Flirt || Jung Jaehyun

flirt | 20

Escuchaba Die For You, de TheWeeknd, a todo volumen en mi habitación. Por lo usual, no era la clase de persona que hace eso. Lo normal era que mantuviera la música –a todo volumen, sí– dentro de mis audífonos. En este caso, no había podido evitar reproducir la canción en el estéreo, ese que no suelo usar, y ponerme a bailar con furor en el medio del cuarto.

Jaehyun me la había recomendado, y yo no había podido parar de escucharla en todo el día. A pesar de saber la letra de la canción, en realidad no le di mucha importancia, porque no quería empezar a ponerle atención a cosas que no la merecían y simplemente lo vi como alguien recomendando buena música. No terminaba de creerme las pequeñas indirectas de Jaehyun, esas en las que expresaba querer algo más, porque a fin de cuentas solo habíamos quedado en aquellos "besos a escondidas".

La dinámica en clases fue la de hace un tiempo, tomamos los cortos cambios de clase para entrar en salones vacíos y besarnos, y luego volver con total normalidad. Lo más complicado era desaparecer en el almuerzo, pero de todas formas basta con decirle a los chicos que repasaría unas cosas con Boo, que estaba convertido en un cómplice total. Acompañado de múltiples mensajes atrevidos en el día, me sentía en la cima del mundo.

De repente, una llamada entrante sonó por toda la habitación, a través de los parlantes, logrando aturdirme por completo. Soltando un chillido, llegué a mi teléfono y atendí sin siquiera ver el nombre del contacto.

—¿Puedo ir a tu casa? —la voz de Seungyeon se escuchó desde la otra línea.

—¿Qué pasó? —no se oía en peligro, en realidad había usado un tono bastante neutro, pero había conseguido preocuparme un poco.

—Agh, ¡allá te explico! Voy en camino.

Rápidamente cortó la llamada, sin haber terminado de escuchar mi respuesta. No era como si le hubiera dicho que no, siempre estaba disponible, pero de todas formas me hubiese gustado que fuera una consulta y no un aviso.

Mi único inconveniente era que In se encontraba en la sala con su visita, y quizá le molestaría que yo también trajera a alguien, pero al final el chantaje que tenía en mi contra se fue por el caño. De todas formas, su afición por mi amiga era capaz de hacer que él perdone todo.

No tardó en resonar por la casa el sonido del timbre. En cuanto crucé las escaleras me conseguí con un Jeongin fastidiado, pero no le di mucha importancia y rápidamente hice que Seungyeon cruzara la entrada hasta llegar a mi habitación, donde cerré la puerta de inmediato.

—Lo siento —hice una mueca, con la respiración agitada—. In tiene visita y me dijo que no molestara.

—Como sea —rodó los ojos, tirándose sobre mi cama con sus extremidades extendidas.

—¿Y qué te pasó a ti? —quise indagar, sentándome a su lado en el borde de la cama.

Soltó un bufido— Acabo de vivir las peores dos horas de mi vida, puedo jurarlo.

—¿Qué tan malo fue? —me sumí en risillas burlonas al recordar que había tenido que estudiar con Mark.

—¿Estás bromeando? ¡Fue una tortura! El chico tierno y tímido que se nos acercó es total y enteramente falso, ¡es odioso! —sus palabras iban acompañadas de ademanes exasperados, así como salían entre suspiros de cansancio.

—Pero si a mí me cae muy bien...

—¡Qué mal juicio tienes! Siempre que un niño quiere ayudarme me trata como a una diosa, no sé qué le pasa a ese tipo —se cruzó de brazos con el ceño fruncido. A pesar de estar casi gruñendo, se veía de lo más tierna—. Me grita todo el tiempo, y me habla como si fuera una estúpida.