flirt | 27

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Lo primero que hice al llegar a casa, fue correr a mi habitación y pasar el seguro en la puerta, ignorando las burlas de mi madre por mi apuro. Me quité la camisa y los shorts, quedando nuevamente en bikini, y me posicioné frente a un espejo de cuerpo completo en la esquina del cuarto.

Tras soltar un suspiro nervioso, tomé mi teléfono de mi bolso, y abrí ansiosa la cámara. La iluminación era buena, pues a penas estaba atardeciendo y los rayos de sol que se colaban por la ventana le daban un brillo anaranjado a mi piel. Presioné la pantalla una, dos, incontables veces, tomando fotos con diversas poses, incluso de espaldas.

Ya lo había hecho en varias ocasiones, hasta en ropa interior por alguna razón, por lo que la práctica la tenía, pero era primera vez que me debatía si debían salir de mi teléfono. Nunca duraban más de dos minutos, ya que las borraba de inmediato, pero ahora estaba sentada en mi cama revisando cada una de ellas a detalle.

Seleccioné finalmente dos fotos. Una con el teléfono horizontal y yo de frente, dejando a la vista mis pechos y mi abdomen, cortándose hasta poco después del comienzo de mis piernas; tenía en mi rostro una delicada sonrisa, y sí que me veía bien. En la segunda foto me puse de lado, con una pierna más atrás que la otra dejando relucir mi trasero, de nuevo con una sonrisa inocente. Esta era la que más pena me daba, pero ya había visto un montón de imágenes así en las redes, incluso de Seungyeon y demás chicas de la escuela.

Me divertía pensar en su reacción al verlas, así que, adjuntándolas junto al mensaje «ya llegué a casa, pero me divertí mucho», se las envié. Tiré el teléfono en mi cama y di saltitos sin poder evitarlo, sintiendo mucha pena y un escalofrío invadirme por la emoción. Corrí a mi armario y tomé un pijama cualquiera, para luego encerrarme en el baño a darme una larga ducha caliente, aún así no tan caliente como mis mejillas.

***

Yoojin... —su tono era serio, como si me estuviera regañando, consiguiendo que me encogiera aún más en mi sitio.

—¿Sí? —respondí con la voz temblorosa, los ojos casi cerrados por mi inevitable sonrisa.

¿Qué fue eso que me mandaste? —habló lento, definitivamente metido en el papel de un padre regañón.

—¿A qué te refieres? —hundida en risillas nerviosas y un sonrojo terrible, decidí hacerme la desentendida.

¿Sabes lo que estaba haciendo cuando me llegaron esas fotos? —negué aunque no me viera, pero el silencio bastó—. Estaba comiendo con mi familia. ¿Sabes lo vergonzoso que es tener una erección en plena cena?

Solté un gritito y dejé caer mi teléfono sobre el colchón por reflejo, pero rápidamente lo recogí y volví a ponerlo en mi oreja.

—¡No hables así! —y yo que creía que no podría estar más sonrojada.

Nunca me había pasado con solo unas fotos, y de paso todavía en bikini —chasqueó la lengua—. Se lo voy a atribuir al factor sorpresa, o quizás al hecho de que no he tenido mucha acción en un tiempo.

Cubrí mi boca, incapaz de dejar de reír— No pudo haber sido tan malo.

Fue muy incómodo, Yoojin, no estoy jugando.

—¿No te gustaron? —mantuve una amplia sonrisa en mis labios, mientras jugaba con el dobladillo de la funda de mi almohada.

¿Me estás jodiendo? Juro que si no hubiera estado ocupado habría ido a tu casa —abrí los ojos de golpe.

—¿Eso fue una amenaza?

Tómalo como te dé la gana, pero ten en cuenta que todavía puedo ir.

Flirt || Jung JaehyunWhere stories live. Discover now