La casa de los Chase

1.3K 139 25
                                    

Era ya el anochecer en el tren de mercancías. Luke, Thalia y el Benefactor X estaban planeando la cena que podían tomar. Tras una pequeña votación, que Luke había amañado gracias a la corta edad del infante, había ganado la opción de cenar magdalenas y bizcocho, cosa que a Thalia no le hacía mucha gracia ya que sabía lo malo que podía llegar a ser un subidón de azúcar en un niño de su edad.

Por fortuna de Thalia, el Benefactor X no se había visto afectado por el azúcar ingerido. Lo bueno de estar en un tren era que por el traqueteo que hacía al pasar por las vías y el ligero bamboleo que tenía el tren facilitaba completamente la tarea de dormir, obviamente uno se quedaría despierto por si algún monstruo quería hacer algo en su contra. Mientras los dos chicos dormían, Thalia estaría atenta por lo menos dos horas para montar guardia.

Con la intención de poder ver un poco el exterior y poder tener un poco de aire fresco mantenían una puerta un poco abierta del vagón. El paisaje que este mostraba era un poco peculiar, podía ver capo abierto y algunas montañas de fondo. Pero mientras que Thalia prestaba atención al exterior no podía ver a Benefactor X.

El pequeño Percy estaba pasando una mala noche, y no era por haber comido una cantidad de bollería antes de dormir. Sentía dolor, pero no de estómago. Sentía como algo dentro de él estaba mal, sentía calor dentro de él, como si algo estuviese en conflicto, partes de él estuviesen peleando por algo que él desconocía.

El dolor poco a poco fue aumentando, tanto que empezó a retorcerse en el suelo del tren llamando así la atención de la hija de Zeus preocupándola un poco. En silencio para no despertar a Luke se acercó a Percy y lo agitó suavemente para que se despertase pensando que estaba teniendo una pesadilla. Intentó despertarlo unas cuantas veces pero no había logrado nada.

- Benefactor, despierta. - Dijo intentado despertar al niño. - ¿Estás bien? - Preguntó instándolo a despertar pero nada sucedía y Thalia se estaba empezando a preocupar. Fue a zarandearlo más fuerte, pero cuando tocó nuevamente su hombro notó que su cuerpo estaba ardiendo.

Thalia rápidamente pensó a lo que debía el aumento de temperatura, lo primero que pensó fue que era fiebre, pero no le había visto enfermo, otra opción era que hubiese usado demasiado de sus poderes, cosa que no lo había hecho tampoco. Ella había tenido que tratar un poco con una Annabeth enferma una vez, pero no tenía la pinta que el Benefactor X tenía ahora.

Intentó otra vez despertarlo, pero en el momento en el que este abrió los ojos dio un grito que despertó a Luke del susto. Era un grito de dolor y agonía, nunca había sentido algo igual a eso y no lo podía aguantar.

- ¿¡Pero qué está pasando!? - Preguntó Luke al ver como el niño gritaba.

- ¡No lo sé! - Dijo Thalia asustada por lo que le estaba sucediendo al niño. Era la primera que veía algo parecido y no sabía que hacer por él.

Los gritos del niño llegaron a tal que la hija de Zeus abrazó el cuerpo de Percy, el cual había comenzado a emitir un pequeño brillo de color verde mar y gris tormenta por debajo de su capucha, donde debería haber estado sus ojos. Unos segundos después los gritos cesaron, Thalia asustada dejó de abrazarlo y lo vio, su capucha se había deslizado de su cabeza dejando a la vista una cabeza con pelo negro y una cara de niño con lagrimas en sus ojos por el dolor, al verlo inconsciente decidió volver a colocar su capucha y dejarlo dormir.

Ya todo había acabado, por lo que lo dejarían dormir. La noche pasó sin ninguna interrupción más, ningún sueño perturbó a ninguno de los semidioses después de lo que pasó. Afortunadamente el tren no tuvo que hacer ninguna parada de control, por lo que pudieron seguir su camino mientras estaban sentado y mirando el paisaje pasar por la puerta ligeramente abierta.

El rey de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora