Aquiles y Diomedes

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Estaban todos presentes delante de Deo. Delante de todos estaba Percy junto con Clarisse y Annabeth, después un poco más atrás estaban Jason, Nico, Luke, Hazel y Dakota. Ellos estaban muy serios mientras daba la cara a su encargado de hacer el viaje en el tiempo.

- Debido a que en un grupo numeroso me temo que solo podemos manteneros un día en ese tiempo, intentad contactar con ellos rápidamente y volved. - Dijo el líder de la orden.

- Un momento. - Dijo Percy preocupado. - ¿Solo tenemos un día para convencer a dos héroes? Eso es prácticamente imposible.

- No es mi culpa. - Dijo Deo con calma. - El echo de que tú quieres llevar a un grupo numeroso no es mi problema, ahora cállate y déjate llevar.

Percy quiso protestar, pero el cantico griego le hizo permanecer callado para que luego un brillo de luz le obligó a cerrar los ojos. En el momento que los abrió estaba en lo alto de una colina mientras veía el asedio que era la guerra de Troya.

Todos quedaron callados por lo que había delante de ellos. Un gran grupo estaba intentando entrar en la ciudad mientras que dentro había otra pelea. Percy sabía donde podrían estar los dos objetivos. Si todos esos libros que había leído de pequeño no le habían mentido Diomedes debería estar luchando contra Hector y Ares en la entrada de la ciudad mientras que Aquiles debería estar luchando para morir a manos de Paris.

Tenían que dividirse en dos grupos, uno tenía que ir a por el héroe invencible y el otro a por el que derrotó a un dios.

Al final los grupos fueron Percy, Clairsse, Nico y Dakota que se adentrarían en la ciudad y Luke, Annabeth, Jason y Hazel que se quedarían fuera. Percy condujo por un flanco a su grupo para poder infiltrarse en la ciudad mientras que Luke comandaba al suyo mientras bajaba la colina con la intención de llegar al héroe.

En el exterior.

Luke sabía donde podría estar su objetivo. Solo tenía que llegar a donde estaba el mayor revuelo de la zona. El dios de la guerra estaba presenciando la pelea que tenía Hector y cuando este perdió él mismo saltó a luchar para perder en igualdad en combate singular.

No tardaron en llegar a la zona de batalla. Allí se vieron obligados a sacar sus armas para defenderse. Más de in truyano los había confundido y los había intentado atacar, pero los guerreros de Antolia los habían protegido pensando que eran de los suyos.

A lo lejos pudieron ver como un cúmulo de gente se había aglomerado para observar algo como un hombre de cabello moreno armado solo con una espada y una armadura ligera estaba plantando cara a un hombre rubio que tenía una lanza.

- Ese debe ser Hector. - Dijo Annabeth en voz baja. - El no tiene una trayectoria muy buena, en esta misma guerra no pudo derrotar al Ajax el grande, siendo que su escudo pudo parar su lanza como si nada.

- Bueno, si va a perder contra Diomedes no me sorprende que tenga ese resultado. - Dijo Luke. - De acuerdo, dentro de poco tendrá que aparecer Ares por lo que parece. - Dijo este mientras miraba el estado lamentable en el que estaba el guerrero rubio. - En el momento en el que él lo derrote iremos a hablar con él tiene pinta de ser un hombre razonable y que puede entrar a razones.

Los demás asintieron a lo dicho por Luke y esperaron pacientemente a lo que parecía ser el final de la pelea de Hector contra Diomedes. No fueron ni cinco minutos en los que Hector tardó en morder el polvo y poco después apareció un joven Ares que tenía una lanza más grande que su cuerpo que vestía con una armadura completa de color negro.

Estos estuvieron hablando un poco. Cosas triviales como que Ares le daba la enhorabuena a un mortal por ser tan bueno como para llamar la tención de un dios siendo contestado solo por le silencio de Diomedes.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora