La lucha contra el brillo

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El fuego estaba consumiendo parte del bosque en el que los mestizos Vivian. Estos luchaban contra unas sombras que estaban siendo protegidas por una armadura de plástico duro que resistía el impacto de flechas y espadas y el titán del brillo Hiperión estaba detrás de todo este ataque.

Percy había mandado que Quirón ordenase a los hijos de Hefesto derretir todos los metales que había en la fragua, pero antes tenía que hacer algo con el fuego. Con rapidez este llegó al lago donde las nereidas estaban asustadas en lo más profundo del lago y comenzó a elevar una gran cantidad de agua.

Este hizo una esfera enorme de agua que abarcaba toda la zona del incendio, la cual estaba intentando ser controlado por algunos sátiros y semidioses con cubos de agua y algunas mangueras. Llevó la masa de agua hasta la zona del incendio y la parte en la que estaban las sombras.

- ¡Hijos de Demeter! - Gritó haciendo que los aludidos lo mirasen. - ¡Abrid un agujero justo donde están las sombras!

Estos asintieron he hicieron lo pedido. Hicieron una agujero lo suficientemente grande como para que cupieran las sombras que estaban invadiendo el campamento. Era tan profundo que ni si quiera Argos podría alcanzar la superficie de un salto, por lo que las sombras no podrían subir de buenas a primeras.

Una vez las sombras estaban en el hoyo Percy hizo estallar la masa de agua que tenía encima de su cabeza haciendo que una pequeña lluvia intensa se formase en unos instantes apagando así el fuego que había en el bosque.

Una vez el fuego se apagó se acercó al hoyo para ver como estaban las sombras. Estas intentaban unirse, pero si dejaban su armadura morirían por la luz del sol del crepúsculo, por lo que tendrían unos minutos para los hijos de Hefesto.

En el momento que vio que todo estaba controlado este se marchó al bosque para enfrentar al titán.

Con Quirón.

El centauro se quedó al mando de los semidioses en esa zona. Gracias a la lluvia que había hecho Percy había ablandado un poco la tierra, pero también le había dado la capacidad de aislar el calor de los metales fundidos, por lo que el daño no repercutiría mucho más lejos del hoyo.

Había contactado con Bekendorf, el líder de la cabaña 9 y había dicho que iban a tardar mucho en derretir todo lo posible para lo que había dicho Percy. Quirón asintió por lo dicho por lo que se dirigió a los arqueros y le pidió uno de sus arco.

- Señores, debemos ganar todo el tiempo posible, el sol se ocultará en unos minutos, por lo que a mi señal, lanzaremos flechas de fuego griego al rededor del hoyo para evitar que salgan si se unen. - Dijo este mientras los hijos de Apolo que estaba allí apuntaban sus arcos mientras otro esperaba para prender la flecha. Los minutos pasaron el sol se iba moviendo hasta que ya no había luz solar que les impidiera confinarse. Cuando ya no había sol una gran mano de oscuridad salió a la superficie mientras era protegida por trozos de las armaduras que llevaban antes. - ¡YA!

La flechas se prendieron y volaron haciendo un circulo de fuego griego que evitó que este pudiese salir del hoyo. Hicieron ese movimiento cada vez que una flecha se consumía. Cada vez que había un posible hueco otra flecha la sustituía.

Tras un tiempo varios hijos de Hefesto vinieron con todo un equipo de protección de fragua y con muchos recipientes ignífugos y comenzaron a verter el contenido en el hoyo con mucho cuidado. Por cada contenedor vacía se podía escuchar  el crepitar del fuego y el olor a plástico quemado.

Cuando vertieron todo lo que traía Quirón dio la orden de detenerse y se acercó al hoyo, habían llenado la mitad de él y el plástico estaba en llamas matando así a la sombra poco a poco. Quirón quería que se gastara lo menos posible de los metales, por lo que les indicó a los hijos de Apolo que acribillaran a flechas ígneas a la sombra, en poco tiempo había acabado todo.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora