Visitando al tío Hades

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La travesía hasta Hollywood fue, literalmente, un infierno. Cualquiera pensaría que un zombie en un estado avanzado de putrefacción conduciría, como mucho, a una velocidad en el que cualquiera los adelantaría. Jules no era igual, él en su vida pasada resultó ser un piloto de carreras francés que murió en un accidente, desde entonces cada vez que se pone al volante es incapaz de moderar la velocidad.

Si, el corría como un loco mientras conducía una limusina antigua mientras iba por la autopista haciendo que los que corrían parecían ir a paso de tortuga. Incluso un coche de policía se dio por vencido al no ser capaz de seguir el paso de nuestro conductor no muerto

En el interior del vehículo se podían a preciar a los cinco agarrándose de los asientos debidos a los adelantamientos tan bruscos que este hacía, incluso Grover tuvo que agarrase con su pezuñas para poder coger una bolsa y vomitar el contenido de su estómago en ella. En el momento en el que Percy le iba a decir algo a Nico para que parara a su zombie este frenó de golpe haciendo que la masa de cinco personas que había dentro colisionara entre sí en el suelo.

- Llegado... - Dijo el zombie tras bajar una pantalla de cristal tintado.

Los semidioses bajaron de la limusina y vieron toda una zona industrial con unas cuantas naves que tenían el nombre de algunos estudios importantes, aparte de que también había una tienda de colchones que tenía el nombre del payaso de una serie de dibujos con la piel amarilla. Percy observó todo el lugar, tenían que encontrar los estudios de grabación  El Otro Barrio, por lo que tenían que buscar.

La opción más lógica sería separarse, pero el echo de haber sido atacados en ese extraño hotel les hizo ser más precavidos. Fueron caminando por cada calle que había en esa zona industrial, pero no había forma de encontrar nada que les indicara el camino.

Tras buscar cinco minutos sin llegar a encontrar nada Bianca sugirió que buscaran en las zonas más sombrías y que casi nadie pasara, ya que supuestamente era la entrada al infierno debería estar oculto de alguna forma. Todos parecían estar de acuerdo con lo que había dicho la hija de Hades, por lo que siguieron su idea.

Empezaron a caminar por los callejones más oscuros que había por la zona, por las naves más deterioradas por las que podían pasar hasta que al final lograron ver el estudio que estaban buscando.

Este tenía un cartel que indicaba los horarios a los que se podía entrar en el edificio pero lo que más llamó la atención de los semidioses fue un cartel aparte que decía "Se prohíbe la entrada a: niños, vagabundos y vivos". Eso indicaba claramente que ese sitio era el lugar indicado. Todos se miraron entre si, como si buscaran que alguien diese el primer paso para llegar a la entrada del infierno.

Percy fue el valiente que tocó el pomo de la puerta del estudio de grabación. Lo que vio nada más entrar fue un poco deprimente para ser un estudio de grabación. Percy tenía la vaga esperanza de ver a algunos actores o famosos sonriendo como en las películas, pero lo que obtuvo a cambio fue sorprendente pero para mal.

Había unos cuantos seres que podían ser fantasmas ya que su figura era algo "etérea" a los ojos del chico mágico mientras un hombre estaba mirando una revista de trajes italianos mientras sus ojos eran ocultos tras unas gafas de sol. Ni si quiera los miró cuando entraron por la puerta del local.

- Vale. - Dijo Annabeth obligando al resto a reunirse como si fuesen un equipo de fútbol americano. - Ese hombre debe ser Caronte por lo que debemos persuadirle para que nos lleve a hablar con Hades.

- ¿Y qué debemos decirle? - Preguntó Grover un poco asustado por estar en un lugar como este. - Es el barquero de las almas, lo más seguro es que pida dinero o algo más difícil de conseguir.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora