© Constelaciones [ Saiki K ]

© [ O7 ]

— ¡Les había dicho que comer ramen era una mejor opción!— La potente voz de Nendou hizo presencia en la cafetería en donde el esper estaba acostumbrado a ir.

El rostro de Saiki se mantenía sereno aun con los gritos de sus compañeros a su alrededor. No estaba en sus planes tener con él a los chicos en su lugar favorito.

No se había dado cuenta de que Kaido, Nendou y Aren se encontraban detrás de él luego de clases—aun con su telepatía, y eso lo confundió más—, no recordaba verlos antes de la salida así que se fue directo a la cafetería Mami. Gran error de su parte.

— ¡Qué dices, idiota! ¡Tú siempre decides a donde ir luego de clases, es hora de que Saiki y nosotros elijamos otros sitios donde comer!— Kaido respondió al contrario con enojo.

Santo cielo...

No esperó a los demás y directamente fue a sentarse en su asiento, no pasó mucho tiempo para que los demás le siguieran el paso para ocupar los asientos disponibles de la misma mesa que se encontraba el pelirosado.

— ¡Cállate, mi compañero también elegiría ir a comer ramen!

— ¡Cállate tú, él fue el que decidió estar aquí antes de ir a comer tu tonto ramen!

"Mejor cállense ambos" Pensó algo irritado el esper.

— ¡Chicos, que bueno que están aquí!— Los presentes, exceptuando a Saiki, alzaron la vista para encontrarse con Mera vestida de camarera y con una brillante sonrisa dibujado en su rostro.— Es agradable tener más clientes aquí, no es muy común tener tanta clientela.

— Ah, buenos días.— Saludó Aren de vuelta a la chica.— Hemos seguido a Saiki aquí, así que suponíamos que su comida era realmente buena.— Dijo mientras señalaba un postre del menú.— Elijo esta, por favor.

Los demás imitaron la acción del pelimorado. Mera asentía y se iba a una parte de la cafetería para conseguir sus pedidos. El ex delincuente soltó un suspiro contenido.

— Esto es uno de sus tantos empleos, ¿cierto? siento algo de pena por ella.— Dijo sinceramente mientras se cruzaba de brazos.

— ¿Qué dices? Pero si ella lo disfruta.

— ¡Qué dices tú, Nendou! Lo hace por necesidad, no por diversión.— Lo regañó el más pequeño.

— ¡No me grites, pequeño llorón!

— ¡N-No soy un llorón!— Le devolvió el grito, se veía desde lejos el leve temblor que estaba sufriendo y sus mejillas sonrojadas por la verguenza.— ¡Retráctate! — Lo apuntó algo cohibido.

Kusuo rodó los ojos, empezaba a arrepentirse de haber venido. La próxima vez se aseguraría de que ninguno de sus auto denominados "amigos" le siguiera luego de clases.

Abrió sus ojos de un segundo a otro al escuchar el tintineo de la campanita. Había entrado alguien. Y sabía quién era.

Sus ojos se clavaron al instante en el pecoso, quien se encontraba absorto en su nuevo libro—cabe recalcar que era erótico aparte de gay—. Tenía una leve curvilínea decorando sus labios. Los gritos de ambos chicos y el reclamo de Aren se volvieron un segundo plano al ver caminar al peli negro.

Fijó su mirada en la mesa de al lado, a unos metros de donde se encontraba él y los demás. Haru paró su caminata para después tomar asiento en una de las sillas que acompañaba esa mesa.

Verlo sentado lejos de él le resultaba extraño, ya se había acostumbrado a tenerlo cerca.

— Aquí se encuentra sus pedidos chicos.— La voz de Mera lo había enviado de vuelta a la realidad. Dejó de mirar al pecoso para enfocar su mirada en ella.— Disfruten.

Los chicos agradecieron y Nendou solo se quejó al no ver que vendían ramen y sólo se conformaba con unas donas.— Aquí tu gelatina de café, Saiki-kun.

Aceptó su pedido gustoso, asintiendo la cabeza como agradecimiento—solo quería que se fuera, su boca babeando por toda la comida que se encontraba frente a ella le asqueaba un poco y no quería que una gota de saliva cayera en su gelatina—.

Se iba a alejar del grupo—por su propio bien antes de comerse todo—, pero un sonido le llamó la atención. Volteó a mirar al peli negro que había carraspeado su garganta.— ¡Haru-kun!

Con una inmensa alegría se puso frente a él. El esper habría jurado que a los costados de la peli roja se encontraban estrellas y flores flotando, junto con unas chispas decorativas.

— ¿Cómo estás? ¿Una taza de café amargo no? — Preguntó emocionada.

— Uhm, sí por favor...— Respondió el peli negro dejando su libro a un lado.— Y estoy bien, gracias por preguntar, Mera-san...— La contraria solamente asintió y fue directo a buscar su pedido.

Al parecer era algo introvertido—a comparación de lo que pensaba y leía—, le resultaba difícil entablar una conversación o seguirla, y teniendo a Mera a su lado le resultaba difícil hasta respirar.

El peli negro exhaló por la nariz, seguidamente de leer su libro que había dejado segundos antes a un costado.

"Sus penetraciones..."

"Suficiente." Pensó Saiki al leer sus pensamientos y saber que estaba leyendo, aunque no le sorprendía en lo absoluto.

— ¿Ese chico no tiene nuestro mismo uniforme?— Preguntó Aren mientras comía de su pedido. Kaido dejó de hablar con Nendou para centrarse en el pelimorado.— Ese chico, de allá.

— No lo conozco, ¿será nuevo? — Se preguntó en voz alta, Kuboyasu sólo alzó sus hombros como respuesta.

— Hey, hey, ¿por qué no lo unimos a nuestro grupo?

Saiki casi se ahoga con su gelatina. Posó su mirada en Riki con disgusto por lo recién dicho.

"Santo cielo, esto debe ser una broma..."

— ¿Eh, no sería algo incómodo? Ni siquiera nos conoce, seguro que lo vamos a incomodar.— Respondió Kaido algo dudoso. Miró a Kusuo unos segundos.— ¿Tú que opinas Saiki?

El esper negó sin dudar.

— ¿Ves? Hasta Saiki está de mi lado, dejemos las cosas así Nendou.

El de la cicatriz solo resopló sin decir nada más, y se centró en comer su pedido. El corazón del esper volvió a la normalidad.

Definitivamente no quería que se juntaran con el pecoso.

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Hola, una actualización especial y larga porque hoy es mi cumpleaños uvu.

También es el cumpleaños de Genya Shinazugawa de Kimetsu no yaiba pero igual.

También es un día 7 para BTS que me tiene para el hoyo pero igual también qnndnqmdm.

Espero que tengan unas buenas noches, que no tomen mucha agua porque se pueden mear. Los quiero, love yourself. 💜