La destitución de Dioniso

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Ya habían llegado las vacaciones de verano y Percy estaba haciendo los preparativos para irse al campamento. Había tenido alguna que otra conversación con Quirón, el cual decía que agradecía la presencia de Barbanegra en el campamento ya que así los semidioses que tenían misiones lejos y cerca de una costa podrían llegar.

También el habían comentado un poco lo había pasado en el campamento. Thalia había asumido el mando de los más jóvenes para formarlos y que Annabeth había sido mandada a una misión cerca de la casa de sus padres.

En el momento en el que llegó de la universidad para recoger sus cosas se encontró con Paul, el novio de su madre. Sally le había presentado a su hijo y cuando lo conoció cometió el grabe error de tratarle como un niño, ganando así una reprimenda por parte del chico y haciéndole ver que no era un crio.

- Hola Percy. - Dijo este un poco nervioso por el chico. - ¿Cómo han ido las clases?

- El puesto número uno. - Dijo este con una sonrisa. - No hay nadie en ese lugar que pueda superar mis calificaciones.

Paul rio y el joven se fue a su habitación ha hacer la maleta para irse al campamento. No tardó mucho tiempo, metió unas cuantas mudas de ropa limpia y un poco de material de lectura para no perder el ritmo.

Este dijo que iría en transporte público para evitar que el novio de su madre, intentando estrechar lazos con él e intentar tener una nueva impresión sobre él, se ofreciera a llevarlo. No entendáis mal, para Percy, Paul es un buen hombre, solo que si se entera del mundo mitológico era posible que le estallara una vena cerebral por exceso de información.

Percy se metió en el ascensor para abrir el portal para ir al campamento, lo mejor es que el ascensor era viejo y no tenía cámara de seguridad, por lo que no tenía que preocuparse por si lo veían o no.

En cuanto llegó al campamento este respiró profundamente para que el aire puro llenara sus pulmones.

Miró con atención el lugar, no había cambiado en nada, incluso seguía el barco del pirata en la orilla de la playa y un ligero olor a dragón que venía del bosque. En pocas palabras, le encantaba este sitio.

Caminó con calma hasta llegar a su cabaña, la cabaña 3. Allí dejó sus cosas y se dispuso a dar un paseo. él sabía que no se encontraría todavía con Luke, ya que el se quedaría en la universidad durante un tiempo más para asegurar las clases del año siguiente, Thalia estaría ayudando a los nuevos reclutas. Pero no sabía si Clarisse y Annabeth estarían ya por el lugar, por lo que se dispuso a buscarlas para poder charlar un poco.

Percy se tiró cerca de cinco minutos esperando delante de la cabaña de Ares intentando conseguir las fuerzas y la voluntad para poder llamar a la puerta y preguntar por la chica. Cuando lo consiguió se encaminó con fuerza y golpeó la puerta con el puño.

Al poco tiempo salió un chico que no había visto, debía ser uno de esos nuevos reclutas.

- ¿Qué quieres? - Dijo sin más el chico de una manera brusca.

- Venía a ver si está Clarisse. - Dijo Percy en un tono normal, dando a entender que no le importaba el chico que le había abierto la puerta. - ¿Está?

- Le asignaron una misión. - Después de decir eso cerró la puerta con fuerza haciendo que Percy rodara los ojos.

Sabiendo que Clarisse no estaba decidió probar suerte con Annabeth ya que podría haber terminado con su misión y haber vuelto para poder charlar.

Atravesó el campamento con tranquilidad y cuando llegó a la cabaña 6 llamó a la puerta y lo recibió un chico que conocía como Malcom, el cual le dijo que Annabeth todavía no había vuelto de la misión que le habían encomendado la última vez.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora