© Constelaciones [ Saiki K ]

© [ 21 ]

Hoy era lunes, y empezó de la peor manera.

A Haru no le gusta la lluvia, no lo detestaba ni nada de eso, solamente que en esa temporada se le era fácil resfriarse. El frío no era para él aún si sus manos constantemente tengan esa baja temperatura.

Y oh ¿qué pasó? Ese día justo el cielo empezó a estar nublado, y las corrientes de aire lo helaba hasta los huesos. Hundió su pequeña nariz en su bufanda roja, con tal de acumular el calor. Tenía puesto sus guantes negros, no obstante seguía teniendo las manos heladas. Colocó sus puños en sus bolsillos de su largo abrigo que le llegaba hasta las rodillas. Se encogió un poco para evitar temblar, por mientras miraba a los alrededores de la entrada de la escuela, buscando a la pelirroja. Ya era una costumbre esperarla antes de empezar las clases.

"¿Dónde estará Mera-chan? Falta unos siete minutos antes de que cierren." Pensó preocupado.

— ¡Haru-kun, buenos días! — Escuchó la voz de Chisato atrás de él, se giró para encararla y devolverle el saludo, pero su rostro se transformó a uno de descontento al verla.— ¿Estás bi-...?

— ¡Mera-chan! — La interrumpió, alzando un poco su voz, que se encontraba entrecortada por el frío que sentía.— ¿Acaso no tenías algo mejor para calentarte? — Preguntó preocupado.

La fémina tenía puesto su chaqueta azul al igual que sus guantes blancas, pero ambos tenían agujeros y estaban desgastados. Ella no parecía importarle mucho, se rascaba la parte de atrás de su cuello mientras sonreía confundida y algo apenada.

— Está bien, no importa ¡Además ya me he acostumbrado al frío, no me afecta tanto como a los otros! — Dijo mientras movía su mano de un lado a otro para negar la preocupación de Shimizu.— En serio estoy bien. No te preocupes por mi.

— Uh, como esperas a que no lo haga...— Susurró, la chica no logró a escucharlo.— Ven, pásame tus manos por favor.— Se acercó a Mera unos cuantos pasos mientras alzaba sus manos para tomar las de ella, la chica dejó que el pecoso tomara el control de sus acciones por su temporal confusión.

Shimizu empezó a sacar los guantes de la pelirroja con cuidado y los dejó en uno de sus bolsillos, luego se sacó sus propios guantes negros y se procuró en colocarselos a ella. Se alejó un poco para poder sacarse también su bufanda para ponerlo alrededor del descubierto cuello de la Chisato.

— ¿Tienes frío todavía? — Preguntó suavemente mientras arreglaba un poco más la tela del cuello. Tenía pena de que su amiga se congelara frente a él.— La próxima vez traeré algo extra para ti, mi madre debe tener algo de tu talla...— Se dijo a sí mismo.

— Haru-kun...— Dijo la chica, mientras se mordía el labio inferior.— ¡No era necesario, en serio, te lo devolveré! — Trató de sacarse la bufanda pero las manos del contrario la detuvo.— ¡Dije que estaba bien con el frío, tú estás peor que yo!