de tu tonto plan. Poniendo en riesgo tu seguridad ¡y ni siquiera pudiste contármelo a mí! Te podría haber ocurrido algo y yo no iba a saber nada hasta que fuera tarde, eso es lo que me pasa.

–Sin embargo no ocurrió nada, yo estoy bien.

– ¿Y si algo pasaba? Elsa... –me enmudecí cuando vi lágrimas en sus ojos– eres lo único que me queda, no puedes ir así arriesgándote como si nada, sin por lo menos consultarlo conmigo, tu hermana. Si algo hubiera pasado, te hubiera perdido...

–Anna... –me acerqué rápidamente a ella y la abracé– perdóname, no pensé en cómo te afectaría esto –me separé ligeramente de ella para verla a los ojos– pero tenía que hacerlo, si lo hubiera considerado un peligro te lo hubiera dicho –ella asintió con la cabeza.

–Bien, mientras que prometas de ahora en adelante contarme todos tus planes todo queda perdonado.

–Lo prometo –nos sentamos en mi cama.

–Bueno, ahora tienes que contarme todo. Desde cómo lograste infiltrarte sin que nadie te viera, porque quiero saber y porque así podremos mejorar la seguridad –añadió riendo– y qué conseguiste yendo a ver a Hans ¿lograste que te dijera algo? –Luego de cambiarme le conté todo con lujo de detalles, hasta las expresiones de los guardias podían imaginarse a la perfección– Entonces ¿Hans aceptó tu propuesta?

–Si – contesté con una sonrisa de orgullo– recalcó que sólo se sentía seguro hablando conmigo, así que de esa manera será.

– ¿Crees que Gunnar lo apruebe?

–Tendrá que hacerlo, porque estoy bastante segura de que es la única manera de lograr que Hans... –repentinamente las puertas se abrieron interrumpiéndome, eran dos guardias acompañando a Kristoff. Anna se acercó a él y le besó la mejilla.

–Elsa, Gunnar te cita a hablar por lo de anoche.

–Lo imaginé –dije mientras me levantaba y suspiré por la charla que se venía, Gunnar se preocupaba por nosotras tanto como lo haría nuestro padre si aún estuviera con nosotros– Por cierto, buen día Kristoff.

–Igualmente, aunque con lo enojado que se veía Gunnar no creo que sea muy bueno para ti –agregó riendo, ambas nos sumamos a las risas. Mejor reír que llorar dicen.

----------

Bueno, parece ser que tenía dos capítulos ya escritos de ese entonces. Así que, ya que están hechos, voy publicandolo como para volver poco a poco al ritmo. 

Recien en el capítulo 9 van a encontrarse con contenido escrito actualmente jajaja

Muchas gracias por la lectura! 

Frozen & BurnedWhere stories live. Discover now