flirt | 44

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Sobraba mencionar que mamá había castigado a Jeongin, aunque a decir verdad la razón de su pelea era bastante válida. Los chicos iban camino a casa, y justo vieron a un grupo de muchachos, un tanto mayores, molestando a una débil chica de su instituto que acababa de hacer la compra, intentado quitarle la bolsa mientras ella pedía ayuda. No vieron otra opción más que intervenir, pues los demás peatones hacían la vista gorda ante la situación, y a ellos les había mosqueado de sobremanera. Según ellos no fueron los primeros en lanzar un golpe, aunque conociéndolos no me sorprendería que se hubieran ahorrado las palabras desde un principio.

A mí me había ganado con el cuento, pero mamá seguía totalmente furiosa por sus acciones, habiendo sido ella misma quien curara a su golpeado hijo. Mis intentos de hacer que lo disculpara habían hecho que la tensión dentro de casa aumentara, hasta el punto en el que la cena –donde yo solo acompañé mientras ellos comían– se diera en total silencio, incluso cuando por lo general nos la pasamos hablando de nuestros días. Ni siquiera quiso escuchar sobre mi cita con Jaehyun, a pesar de que quise tentarla al revelar que me había llevado a conocer a sus abuelos, rendida al no poder usar la carta de haber comenzado nuestro noviazgo ya que según ella eso llevaba rato.

En cambio, terminé contándole cada detalle a un ligeramente indiferente Jeongin, mientras veíamos una película a escondidas de mamá. Él yacía en el suelo con una taza enorme de palomitas entre las piernas, mientras yo le hacía trenzas a su cabello, que ya estaba mucho más largo de lo normal. Sus quejas no me importaron, usando la excusa de que tenía que complacerme con todo por haberlos rescatado y arruinado el final de mi cita.

—Lucas nos interrumpió a media pregunta, sabes —insistí con toda la intención de hacerlo sentir culpable, aunque todo lo que recibiera de su parte fueran bufidos—. No pude ni decirle que sí decentemente.

—Ah, pero no tardaste en decirlo frente a los demás —se burló.

—¿Qué querías?, ¿que le siguiera el juego a ese chiquillo? —tiré innecesariamente de más en su cabello, haciéndolo soltar una queja.

—A Jeno le encanta lo imposible, no ha dejado de molestarme por ello. El hecho de que seas mi hermana y, además, tengas novio, lo pone muchísimo.

—¡No hables así! —lo regañé, haciendo el esfuerzo por no reírme—. Vas a corromper mi inocente cabeza.

—Claro, porque esos gemidos que escuché el otro día fueron producto de mi imaginación.

Chillé pateando sus costados alarmada, ya tenía suficiente con que todo el resto del mundo hablara con tanto descaro de ello como para que también lo hiciera mi hermanito pequeño. Recién caía en cuenta de que ya no era tan pequeño, todo golpeado y obsceno, y eso me hacía sentir tremendamente melancólica de recordar cuando ayudaba a mamá en sus cuidados, antes de que pudiera abrir su bocota.

—Si no quieres que te haga más profundas esas heridas, te callas —advertí, a lo que seguramente rodó los ojos.

Unos segundos después, sin embargo, dijo en una voz tan suave que me fue casi imperceptible:— Lamento haber arruinado tu cita.

***

Llegaba una vez más a clases en el auto de Jaehyun, con la frente en alto y colgada de su brazo para marcar territorio. No paraba de sonreír triunfal cada que una chiquilla veía en nuestra dirección con recelo, y a alguna que otra que se pasaba de evidente le guiñaba el ojo.

Esta vez había insistido en pasar buscando a mis amigas, para que no caminaran innecesariamente. Seungyeon había pasado todo el camino parloteando sobre lo grande que estaba "su bebé" –yo–, y Miyeon por su lado se dedicó a bufar cada que Jaehyun hablara, aunque él lo pasara por alto de la forma más encantadora posible.

Flirt || Jung JaehyunDove le storie prendono vita. Scoprilo ora