flirt | 05

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—No parece ser tan malo —comenté en un intento de sacar conversación y, al mismo tiempo, ver qué puedo averiguar del asunto.

—No lo conoces —respondió, con un tono borde.

Y yo que creía que ya no estaba molesto.

—¿Por qué te importa tanto?

Refregó su rostro con su mano libre, me dio un corto vistazo que se sintió como una eternidad, y volvió su atención a la calle.

—No es sencillo de explicar, niña —espetó, a lo que fruncí inmediatamente el ceño.

—¿Niña? —cuestioné.

Tiene tan solo un año más que yo, ¿quién se cree que es?

—Sí —clavó su mirada en mí en cuanto quedamos en una luz roja—. Se nota que no sabes nada de la vida. Solo con las caras que le pones a Jungwoo se ve que no estás acostumbrada a-

Antes de que siga soltando más mierda, lo corté— Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto tuyo.

—Ese no es el punto, tonta —¿es que no piensa dejar los insultos?—. Se ve lo mucho que te afecta cualquier cosita que te diga, niña, así eres tan vulnerable.

—Eso no es cierto —intenté defenderme, pero incluso ahí se me iluminaron las mejillas y las palabras salieron en un balbuceo. Traté que no se diera cuenta, volteé hacia la ventanilla del auto enfadada, ocultándome detrás del cabello.

—No tienes nada de experiencia —concluyó, más para él mismo que otra cosa. Volvió la mirada al frente en cuanto sonaron los carros detrás, quejándose porque se mantenía parado en luz verde. Continuó el camino, con el rostro pensativo como si se hubiera dado cuenta de algo.

—¿Qué? —cuestioné pasados unos segundos de silencio incómodo, demasiado curiosa para mi gusto. Mi voz había salido desesperada.

Soltó una risotada y negó— No es nada.

—Vamos, dime —insistí, picando su brazo con el dedo en un fugaz atrevimiento de confianza. Si él me trataba como si me conociera de toda la vida, yo también podía hacerlo.

—Solo me di cuenta de algo —reveló, con lo que mi intriga aumentó desmedida.

—Dime —repetí.

—Nunca has salido con nadie, ¿verdad? —dijo, volteando a verme. Del asombro, no quito la cara, mostrando en su totalidad mi violento sonrojo. Eso fue suficiente respuesta, por lo que rió— ¿Significa que todavía eres virgen? —abrí los ojos como platos, e indignada lancé decenas de golpes a su brazo. Solo soltó leves quejidos entre risas.

—¡Eres un descarado! —gruñí al finalizar mi golpiza, y es que no podría estar más molesta. ¿Cómo se atreve a hablarme así? Qué falta de respeto, ni siquiera recibía preguntas parecidas de parte de Seungcheol, a quien conocía hace años.

—No es para tanto —canturreó—. De hecho, te hace un poco tierna.

—No quiero ser tierna —mascullé, todavía avergonzada por su comentario.

—Es precisamente la razón por la que lo eres.

Como si de un milagro se tratase, llegamos a mi casa. El viaje se me había hecho eterno y realmente tortuoso, en comparación con lo ameno que lo había sido cuando estaba Jungwoo. Intenté salir con desesperación, pero la puerta continuaba con el seguro puesto.

—Abre, por favor —dije entre dientes.

—Oye —lo vi a los ojos a través del espejo retrovisor—. Te ves muy linda sonrojada.

Flirt || Jung JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora