Flirt || Jung Jaehyun

flirt | 28

Estaba en clase de Sociales y, finalmente, ocurrió lo que más temía. No me dejaron salir al baño, porque "he salido en cada clase". No es que sea mentira tampoco, es la materia que menos me cuesta y por ello siempre la aprovecho para ir a verme con Jaehyun, pero parece que ya no será así de sencillo.

Después de avisarle por mensaje diciendo que no podría salir –y que posiblemente ahora la profesora me odiaría por su culpa–, simplemente me quedé de lo más aburrida en mi puesto. De todas formas ya casi acababa la clase y con ella el día, pero no habíamos podido vernos en toda la mañana porque la tuve llena de exámenes, esta era la única hora relativamente libre.

Me levanté de mi puesto lo más rápido posible al escuchar la campana, y comencé a guardar con prisa todas mis cosas en el bolso. Cabía la posibilidad de que si me apuraba pudiera apartarlo antes de que Seungyeon me viniera a buscar. Con eso en mente, me apresuré por el pasillo, aprovechando que todavía no había salido mucha gente, y le llamé.

—¿Qué? No, ¿qué te-? No quiero saber, solo deja eso —parecía estar hablando con alguien más, así que carraspeé impaciente—. Ah, Yoojin, hola.

—¿Estás muy lejos de mi taquilla? —pregunté, llegando a ella y arreglando todo, a la par que golpeteaba mi pie en el suelo.

—Estoy en un laboratorio con Taeyong, insiste en hacerle un funeral a la rana —lo escuché bufar.

—Pensaba que podíamos vernos así fuera un rato, sabes —coloqué mi teléfono en mi hombro y lo sostuve con mi cabeza mientras hablaba, pues necesitaba ambas manos para sacar las cosas.

—Lo siento, creo que tardará un rato...

—¡Ella lo entenderá! —gritó en el fondo Taeyong—. No tardaré mucho, lo juro.

—De todas formas no creo que tengamos tiempo —chasqueé la lengua.

—¿Quieres que-? —antes de que pudiera terminar la oración, sentí cómo me quitaban el teléfono y volteé alarmada.

—No te preocupes, niño bonito —dijo Yeosang con una sonrisa malvada tras leer el nombre de la pantalla, apartándome con su brazo y deteniendo mi intento desesperado de quitarle el aparato—. Ya está conmigo.

Tras decir tal estupidez, colgó y me devolvió el teléfono. Cerré la taquilla abruptamente y lo apunté furiosa con mi dedo, con la cabeza a punto de explotar de la rabia.

—¿¡Qué mierda te pasa!? —chillé, únicamente provocando que carcajeara.

—Fue muy divertido —suspiró—. Me cansé de esperar a Seonghwa afuera y cuando entré te vi aquí.

—¿Y decidiste joderme la vida? —dramaticé con los brazos cruzados sobre mi pecho.

Dios santo, ¿dónde está el tímido y dulce chico que tanto me agradaba?

—Digamos que sí —sonrió inocente.

—¡Yoojin! —¿qué?

Al voltearme, pude ver a un Jaehyun bajando las escaleras, corriendo entre la multitud que finalmente salía de clases. Se me quitó todo el enfado al tenerlo frente a mí con una bata de laboratorio y sus manos sobre sus piernas intentando regular su respiración. Después de todo, los laboratorios estaban en el tercer piso y había llegado de inmediato.

—Hola —sonreí como una idiota, y solo me di cuenta de ello al escuchar la risa burlona de mi amigo, a quien fulminé con la mirada.

—¿Y tú quién eres? —se dirigió de inmediato a Yeosang, reincorporándose con una postura intimidante y su ceño fruncido.