La cara del Benefactor X

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Por el nombre de la ciudad, por el hecho de que esté en español y no en inglés, le indicaba que había población de habla hispana en este estado y por el ambiente que había podría decir que estaba en un estado del sur del país.

- Estamos en Texas. - Dijo este llamando la atención de sus dos acompañantes.

- ¿Esto es Texas? - Dijo Grover en un tono confundido mientras seguía el paso del encapuchado y miraba las calles que había en la ciudad. - No es lo que imaginaba.

- ¿Y que esperabas? - Dijo Percy con una sonrisa. - Vacas por la calle mientras son acarreadas por cowboys y salones para que estos beban después de trabajar. - Solo le contestó el silencio, era obvio que había acertado en esa suposición. -Si te soy sincero, yo cuando era más joven e inexperto pensé que los sátiros eran todos unos pervertidos que buscan a ninfas para pasar una buena noche.

- ¡Yo no soy así! - Dijo muy rojo por lo que había dicho Percy. - Yo respeto a mi novia.

- Más te vale, porque si no Artemisa te perseguirá para comer chuletas de cordero. - Dijo Annabeth con una sonrisa para intentar aliviar un poco el animo que había en el ambiente. - Pero ahora en serio. ¿Sabemos si Medusa estaba en el tren?

- Si. - Dijo Percy haciendo que el sátiro diese un bote por el susto. - La vi y me propuso un juego.

- No me digas que aceptaste. - Dijo Annabeth un poco preocupada.

- Lo hice, solo tenemos que planear algo, una miniguerra por así decirlo. - Dijo este pero no calmó a sus compañeros. - Pero tranquilos, Atenea está con nosotros, no perderemos.

Esas palabras no tranquilizaron a los dos acompañantes, pero siguieron a Percy mientras daban una vuelta en la ciudad para encontrar el sitio indicado para mantenerse en el y planear todo lo que querían hacer.

Como Medusa le indicó era una prueba para contar con plena confianza de Hades y saber donde estaban exactamente sus hijos. Esto no era una juego, Percy tenía que mantener con vida a sus dos compañeros ya que nunca dijo que no iría a matar, por lo que debería preparar posibles trampas, estrategias defensivas y ofensivas y, los dioses no quieran, una posible baja de su equipo.

Caminaron por las calles donde algunas personas se quedaban mirando a los tres jóvenes, lo más seguro que sean los que tienen vista clara. Miraban todos los edificios que podían ser buenos escondites, como edificios abandonados lugares cerrados y naves de construcción.

No había muchos sitios que encajaban con sus condiciones, pero no se daban por vencidos, en el peor de los casos solo tenían que luchar en la calle mientras que Percy manipulaba la niebla para que los mortales se refugiaran en sus casas. Además, no había dicho nada de un tiempo límite para encontrar un escondite, por lo que correr será la mejor opción.

Estos iban a la mayor velocidad que podían sin llamar la atención y en poco tiempo llegaron a un edificio completamente vació por dentro, es decir, solo tenía las paredes de la fachada por lo que debía ser un edificio de nueva construcción en proceso o uno abandonado. Por el estado en el que estaba el interior de este debía ser la segunda opción.

Era un sitio apartado, no estaba en calles principales y solo podían acceder a el por un callejón, tenía una buena amplitud en el interior por lo que podían luchar bien y en una completa oscuridad y un poco de magia de Percy podían ganar fácilmente la prueba que la gorgona le había puesto por orden de Hades.

- Nos quedaremos aquí, debemos ir a buscar suministros. - Dijo Percy llamando la atención de los dos jovenes. - Tened cuidado si veis a una mujer con un pañuelo e la cabeza con diseño de serpiente o con una mujer que lleve puesto un burka arabe, esas mujeres pueden ser Medusa disfrazada.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora