Me tenía donde me quería. No podía creer que me haya dejado manipular de esa manera. No podía creer que él siempre se saliera con la suya. El único punto que tenía a mi favor era el de haberlo sorprendido con el traje de baño, pero ni siquiera era un punto completo porque al final lo que él quería era verme así.
Mierda, me acabo de quitar un punto.
Mordí mi labio en cuanto vi el reloj marcar las tres y media. Jeongin había salido a buscar a sus amigos, y yo me encontraba sintiéndome de lo más vulnerable. Me dijo que no tardaría, sin embargo con cada minuto que pasaba yo me desesperaba más y más.
Finalmente, escuché desde mi habitación cómo abrían la puerta principal y unas risas escandalosas. Seguramente serían los mismos de siempre: Renjun, Changbin, Felix y Donghyuck. Prácticamente yo los había criado, por lo que cómodamente bajé en shorts y una camiseta de tirantes, siendo esta la ropa que usaba en casa por ser más fresca.
—¡Hola, chicos! —saludé con energía, hacía tiempo que no venían a casa.
—¡Noona! —chillaron Binnie y Hyuck al mismo tiempo, corriendo a abrazarme.
—Te extrañábamos, Jin —confesó Renjun en cuanto los dos me soltaron, con una tierna sonrisa de lado. El chico era guapo, estaba más que segura de que conquistaba corazones por doquier.
—¿Dónde está mi hermano? —cuestioné tras buscarlo entre los muchachos de pie en mi sala de estar.
—Buscando a un chico nuevo —contestó Felix con su grave voz –que nunca fallaba en impresionarme–, encogiéndose de hombros—. Nos dijo que nos adelantáramos, pero debe llegar pronto.
***
Entre risas, esperamos por Jeongin. Así, dejando de lado mis nervios y mi ritual de chequear la hora cada dos por tres. Error. El tiempo pasó volando y en lo que se sintieron como segundos, sonó el timbre. No era mi hermano, él solía llamarme a gritos desde la puerta en lugar de tocar. Así que, segura de que había llegado la hora de mi muerte, caminé tan lento como pude en dirección de la entrada, no sin antes explicarle a los muchachos que quien se encontraba ahí era el mismo demonio.
—Yoojin —plantó una sonrisa en cuanto abrí la puerta, cambiándola rápidamente por una falsa mueca de asombro—. No me esperaba verte así vestida —consciente de mi error, bajé la mirada para ver mi ropa. La camiseta tenía el suficiente escote como para que me quisiera golpear, y los shorts eran tan viejos que tenían roturas en toda su –mínima– superficie.
—Cállate —balbuceé, viendo al suelo avergonzada y haciéndome a un lado para que pudiera pasar.
En cuanto cerré la puerta y volteé, me conseguí con cuatro chicos observando en nuestra dirección. Nosotros seguíamos en el recibidor, y ellos se habían plantado en el pasillo que unía a la sala de estar con el mismo. Tanto Felix como Changbin nos veían divertidos, como si estuvieran tramando en sus jóvenes cabezas un millón de formas de meterse conmigo. Renjun y Hyuck, en cambio, tenían sus ceños fruncidos. Siempre habían tenido ese destello de posesividad cuando de mí se trataba.
—¿Quién es él? —cuestionó Renjun, pasando su mirada de arriba a abajo por sobre el chico, con los brazos cruzados. De ser cualquier otro hasta me sentiría mal por él, pero era Jaehyun.
El idiota se lo merecía.
—Un gusto, Jaehyun —estiró su mano con una sonrisa, que pronto se le esfumó al notar que ninguno tenía la intención de corresponder a su saludo. Volviendo a mi lado, susurró:— ¿Son tus hermanos?
Arrugué la nariz en un intento de contener una carcajada— Algo así. Son amigos de mi hermano, él está por llegar.
—Yoojin, ven aquí —pidió Hyuck, acompañado de ademanes para que me acercara, y así lo hice. Nunca me llamaban por mi nombre, siempre con apodos tiernos, pero ese detalle se lo atribuí a no querer dejar su papel intimidante—. Él no te hace falta, quédate con nosotros.

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Flirt || Jung Jaehyun
Fanfiction¿Cómo evitar los sentimientos? Es imposible. Para una chica tan inocente -o despistada- como Yoojin, el escuchar a su mejor amiga decirle a un chico que la deje en paz la pone alerta al instante, corriendo a su rescate sin dudarlo o siquiera confirm...