flirt | 09

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A pesar de mi montón de quejas, me hicieron pasar al probador con un traje de baño diminuto. Jaehyun había conseguido la forma de extorsionarme, levemente tanteando la idea de revelar lo que sea que ha pasado entre nosotros que tampoco es que fuera tanto, pero igualmente no quería que se supiera en lo absoluto. Al menos eso era lo que yo temía, y estaba acorralada. Seungyeon no podía estar más feliz, se paseaba mostrando su cuerpo mientras al mismo tiempo me podría ver finalmente probando cosas de una tienda. Por lo normal, siempre es ella y yo soy la que da la opinión; no me gustaba tardar mucho.

Por mi cobardía, me encontraba ya en un cubículo, en ropa interior. Observaba el reflejo, alargando el usar la prenda que estaba en mis manos. Era un bikini. Negro, de paso. Ni siquiera estoy segura de que le atinara a la talla, parecía de bebé.

Con las mejillas al rojo vivo y una molestia indescriptible, terminé poniéndomelo. Me sentía de lo más humillada, siendo forzada a usar esta cosa. Había dejado que ese molesto hombrecillo me ganara una más.

Por otro lado, me quedaba de maravilla. Nunca saldría, ni loca, a ningún lado con esto. No obstante, acentuaba como nunca a mis senos, que siempre me parecieron más grandes de lo que deberían, al igual que mi trasero. Si me lo preguntan, preferiría tener el delgado cuerpo de Seungyeon, incluso el de Miyeon, pero debía admitir que se veía increíble en mi voluminosa figura.

—¿Seungyeon? —pregunté, asomando la cabeza por la cortina. Ahí estaba ella, ahora con un bikini rosado, hablando con Jaehyun, pero volteó por mi llamado—. Ven a verlo —no pude ocultar mi emoción, tampoco mi sonrisa. Sin embargo, ella negó.

—Sal —demandó, con una sonrisa burlona en la cara.

¡Ni hablar! ¿¡Pero qué le ocurría a esta!? ¿Es que no había visto la cantidad de trabajadores de la tienda, o quizás, ¡al tipo que la acompañaba!? Tenía que estar bromeando. Ya mismo me quitaba esta baratija y me largaba de ahí. Corrí nuevamente la cortina y me escondí dentro del cubículo, siendo consciente de que se podían estar burlando.

—Niña —mis sentidos se activaron al escuchar su voz, y detuve de inmediato mi intento de quitarme la prenda. A pesar de estar del otro lado de la cortina, mi corazón comenzó a bombear a más no poder, y sentí mis piernas temblar. Casi podía ver la expresión de superioridad en su rostro.

—¡No voy a salir! —chillé, y me odié por ello. Tan solo dejaba en evidencia cuánto me afectaba la situación.

—Seungyeon en serio te quiere ver con él... Incluso buscó uno igual de su talla para que estén combinadas —notaba su esfuerzo por usar una voz suave, pero estaba claro que todo era una fachada para que yo saliera y él pudiera burlarse de mí.

Ahora, que tendría una comparación directa con Seungyeon, mucho menos podía salir con esta cosa puesta. Me quedaba bien, pero esas son ligas mayores. Todo rastro de la confianza que había sentido al ponérmelo, había desaparecido.

—Eso es asunto suyo, seguro que le queda divino y se lo lleva —dije.

—No hay duda de eso, pero la idea es que lo usen juntas.

¡Será idiota!

—Ni hablar —dije, en un intento de calmar mi voz y mi pecho—. Y me gustaría que dejaras estos jueguitos, respétame —ante mi exigencia, se carcajeó. Hecha una furia, corrí la cortina por reflejo, y le di una serie de golpes en el brazo. Al darme cuenta de lo que había hecho, mis ojos se abrieron a más no poder e intenté volver a mi refugio, siendo detenida por la mano de Jaehyun en mi muñeca.

—Mírate —soltó, y yo cerré los ojos con fuerza. Tomó mi barbilla con sus dedos y yo no paré de preguntarme por qué ningún trabajador se acercaba a regañar.

Flirt || Jung JaehyunOnde histórias criam vida. Descubra agora