flirt | 39

3K 222 8
                                    

Nuevamente mi sueño se había visto perturbado. Esta vez, dos nombres rondaban por mi cabeza. Había conseguido evitar pensar en todo el asunto de Yeosang queriendo besarme por la tarde, jugando con In y hablando con mis amigos, haciendo tareas y ayudando a mamá con la comida; sin embargo, una vez estuve a solas con mis pensamientos se me hizo imposible rumiar la escena. No me terminaba de creer que intentara besarme, parecía una broma. Irónicamente había sido uno de los primeros en enterarse de lo mío con Jaehyun, y a pesar de sus recurrentes comentarios sugerentes no había en realidad una señal clara de que yo le interesara, o por lo menos yo no la había reconocido.

Me había comido la cabeza con aquello. ¿Era acaso un impulso del momento, tras haber escuchado el cuento? Aunque a decir verdad no parecía un simple impulso, algo en la decisión de sus movimientos y la lentitud y delicadeza de los mismos me decían que no podían ser tan solo eso. Además, se había encargado de mandarme una millonada de mensajes justificando su comportamiento, aunque en ninguno expresó arrepentimiento o algo por el estilo.

Mentiría al decir que no había sido un golpe directo el que él sí buscara el contacto conmigo, y por otra parte no tuviera más que silencio de Jaehyun. Tal como él había dicho, acostumbrábamos a hablar mucho, incluso pudo haber venido en la tarde de no haber discutido. Sin embargo, nada. En cambio se limitó a subir una foto junto a los chicos –hasta un olvidado Jungwoo– en la plaza de aquella vez en la que me hizo escapar de Detención.

Comenzaba a hacer calor, y no estaba de humor para sudar. Así que por la mañana, en lugar de mis típicas ropas holgadas, me puse unos jeans rasgados que me había regalado Seungyeon y una blusa cualquiera. No ignoré las burlas de Jeongin con respecto a mi cara de muerta, y me volteé dispuesta a pelear con él. En cambio, fui interrumpida por la voz de mi madre.

—Hija, ya el chico ha estado desde hace diez minutos esperando, ¡muévete! —me regañó, a lo que solo la pude ver confundida.

—¿El chico...? —cuestioné con el ceño fruncido, mientras ella me empujaba hacia la puerta y la abría por su parte, terminando de echarme de casa colocándome el bolso en el hombro.

—¡Tu novio, Yoojin, por dios! —dijo como si fuera lo más obvio del mundo, señalando con toda su mano en dirección a la acera. Ahí, estaba todo un Jaehyun recostado de su auto con los brazos cruzados. En cuanto vio que no salí sola, se incorporó y saludó a mi madre con la mano, que no tardó en invitarlo a cenar.

En silencio, una vez que mamá regresó a casa, él dio la vuelta para abrirme la puerta del copiloto y yo entré de igual forma. Ninguno parecía tener la intención de hablar, y eso lo hacía una tortura. Incluso después de arrancar el auto y salir de mi entrada, se mantenía intacta esa tensión entre nosotros. La molestia que sentía se había disipado un poco, tornándose en una leve vergüenza al recordar el hecho de que en realidad Yeosang me había intentado besar. Y es que una gran parte de esa molestia era atribuida al pensar que sus celos por Kang eran ridículos, y mi orgullo caía en verlo inofensivo. Ahora, no obstante, lo sentía como una especie de Yeri que yo misma había creado sin querer.

—Le dije a Seungyeon que te vendría a buscar, irá sin ti —avisó transcurridos unos minutos, con una voz tan neutra que me heló la sangre.

—Oh... —me limité a soltar, intentando que mi mente maquinara pronto algo más que decir. Sin embargo, él mismo volvió a abrir la boca.

—Creo que no podemos evitar tener opiniones distintas con el tema de Yeri —asentí en silencio al sentir su veloz mirada en mi dirección—, y tampoco creo que alguno de los dos deba disculparse por ello. Solo no quiero que estemos peleados, de verdad me has hecho falta.

—Yo... —tragué saliva, ordenando mis pensamientos antes de hablar— Concuerdo, pero creo que tengo que disculparme por decir lo de Yeosang. Sé que no te agrada, y eso fue un golpe bajo. Admito que en parte fue mi intención, y-

—Yoo, por favor —me interrumpió—, entiendo por qué lo dijiste.

—Es que quiero que entiendas que mucho de lo que dije fue una idiotez —seguí antes de que él pudiera decir algo más, en verdad quería aclarar el asunto y tenía que aprovechar que él mismo se hubiera acercado y no había tenido que hacerlo por mi cuenta—. No me importa que solo llevemos dos meses conociéndonos, y mucho menos que conozca a Yeosang desde hace años. Yo... —tomé aire, sintiendo un leve rubor en mi rostro en lo que bajaba la voz por la misma pena— te quiero a ti, Jaehyun, y él es solo mi amigo.

—Lo sé —dijo con un tono de voz reconfortante, haciendo que un destello de electricidad recorriera mi cuerpo en lo que posó una de sus manos sobre mi pierna. No lo hizo con segundas intenciones, en dado caso todo lo contrario, pues fue con un aire tranquilizador, pero no pude evitar sentir una oleada de calor—. Tuve que llevarme un regaño de Taeyong, pues tal parece que no puedo ser un neandertal cuando de tus amigos se trata.

—¿Taeyong? —dije entre risillas, su comentario con aires de broma había aligerado el ambiente. Me lo imaginé pidiendo consejo al respecto y se me hizo tierno.

—Ha tenido como dos novias serias, es el único de nosotros que en realidad sabe algo decente de ello —rodó los ojos con una pequeña sonrisita, apretando un poco en mi muslo y así haciéndome soltar un pequeño respingo en mi sitio.

—¿Y qué te dijo? —consulté un poco nerviosa, intentando que no se me notara que con un toque tan simple me estaba volviendo nada.

—Que no puedo ser paranoico, y seguramente el pobre chico es inocente y debo confiar en ti y tus amigos, y bla, bla, bla... —se encogió de hombros, todavía con un poco de recelo en su tono. Me removí en el asiento, recordando las acciones de Yeosang de ayer.

¿Debería contarle que quizás no era tan inocente? No, eso sería inútil, es innecesario. No era como si yo fuera a corresponderle, solo provocaría que se pusiera más alerta con alguien en realidad inofensivo. Aunque tomando en cuenta que había una pequeña posibilidad de que él volviera, quizás no era tan insignificante. No cambiaba las cosas entre nosotros, pero sí lo podía hacer un problema recurrente a futuro si no llegábamos a aclararlo de una vez por todas. Definitivamente, eso era algo que tendría que hablar con Yeo antes de poder discutirlo con Jaehyun, asegurarme de que todo estaba en mi cabeza y en realidad no había significado nada.

Hice todo lo posible para cambiar el tema, y fácilmente charlamos de otra cosa en lo que llegábamos al colegio. Antes de bajarme del auto, subió un poco la mano que tenía en mi pierna, a lo que me volteé alarmada de inmediato. Al parecer era la única que lo veía todo subido de tono, porque su mirada fue bastante suave, tierna. Me dio una pequeña sonrisa antes de inclinarse y dejarme un casto beso en los labios.

—Yoo, sé que querías planear nuestra primera cita, pero lo he estado pensando... En serio quiero que me dejes hacerlo, como una especie de compensación por pensar disparates sobre tu amigo —de acuerdo, eso se había sentido como una espina—. Tampoco es como que me hayas actualizado al respecto —bromeó, dándome un suave empujón en el hombro por el que hice un puchero.

Ahí estaba él actuando como un dulce pensando que tenía que arreglar algo en lo que en realidad no se había equivocado, que gracias a las palabras de Taeyong ahora se sentía de alguna forma como un desconfiado. Me sentía un poco mal, tomando en cuenta que sus suposiciones no habían estado por completo alejadas de la realidad, aunque a favor de mi paz mental lo dejaría pasar asumiendo que se trataba de compensar su forma de actuar al respecto, porque de hecho no tenía que ponerse agresivo.

—Estaba en ello —me quejé, recordando fugazmente el accidente del otro día, ignorándolo para no volver a caer en el tema de Yeosang—. No es tan fácil como parece.

—¿En serio? —alzó una ceja con superioridad, haciéndome bufar—, porque yo ya tengo todo listo. Sábado por la mañana, yo te paso buscando. Hace un calor terrible, así que lleva ropa fresca.

—Asumo que no me dirás de qué se trata —dije entre una sonrisa, variando la mirada de sus ojos a sus apetecibles labios.

—Siempre tan inteligente —elogió, robándome un fugaz beso que no tardé en corresponderle, fundiendo mis manos detrás su nuca para evitar que se separara y así poder hacerlo más profundo.

Terminamos besuqueándonos en su auto, que por suerte tiene unas ventanas polarizadas que nos ahorraron el ser vistos por los chismosos que cruzaran el estacionamiento. A pesar de mis quejas por la hora, ni yo misma fui capaz de separarme hasta que sonó el timbre, así provocando que tuviéramos que salir corriendo entre risas cada uno a su clase.

Flirt || Jung JaehyunUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum