Flirt || Jung Jaehyun

flirt | 47, final.

El dueño de la casa se había encargado de buscar vasos de plástico que pudiéramos usar para tomar, así como una pequeña mesa plegable en la que preparar los tragos, pues los únicos masoquistas que bebían directo de la botella eran Johnny y Seungyeon, que a pesar de todo se mantenían firmes. La mayoría se había alejado de la fogata, para corretear por la orilla y jugar con el agua ya fría, por lo que estábamos teniendo un pequeño momento de intimidad. Parecía que Jaehyun había conseguido su posición favorita, ya que desde que llegamos no ha parado de sentarse a mis espaldas y rodearme con sus brazos.

—Me hace muy feliz poder estar con mis amigos junto a ti —confesó Jaehyun en un suave susurro tan solo arrastrando un poco las palabras por el alcohol, arrullándome de lado a lado.

—Me estoy divirtiendo mucho —admití cerrando los ojos por un momento, gozando del calor de la fogata tanto como el del cuerpo de mi novio.

—Me gustas mucho, Yoo —murmuró contra mi nuca causándome cosquillas—. Me encantas, esto me encanta.

—¿Alguna vez te imaginaste que podríamos terminar así? —pregunté volteándome para poder verle la cara, aunque lo aprovechó para dejar besos rápidos en mi cuello que me hicieron soltar unas cuantas risas—. Te estoy hablando, Jaehyun.

—¿Qué dijiste? —sonrió como un tonto, con su espalda encorvada para quedar a mi altura y sus brazos sobre mis muslos, ya que había quedado en posición de indio entre sus piernas.

—Que si alguna vez te imaginaste que podríamos terminar así —repetí rodando los ojos—. Al principio, por lo menos.

Se echó levemente para atrás, apoyando sus manos sobre la arena y mirando al cielo, como si aquello lo ayudara a pensar. Unos segundos después, negó lentamente con la cabeza, dándole un corto trago a su bebida.

—Definitivamente no al principio.

—Yo menos —admití entre risillas—. Eras muy molesto.

—Eso te gustó —me dijo sacando la lengua, para después darme un pequeño golpe en la frente con dos dedos.

Suspiré— No diría que me gustó, pero sí fue entretenido —sonreí de lado recordando la forma en la que nos conocimos y mi charla con Seungyeon, ¿quién diría que al final lograría comprenderla en su totalidad?—. Tenía esta tonta idea rosa en la que el coqueteo era simplemente galantería y frases dulces.

—¿Dices que no soy galante y dulce? —fingió estar ofendido, alzando una ceja con su mano en el pecho.

—No es eso —piqué con el índice en su estómago hasta sacarle unas risillas antes de seguir hablando—. Solo admito que es más divertido que me trates con chistes y tus miles de formas de hacerme sonrojar, por más que quiera negarlo. La primera vez que dejé todo de lado y la pasé bien contigo fue cuando fuimos unos niños en el parque de diversiones, por ejemplo, y no creo que habría querido que fueras cursi en su lugar.

—Recuerdo cómo te me colgaste encima cuando salimos de la casa embrujada —se acercó mucho más, colocando sus manos a cada lado de mi cadera para hablar con sus labios casi pegados a los míos—. Por más que intentara concentrarme en Seungyeon simplemente fue aburrido desde el principio. Al menos tuvimos a Jungwoo para distraerla en lo que buscaba una forma de apartarnos de ellos —sonrió ampliamente, un brillo producto del alcohol sobre sus ojos—. No hizo falta pensar mucho porque te perdiste por tu cuenta.

—¿Tenías pensado apartarme? —cuestioné ilusionada, a lo que asintió antes de unir finalmente nuestros labios en un beso lento.

—Estabas tan callada que me dio curiosidad.