El rey de los mestizos

La vuelta de Quirón

Actualmente Percy estaba nervioso. Circe le había enseñado un poco de ver ciertas cosas que ella llamaba patrones para saber que había pasado en un sitio con solo ver. Ella puso un ejemplo de que se rompiera un plato.

Cuando ella veía el plato roto y veía cosas que Percy no podía ver. Como la presencia de quien lo había roto, una especie de energía que caracteriza a una persona y solo a una. Pero Percy nunca antes lo había practicado y ahora había asegurado que podría hacer para demostrar la inocencia de Quirón.

Mientras este caminaba hasta la zona en la que había habido el accidente estaba planeando alguna forma de poder usarlo, solo tenía que entender lo que hacía Circe. Ella solo se agachaba y miraba de cerca, muy complicado no puede ser.

Este era seguido por Grover y los demás del grupo junto don Dioniso que estaba liderando al grupo para poder llegar al árbol. El camino fue completamente silencio y una vez que llegaron todos se hicieron a un lado para que Percy pudiera hacer lo suyo.

Percy estaba nervioso, muy nervioso. Primero examinó el árbol y al verlo sintió como su corazón cayó hasta el suelo. El pino que había dejado el año pasado completamente verde y lleno de vida ahora estaba amarillento mientras caían algunas agujas de sus ramas. Esto era claramente una signo de enfermedad del árbol ya que es de hoja perenne, es decir, no cambia la hijo según las estaciones.

Respiró hondo y se concentró. Dirigió su mirada al tronco buscando alguna herida en la corteza por donde podrían haber perforado para inyectar el veneno. Lo malo de los pinos es que su corteza podía ocultar fácilmente una herida ya que no se notaría si un poco estuviese levantada.

Pasó sus manos por el tronco a diferentes alturas para retirar toda la corteza que estuviese por caer. Por desgracia mucha corteza cayó, otro indicativo de que estaba mal.

Una vez quitó toda la corteza que pudo vio la madera directamente. Muy pocas personas saben que las plantas tienen también un sistema circulatorio. Si el que inyecto el veneno pilló un floema o xilema básicamente era prácticamente un milagro que el árbol siguiese con vida.

Tras unos segundos buscando por todo el tronco por fin vio algo. Un agujero muy pequeño, casi invisible a primera vista, que estaba rodeado por capas de corteza un poco más nueva que intentaba cubrirlo.

Este agujero estaba a una altura en el que Percy tenía que alzar un poco la mano para alcanzarlo.

- Tengo una de las pruebas. - Dijo Percy llamando la atención de todos. - ¿Veis esto? - Señaló al agujero y tras unos segundos todos asintieron. - Esta un poco alto y Quirón no lo podría haber hecho por dos razones. Si lo hubiera hecho con la silla de rueda le habría costado mucho venir y estaría fuera de su alcance y su lo hubiera hecho con su forma semi equina estaría demasiado bajo como para que pudiera hacerlo con tanta perfección.

- Vale. - Dijo Dioniso sin mostrar mucha importancia. - Eso solo demuestra que Quirón no lo hizo él, pero podría haber mandado a alguien para que pudiese hacerlo, como un semidiós.

- De acuerdo, si sigues dudando por favor traiga a todos lo semidioses que tengan el rango de altura y la fuerza necesaria para que puedan clavar una aguja en un tronco de madera maciza unos... - Dijo este mientras se agachaba a coger una piedra para convertirla en un medidor de profundidad. - 5cm, tienen que tener esa fuerza y habilidad. Si no puedes encontrar nadie que pueda hacer eso dentro del campamento tendrás que buscar a alguien ajeno a ellos.

Tras decir eso dirigió su mirada al suelo con la intención de encontrar algo que pudiese ayudar más su teoría. El suelo tenía la maravillosa facultad de moldearse cada vez que alguien lo pisaba. Daba igual si el viento soplaba, solo se podía borrar si alguien pisaba en la misma zona.